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La transición

Imparcialidad y transparencia

En octubre, la consulta sobre el nuevo aeropuerto

“En estos casos complicados, para no equivocarnos lo mejor es preguntar a todos“, dijo AMLO

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▲ Javier Jiménez Espriú, próximo titular de la SCT, y Andrés Manuel López Obrador dieron a conocer el dictamen acerca de las dos opciones que presentaron para la nueva terminal aérea.Foto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de agosto de 2018, p. 3

La decisión final sobre la construcción de una nueva terminal aérea en el valle de México será tomada por el próximo gobierno a partir de una consulta o encuesta ciudadana a escala nacional, a realizarse los últimos días de octubre, anunció el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Si la población opta por continuar con la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, se podría solicitar la participación de la iniciativa privada mediante la figura de concesión, ya sea de manera parcial o total.

La otra opción, planteada por el mandatario electo desde el tiempo de la campaña, es la operación simultánea de la terminal actual (Benito Juárez) y la base aérea militar de Santa Lucía, para lo cual también se recurriría a distintas vías de financiamiento.

Aunque puntualizó que seguir en la primera opción tendría un costo para el país de 300 mil millones de pesos y la segunda de 70 mil millones, el futuro presidente de la República subrayó que respaldará la decisión que adopte el pueblo de México, sin inclinar la balanza y, en cambio, prometió imparcialidad, limpieza, transparencia e información amplia del tema.

En el caso de que se decida continuar la obra, que se conduzca por el gobierno todo el proceso de construcción y sólo en el caso de que signifique sacar dinero del presupuesto entonces se puede concesionar para que no cueste al erario, a los ciudadanos. Le costaría al usuario. La concesión sería total o parcial, depende de lo que se necesitara para construir la obra, señaló.

López Obrador habló ayer en conferencia de prensa acompañado por integrantes de su gabinete, a quienes encargó la elaboración de un análisis técnico.

El mandatario electo defendió la estrategia de la consulta ciudadana, cuyo resultado será de carácter vinculatorio, y la ubicó como el primer ejercicio de democracia de su gobierno, pero sobre todo como la alternativa para solucionar un problema heredado:

Lo que no aceptamos es una camisa de fuerza. Sabemos que es muy complejo el tema, es enderezar entuertos, así, lo que decía el Quijote, o sea, desfacer entuertos, expresó.

Prometió, en cualquier escenario que resulte, cero corrupción en la operación de la terminal aérea –que necesariamente se definirá en su sexenio–, pero sobre todo respetar lo que decida la ciudadanía libremente, sin censura.

También enfatizó en dejar atrás las decisiones de una élite, de la clase política o de un grupo de expertos. No estemos actuando como tutores. El pueblo de México lo acaba de demostrar, es un pueblo avispado, sabio, adujo.

La ruta de la consulta –y el veredicto final– comenzará este mismo lunes con la entrega del diagnóstico no sólo a empresarios, grupos civiles y especialistas, sino al presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete, en el inicio de los trabajos de la transición gubernamental.

Socialización del debate

Otro bastión del plan es la socialización de la discusión mediante los medios de comunicación y de las benditas redes sociales. Incluso, anunció que pedirá espacios en los medios de comunicación para hacer de este tema de interés general.

Al mismo tiempo se mostró satisfecho por la expectativa favorable del sector empresarial.

El proceso deberá ser expedito, porque el 5 de septiembre se hará la recepción y compilación de opiniones hacia la preparación de la consulta, que hará el propio equipo del gobierno electo, ya sea en plazas públicas, a través del voto o con algún otro mecanismo demoscópico.

En estos casos complicados, para no equivocarnos lo mejor es preguntar a todos, manifestó.

Trabajo exhaustivo

El dictamen estuvo a cargo de los próximos secretarios de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, y de Hacienda, Carlos Urzúa Macías; asimismo, Alfonso Romo, quien será jefe de la Oficina de la Presidencia, y los asesores del gobierno electo José María Riobóo y Sergio Samaniego.

Jiménez Espriú explicó los pormenores y confirmó que aceptarán el veredicto ciudadano, aun cuando sea distinto a lo que plantearon en tiempos de campaña electoral.

Si la consulta dice que sigamos con este aeropuerto (en Texcoco), asumirá (la decisión) el presidente y su gobierno. El responsable directo sería yo, asumiremos la responsabilidad de que lo que se decida salga bien, dijo en entrevista.

Aseguró que el trabajo de este equipo, autor del diagnóstico, fue exhaustivo y, ante la existencia de un dictamen negativo para la operación simultánea de Santa Lucía y Benito Juárez –elaborado por el organismo especializado Massachussets Institute of Technology Research (Mitre)– lo que procede es buscar otro que avale lo anterior, en caso de que la consulta ciudadana ordenara la cancelación de las obras en Texcoco.

La decisión final, comentó, se dará a conocer posiblemente en los primeros días de noviembre y, en tanto, hacia el inicio del nuevo sexenio las obras comprometidas de Texcoco van a continuar.

Yo estaré a cargo de que lo que se haga de aquí en adelante se haga bien, se haga honestamente y se reduzcan en todo lo posible los lujos, el boato y que sea una cosa austera y digna, señaló.