Ť Las principales corporaciones privadas del país, por el control del mercado


El futbol, negocio redondo; mueve 500 mdd por transmisiones de tv

Ť Bebeto ganará 350 mil dólares mensuales; los seleccionados, entre 100 y 130 mil

Miguel Angel Ramírez y Roberto González Amador/I Ť Con cada silbatazo que marca el inicio de una temporada del campeonato mexicano de futbol comienza una competencia entre varias de las principales corporaciones privadas del país, que disputan un mercado de consumo que mueve casi 500 millones de dólares al año.

La disputa supera los límites de una cancha o un estadio de futbol, el deporte más popular del país.

Sueldos multimillonarios, jugosos contratos de publicidad, patrocinios de empresas privadas a los equipos de futbol, derechos de transmisión, pagos por publicidad estática en los estadios y, recientemente, el empleo de las emisiones por televisión para promover candidatos a la Presidencia de la República, esconden un negocio redondo para un puñado de promotores y empresarios, en el que el nombre del juego no es la promoción del deporte sino la obtención de la mayor tasa de ganancia en el menor tiempo posible.

Pero aun con tratarse del deporte más popular del país y de que las dos compañías de televisión han hecho del futbol una inagotable fuente de ingresos, el monto de los recursos que cada año se mueven por la comercialización de este deporte está protegido por una muralla más indescifrable que los criterios de un árbitro para marcar un penal.

Los clubes de la primera división profesional y la propia Federación Mexicana de Futbol, la asociación que establece las reglas y rige el desarrollo de este deporte en el país, rehusaron dar información sobre los ingresos que obtiene cada uno de los equipos por la comercialización de su imagen.

Pero expertos de dos agencias de publicidad ųuna extranjera y otra nacionalų estiman que cada año ųperiodo en el que son disputados dos torneos de la primera división profesionalų el mercado de publicidad durante la transmisión por televisión de los juegos genera una facturación de 500 millones de dólares, que convierten a la actividad en uno de los principales canales de promoción de marcas comerciales en el país.

"En este cálculo no se consideran torneos extraordinarios, como las copas América o Confederaciones (disputadas recientemente). Se puede decir que los 500 millones de dólares en facturación por publicidad incluye solamente los dos campeonatos de la primera división que se disputan cada año", dice uno de ellos, quien pide el anonimato, debido a que su agencia maneja las cuentas de dos empresas que se anuncian durante las transmisiones de futbol.

Los datos aportados por los dos especialistas en el mercado publicitario en México indican que 65 por ciento de los ingresos por este rubro son captados por Televisa, mientras que otro 35 por ciento lo obtiene Tv Azteca, las dos empresas que comparten el duopolio de la televisión abierta en el país.

El dinero del futbol, sin embargo, extiende sus beneficios más allá de los ingresos que las televisoras pueden obtener por comercializar los espacios de difusión de los encuentros.

Sin duda, uno de los renglones en los que las cifras son acompañadas de varios ceros es en el relativo a los sueldos percibidos por los jugadores y entrenadores de los principales equipos de la liga.

El brasileño Roberto Gama de Oliveira Bebeto, que hasta el año pasado jugó con el Botafogo, fue adquirido recientemente por el club Toros Neza, con sede en el populoso municipio de Ciudad Nezahualcóyotl, en el estado de México, cuyo estadio no registra una taquilla mayor a 10 mil aficionados por encuentro en que juega como local.

Bebeto devengará un salario mensual de 350 mil dólares, una remuneración 35 veces superior a los nueve mil 750 dólares mensuales que percibe el Presidente de la República. El sueldo anual de este jugador, de 4.2 millones de dólares, es apenas inferior en 1.6 millones a los cinco millones 834 mil dólares que el Estado destina en un año para cubrir las remuneraciones de los 637 mil 337 trabajadores del sector salud.

No es un caso único, aunque sí el más notable de los conocidos.

Una veintena de jugadores de equipos de futbol de la primera división, principalmente los convocados a formar parte de la selección nacional, obtiene de sus respectivos clubes salarios individuales de entre 100 mil y 130 mil dólares al mes, libres de impuestos, que no incluyen las primas devengadas por desempeño ni los ingresos adicionales por participar en el Tri. Un ejemplo: por haber obtenido el título en la final de la Copa Confederaciones ųdisputada en la primer semana de agostoų cada seleccionado recibió un premio de 50 mil dólares y un reloj de oro.

Los futbolistas no son los únicos beneficiarios de millonarias percepciones. Los cheques con varios ceros también llegan a algunos de los directores técnicos de las escuadras de primera división.

Como ejemplos, el entrenador Ricardo LaVolpe, del Atlas, obtiene un salario de 100 mil dólares al mes, y Angel Cappa, del Atlante, club de Televisa, 50 mil dólares, también mensual.

Por dirigir los últimos cuatro juegos del Puebla en la temporada pasada, el español José Mari Bakero percibió un sueldo de 500 mil dólares. El equipo descendió, no obstante, a la primera división A, un circuito que antes era conocido como la segunda división, aunque para la temporada que se inicia este sábado se mantendrá en el primer circuito, debido a la compra de una franquicia.

ƑHasta dónde llega el negocio de los dueños del futbol mexicano?

Es una pregunta que pocos empresarios del deporte gustan responder. El de los dineros es un tema que se maneja en privado, con discreción.

Hay algunos indicios. Los clubes de futbol, desde los que compiten en la primera y hasta la tercera división profesional, encontraron en la promoción de marcas impresas en los uniformes de sus jugadores una forma de obtener recursos.

El monto de los patrocinios por este mecanismo varía según la empresa y el equipo. Hace unos días, Banamex, el principal banco del país, concretó un acuerdo con Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Como parte del convenio, la escuadra universitaria recibirá tres millones de dólares por portar en la camiseta, durante dos años, el logotipo de la institución de crédito.

Antes, Pumas recibió hace dos años un pago de Televisa por 50 millones de pesos, a cambio de los derechos de transmisión de sus encuentros como locales en el estadio de Ciudad Universitaria.

El club Atlas, subcampeón en el torneo pasado, recibió de Televisa 16 millones de pesos por los derechos de transmisión de sus juegos como local, tras un contrato con dos años de duración. Este mismo equipo obtuvo 23 millones de pesos del Grupo Modelo por portar en su camiseta el logotipo de la cerveza Corona. Y, por usar uniformes de la marca Atlética durante dos años, obtuvo de esa empresa de ropa deportiva 100 mil dólares.

El negocio a la vera del futbol tiene posibilidades infinitas. Informes confirmados por este diario señalan que las empresas que colocan sus logotipos en los anuncios estáticos que rodean las canchas pagan cada una cinco millones de dólares por temporada. La firma que comercializa estos espacios en la mayoría de estadios es una filial de Televisa.

Demasiado negocio para un deporte que, salvo modestos repuntes, brinda pocas satisfacciones a millones de aficionados que pasivamente siguen cada fin de semana las incidencias de la liga.


Las normas dictadas por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) establecen que una persona o entidad de negocios no puede ser propietaria de más de un equipo al mismo tiempo.

Presidentes de los clubes de futbol de la primera división.

Club de Futbol América SA de CV, Raúl Quintana. Propiedad de Televisa.

Club de Futbol Atlante SA de CV, José Antonio García. Propiedad de Televisa

Impulsora del Deportivo Necaxa, SA de CV, Enrique Borja García. Propiedad de Televisa.

Club Atlético Morelia SA de CV, Alvaro Dávila Alanis. Propiedad de Televisión Azteca.

Toros Atlético SA de CV (Celaya), Enrique Fernández Prado, fabricante y distribuidor de productos lácteos.

Futbol Club Atlas AC, Alberto de la Torre

Club Deportivo Social y Cultural Cruz Azul AC, Guillermo Alvarez Cuevas. Propiedad de la cooperativa Cementos Cruz Azul.

Promotora Deportiva Guadalajara, Salvador Martínez Garza, tiene los derechos de las Chivas por 10 años. Es propietario de Mexicana de Lubricantes (Mexlub), empresa que distribuye los aditivos de Petróleos Mexicanos.

Promotora Deportiva Esmeralda (León), Roberto Zermeño, representante de empresarios que poseen discotecas en Acapulco.

Club Deportivo México SA de CV (Toros Neza), Juan Antonio Hernández Venegas, propietario de la empresa de autofinanciamiento Autofin.

Club de Futbol Monterrey AC, Gilberto de Jesús Lozano. El equipo pertenece a la Cervecería Moctezuma y a Cementos Mexicanos, que encabezan, respectivamente, Eugenio Garza Lagüera (también propietario de Bancomer) y Lorenzo Zambrano, accionista de Banamex.

Sinergia Deportiva SA de CV (Tigres, NL), Fernando Urdiales Guerra. Equipo propiedad de Cementos Mexicanos, empresa de Lorenzo Zambrano, también accionista de Banamex.

Promotora del Club Pachuca SA de CV, José de Jesús Martínez Patiño, distribuidor de neumáticos.

Fundación para el Fomento Deportivo de Puebla AC, Francisco Bernat Cid, concesionario de Pepsi Cola en el estado.

Club Santos Laguna SA de CV, Francisco Javier Dávila Rodríguez. Del Grupo Modelo, principal productor de cerveza en el país.

Deportivo Toluca Futbol Club SA de CV, Rafael Lebrija Guiot. Pertenece al Grupo Modelo.

Club UA de Guadalajara AC (Tecos), Juan José Leaño Alvarez del Castillo. Pertenece a la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Club Universidad Nacional AC (Pumas), Javier Jiménez Espriú (vicepresidente ejecutivo). Administrado por un patronato de ex universitarios, entre los que se cuenta Gilberto Borja Navarrete, accionista de Ingenieros Civiles Asociados, la principal constructora del país y accionista de Banamex.


Ť Decir que el futbol sólo genera pérdidas es el negocio de los dirigentes


Por ser una asociación civil, la FMF se niega a pagar impuestos

Ť El organismo rector del balompié incumplió en el pago de utilidades a los trabajadores

Miguel Angel Ramírez y Roberto González Amador/II Ť La Federación Mexicana de Futbol se cimbró cuando Juan Antonio Hernández, en su calidad de tesorero, pagó al fisco 23 millones de pesos de impuestos. El hecho fue considerado como una herejía por los propietarios de los clubes, que jamás habían hecho contribuciones en su larga existencia, apelando a que son una asociación civil sin fines de lucro; por eso pedirán la devolución a la Secretaría de Hacienda.

En el futbol, la bandera de los dirigentes siempre ha sido que no ganan dinero, a pesar de las millonarias cantidades que por comercialización del deporte obtienen. Por eso, no dudaron en pedirle su renuncia a Juan Antonio Hernández, quien lo hizo tras el último ejercicio fiscal de la FMF.

Aunque puntualizó que no quiere lavarse las manos, Hernández reveló que fue un despacho de auditoría externa (Del Valle y Asociados) "el que determinó que debían pagarse esos impuestos. Obviamente yo luché porque fuera la menor cantidad posible. Esa es mi obligación, en ese momento lo era; hice mi mejor esfuerzo para que el resultado o monto de pago fuera el menor posible, dentro de lo correcto. Si yo hubiera planteado una situación contraria, y le hubiera señalado al despacho de auditoría externa que no se pagaban impuestos, hubiera dejado a la FMF en un estado de indefensión total, y no creo que fuera profesional de mi parte".

El directivo reconoció que la institución nunca había pagado impuestos, "porque siempre había tenido resultados negativos", pero que ahora todo se debió "a la derrama, digamos, de la primera entrega que hizo Televisa por el contrato 1998-2002" de exclusividad de la selección nacional, "donde obviamente, la federación tuvo ese ingreso importantísimo. Si pudiéramos regresar en el tiempo, y en este momento se estuviera discutiendo el contrato con Televisa, se podría haber advertido que ese gran ingreso iba a llevarnos a pagar impuestos. Y que entonces lo mejor era dividir en partes iguales, en 48 pagos mensuales, el ingreso. Y de esa manera no hubiéramos tenido el ingreso tan grande y no hubiéramos tenido que pagar impuestos".

Informó que la diferencia entre los ingresos y los egresos fue alrededor de 136 millones de pesos. A esa cantidad se le redujo aproximadamente "67 millones de pesos, que tenía de pérdidas acumuladas la federación. Entonces, se tuvieron que pagar impuestos sobre la base gravable de 69 millones de pesos, por lo cual se pagaron los 23 millones y fracción; son las cifras que recuerdo a grandes rasgos".

Al hacerse público el pago de esos impuestos, los trabajadores de la federación esperaron por fin un reparto de utilidades. Pero el jefe del departamento jurídico de la FMF, Guillermo Andrés Braham, les explicó, en una misiva fechada el 4 de junio pasado, el porqué no lo hicieron. "Por medio de la presente y en relación a su escrito de fecha 31 de mayo próximo pasado les comunicamos que no es posible llevar a cabo el reparto de utilidades derivado de las utilidades reflejadas en la declaración del pago de impuestos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público efectuado por el anterior Tesorero, C.P. Juan Antonio Hernández Venegas, por supuestas utilidades, debido principalmente a las siguientes consideraciones:

1. La federación está constituida como una asociación civil, esto significa que no tiene fines de lucro sino que su objeto social es el de fomentar, organizar, dirigir y difundir la práctica del Futbol en toda la República Mexicana.

2. En toda asociación civil no existe reparto de utilidades por las razones expuestas en el punto anterior.

3. En caso de que por error, como es el caso, se paguen a Hacienda supuestos impuestos por utilidades generadas, procede la devolución de los mismos por ser un pago indebido.

4. La federación está procediendo a presentar una declaración complementaria y en su momento tramitará la devolución de impuestos, documentos que se harán de su conocimiento".

Hernández avaló lo anterior, argumentando: "Hay un apartado que estipula que este tipo de asociaciones no se ve sujeto a este esquema. No recuerdo el artículo, pero es muy claro en el sentido de que las asociaciones civiles o, donde cae la FMF no se da ese hecho, porque no hay reparto de utilidades entre los accionistas. Yo nunca he sabido, en los ocho años que ya tengo dentro del futbol organizado, que me llamen un día y me digan 'oye Juan Antonio, aquí esta esto de tu reparto de utilidades', que sería lo mismo para los empleados, toda proporción guardada".

Sin embargo, en 1995, el entonces tesorero de la FMF, Alejandro Orvañanos, recordó que una asociación civil no maneja el término utilidades, y que, "de cada nuevo peso que ingresa, 27 centavos quedan de remanente; así, en los últimos años se produjo un superávit cercano a los 12 millones de nuevos pesos, aunque como existían pérdidas de años pasados, el remanente real fue de 8 millones, de los cuales cerca de 60 por ciento se repartirá a los clubes" (Alto Nivel, noviembre de 1995).

Ahora, a los trabajadores sí les iban a dar algo de reparto de utilidades. Un informante de la institución señaló que en una junta del Consejo Nacional se habló primero de repartir cierta cantidad, después dijeron que darían 5 mil pesos a cada trabajador, pero al final Rafael Lebrija, presidente de la primera división, sugirió no darles nada; como siempre. En entrevista, Lebrija rechazó que el tema lo haya abordado el máximo organismo de la FMF. Además, dijo que los trabajadores "saben que no ganamos dinero; no tuvimos utilidades. Todos los equipos hemos perdido".

La ley es la ley

Las secretarías de Hacienda y del Trabajo, entre otras, elaboraron para este 1999 un Manual Laboral y Fiscal sobre la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas, por lo que, Eduardo Miranda Esquivel, procurador general de la Defensa del Trabajo del Gobierno del Distrito Federal, no coincide con los dirigentes del futbol. Recordó que en el manual (inciso C del tema Empresas obligadas a repartir utilidades a sus trabajadores) se establece claramente.

"Las asociaciones o sociedades civiles constituidas sin fines de lucro, que obtengan ingresos por la enajenación de bienes distintos a su activo fijo o presten servicios a personas distintas de sus miembros, siempre que dichos ingresos excedan de 5 por ciento de sus ingresos totales, tienen obligación de repartir utilidades a sus trabajadores por estos conceptos".

Agregó que los trabajadores de la federación tienen todo el derecho al reparto de utilidades, y que las autoridades deben realizar una investigación, pues podría tratarse de una simulación jurídica lo que pregona la FMF. Y es que en su artículo 6 del estatuto de la institución futbolística se establece: "La federación permanecerá ajena a toda cuestión de carácter racial, político o religioso y atenta a su naturaleza jurídica carece de cualquier finalidad lucrativa, dado que su patrimonio y sus recursos se destinarán al fomento integral del futbol asociación".

Aunque para Juan José Leaño, ex presidente de la FMF y titular del club Tecos de la UAG, esto es letra muerta. "...yo estoy convencido de que, visualizando los tangibles e intangibles, el futbol puede ser un extraordinario negocio, aunque, reitero, se requiere de mayor unidad para poder realmente sacarle todo el jugo posible". (Alto Nivel, noviembre de 1995).

Por lo pronto, a quien espera exprimir Juan Antonio Hernández es a Bebeto. Apuntó que la empresa Autofin absorbe una pérdida de tres millones de dólares que tiene el Neza por temporada (rechazó explicar los detalles), pero "en este campeonato, y en los que sigan, vamos a entrar a otra circunstancia, que puede ser más agresiva la pérdida o menos. Me explico. Nosotros nunca habíamos integrado a un jugador con las características de Bebeto, me refiero con su costo y con ese beneficio. Tuvimos a Antonio Mohamed, que podía ser un símil, pero que obviamente nunca representó ese factor de inversión ni ese factor de gasto. En primer lugar, José Roberto Gama de Oliveria fue integrado desde el punto de vista futbolístico, porque lo más importante que necesita ahorita el equipo es lo futbolístico. Si aparte de ello se complementa con un factor de imagen, que bueno. Entonces, yo espero que no fallemos en lo futbolístico con Bebeto, lo otro está garantizado. Ahora, Ƒcuánto va a durar? No lo sé. Estamos entrando en una etapa incierta, porque por el alto costo que representa la integración de Bebeto ųsi no somos capaces de demostrar futbolísticamente una brillantez, una buena imagen, pero primordialmente un excelente resultadoų, pues no va a venir por consiguiente lo demás. ƑQué es lo demás? Magníficos anunciantes, magníficos contratos, etcétera".

"Ejemplificando, a lo mejor Tv Azteca nos estaba ofreciendo 100 pesos antes de que contrataramos a Bebeto, y a lo mejor yo estaba dispuesto a aceptarlos. Ahora, con la contratación de Bebeto nosotros pretendemos mínimo 300".

No ofreció las cifras que percibirá Bebeto, quien se trajo de su país hasta a sus guaruras (al perico no, porque ese donde quiera es verde), pero rechazó que el futbol mexicano dé lo suficiente para percibir sueldos de 100 mil dólares mensuales.


Ť Codesal, involucrado en casos de sobornos en 1987, ahora dirige a los silbantes


El arbitraje, ligado a los manejos jugosos del balompié

Miguel Angel Ramírez y Roberto González Amador /III y última Ť En el negocio del futbol, ni los responsables de impartir justicia pueden tirar la primera piedra.

En una grabación que el equipo León filtró a la prensa, en 1987, aparecía el nombre de Edgardo Codesal como uno de los involucrados en sobornos a los árbitros. Pero para fortuna del ex silbante mundialista y actual titular de la Comisión de Arbitraje de la FMF, su suegro, Javier Arriaga, y Rafael del Castillo, otrora titular de la Comisión de Arbitraje de Concacaf y de la FMF, respectivamente, lo protegieron y no lo expulsaron como a Enrique Mendoza Guillén, Jorge Alberto Leanza y Joaquín Urrea; sólo lo amonestaron.

La grabación ųuna de las cuatro en poder del Leónų no tuvo el destino que deseaban los dirigentes esmeraldas, capitaneados por Federico Madrigal. Se la proporcionaron a Ignacio Matus, en ese entonces directivo del Esto y actualmente, en Ovaciones, para que desenmascarara a los árbitros. Sin embargo, Matus no publicó nada y el casete se lo llevó a Javier Arriaga. El que dirigió por casi 20 años a la Comisión de Arbitraje de la FMF agradeció el favor del amigo y depositó la bomba en manos de Rafael del Castillo.

El entonces titular de la federación citó a Madrigal y a los demás dirigentes leoneses. Nadie puso en duda la autenticidad de la grabación (hecha por un familiar de los directivos leoneses, al detectar que los silbantes siempre se comunicaban a un restaurante), pero la gente de León también era culpable por haber pagado los sobornos. Del Castillo propuso dos soluciones: que todos renunciaran y regresaran pasado un tiempo o quitarles la franquicia y expulsarlos del futbol organizado. Despúes, el conjunto esmeralda estrenó pronto directiva.

Posteriormente, 10 árbitros se reunieron con Del Castillo y empezó a correr al casete. Ninguno de los convocados pudo declararse inocente, pese a que Arriaga hizo un arreglito para limpiar el nombre de su yerno. La salida ofrecida por el presidente de la FMF no fue pareja; a Mendoza Guillén, Leanza y Urrea los conminó a abandonar el arbitraje. Incluso, les autorizó a que le echaran la culpa a Arriaga o a él, pues los medios de comunicación buscarían una explicación. A los que no eran de la elite arbitral, se les informó que estaban fuera.

Alguien preguntó entonces, por qué Codesal no estaba incluido, aunque era inocultable la protección de su suegro. Del Castillo contestó que él y otro silbante joven no estaban muy involucrados, por lo que se les brindaría otra oportunidad. Aunque Codesal, de origen uruguayo, hizo su debut en primera división en octubre de 1977, no tenía mucho tiempo como árbitro internacional; apenas en 1983 obtuvo su grado. Su único castigo fue no participar en la liguilla por el título del campeonato 1986-87.

Del Castillo no encontró otra salida. Un escándalo en el arbitraje llevaría a descubrir que él se llevaba 5 mil dólares por partido del Tri, mientras al bolsillo del ex árbitro Javier Galindo ingresaban 2 mil 500 dólares. Galindo, ex gerente de las selecciones nacionales, justificaba este cobro extra que se hacía, diciendo que debían tener viáticos. Cuando Jesús Reynoso fue presidente de la FMF emuló en esto a Del Castillo. Pero a él sí lo descubrieron sus colegas, sólo que en una reunión se acordó no pedirle cuentas. Ya iba a terminar su gestión y debía evitar el escándalo.

Casitas de regalo

Urrea y Leanza no hicieron olas. Aceptaron el despido, pero Mendoza Guillén trató de no ser involucrado en los casos de sobornos. Pero el mismo Arriaga ya lo tenía bien checado desde tiempo atrás. En cierta ocasión, lo mandó llamar para notificarle que estaba enterado de la casa que le había regalado un equipo de la capital. Mendoza Guillén argumentó que "no era malo aceptarla", pues su trabajo en la cancha siempre fue imparcial cuando dirigió partidos de ese club. Arriaga le dijo que debía regresarla. Hoy, el ex árbitro, luego de tener una aventura en el futbol rápido, es el instructor oficial de la Comisión de Arbitraje, presidida por Codesal.

Por cierto, es la segunda ocasión en que Codesal está al frente de esa comisión. La primera vez, lo despidieron porque en la temporada 1993-94 se le ocurrió colgarles publicidad a los silbantes. Mario Rubio, otro ex árbitro mundialista y ex titular de la Comisión de Arbitraje, notificó con detalle a la FIFA lo hecho por Codesal. Los del máximo organismo del futbol mundial multaron con 70 mil dólares a la FMF por violar los reglamentos.

Pero Codesal, con la bendición de Televisa, regresó. Está al frente de los árbitros y con un sueldo de 80 mil pesos mensuales, que va en contra de los reglamentos de la institución. El artículo 52 del estatuto señala: "Las comisiones permanentes de la federación, mencionadas en orden alfabético, son: a) Arbitros...", y entre las facultades del Consejo Nacional (artículo 36) está: u) Designar a los miembros que integran las comisiones permanentes y temporales de la federación, los cuales siempre serán cargos honoríficos".

Con el apoyo de los de Chapultepec 18, Codesal también se introdujo en la Comisión de Arbitraje de la Concacaf y de la FIFA. En estos organismos no sólo lo conocen por haber pitado la final del Mundial de Italia 90. En la eliminatoria mundialista para EU 94, algunos silbantes extranjeros se quejaron de que Edgardo los invitaba a Acapulco y les sugería apoyar a la selección mexicana. Los visores de los partidos incluso ordenaron a Codesal evitar cualquier contacto con los árbitros.

Los otros autogoles

A los árbitros se les acercan para que los equipos ganen deslealmente, mientras que fuera de ella, el promotor es una excelente vía para llenar más las arcas de algunos dirigentes. Francisco Javier Ibarra, ex titular de la Federación Mexicana de Futbol y ex presidente del Atlas, iba a meter un autogol de más de dos millones de dólares a la institución rojinegra con la venta del pase de Rafael Márquez.

Ibarra no logró mantenerse en algún puesto directivo, por primera vez en 15 años, tras las elecciones del pasado 11 de mayo. La planilla encabezada por Alberto de la Torre resultó triunfadora, y cuando se le acercó Ibarra no fue para felicitarlo, sino para decirle que había dado su palabra de vender la carta de transferencia de Márquez, y habría que cumplir. No quiso identificar al equipo comprador. Unicamente señaló que el precio pactado fue de un millón 500 mil dólares, y que la promesa se la hizo al promotor Guillermo Lara, quien concretaría la venta.

La herencia de Ibarra en el club fue un déficit de 106 millones de pesos, y aunque necesitaban dinero, De la Torre prefería conservar a Márquez y a todos los demás rojinegros que levantaron al club en la temporada pasada. Cuando lo hizo público, se enteró del equipo que pretendía al zaguero. Los de Tigres de la U de Nuevo León preguntaron si no consideraban suficiente el precio ofrecido, y contestaron que no era lo justo, pues se trataba de un joven con gran futuro futbolístico.

Los de Tigres indicaron que lo era, pues 3 millones 750 mil dólares es una cifra más que aceptable, por lo que Ibarra y Lara se iban a repartir dos millones 250 mil dólares de ganancia. Y no era su único negocio en esta temporada; Miguel Zepeda y el portero Erubey Cabuto también estaban apalabrados con otros clubes. Márquez sí salió del Atlas, pero se fue al Mónaco de Francia por seis millones de dólares.

Pese a sus problemas con la FMF (lo acusaron de fraude, junto con Emilio Maurer), Lara se convirtió en uno de los dos comodines de los dirigentes; el otro es el promotor Carlos Hurtado. Actualmente está de regreso en el León, donde incluso impone nuevas condiciones ųa través de su brazo derecho Jorge Huenzeų a los jugadores. Porque los esmeraldas sólo tendrán ahora garantizado el pago de 50 por ciento de su sueldo. Si quieren cobrar el resto, deben ganar los partidos.

Al frente del León, por cierto, aparece Roberto Zermeño, quien también está de vuelta en el club leonés y fue de los que tuvo conocimiento de las grabaciones antes mencionadas. Esos silbantes poco tenían que envidiarle a Ibarra y Lara, pues la cuota por partido ganado era 3 millones de pesos (a mediados de los 80) y millón y medio por empate. Y los que manipularon siete encuentros para llevarse una quiniela de Pronósticos Deportivos, mucho menos; fue como si vendieran a varios Márquez de un solo golpe.