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Toledo hace volar a cualquier animal con sus papalotes

El primer cometa del artista, el de los cangrejos, lo creó en 2004

Foto
▲u Un papalote arácnido creado por Francisco Toledo, quien fue retratado mientras trabaja en el taller de papel. En las otras imágenes se observa parte del proceso de elaboración de los lienzos con fibras naturales.Foto cortesía Arte Papel Vista Hermosa/CaSa
 
Periódico La Jornada
Sábado 28 de julio de 2018, p. 3

El primer papalote, el de los cangrejos que aspiran al cielo, lo creó Francisco Toledo en 2004. Fecundó en 500 diseños con elefantes, monos, murciélagos, porque gracias a la imaginación del artista cualquier animal puede volar.

Es una arista de las creaciones que han surgido de la colaboración entre artistas y los encargados del taller Arte Papel Vista Hermosa, personas de la comunidad.

No sólo se elabora papel con fibras naturales, sino piezas únicas, como joyería y cuadernos, por ejemplo, cuyas portadas las diseñaron Jan Hendrix, Francisco Castro Leñero y Demián Flores. O piezas como las expuestas en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), desde mañana, de Christina Kim y Kiff Slemmons.

Daniel Brena, director del CaSa, recupera la historia del espacio dedicado al papel, de materias como el chichicaste, maguey, ixtle, plátano, heno, pochote y amate, donde ahora se trabaja por pedido y los trabajos se venden en tiendas de Oaxaca.

Los rostros de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala en 2014 volaron sobre papalotes de papel lanzados al cielo por Francisco Toledo para buscarlos, no sólo por tierra, sino por lo alto, en los aires.

En la tradición, cerca del Día de Muertos, los papalotes se alzan en vuelo para traer y llevar de regreso las almas de los difuntos. Pero, en este día, Toledo convirtió estas aves de papel en un símbolo de esperanza por la vida.

Es abundante la historia de artistas nacionales y extranjeros que visitan Oaxaca: van, conocen el lugar y a Toledo, a las personas y los colores. Entonces regresan varias veces hasta que su arte se alimenta y transforma, en una continua labor de colaboración.