Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 13 de noviembre de 2002
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Política

Arnoldo Kraus

Andar

Andar es una coincidencia feliz, aunque quizá tenga una "buena porción" que haga que la coincidencia no sea mero azar. Andar implica ir de un lugar a otro, obrar, proceder, y Andar es una organización recién creada que promueve movimiento: Alianza Nacional por el Derecho a Decidir.

En el mundo contemporáneo, donde la modernidad y la globalización dominan, la sociedad no puede quedar a la vera de algunas decisiones que deben ser modificadas de acuerdo con nuevas directrices y nuevos elementos de juicio. Temas como la clonación, la reproducción asistida, el uso terapéutico de células madres -según Ruy Pérez Tamayo células estaminales es el término adecuado- y el aborto son, entre otros, tópicos que entremezclan cuestiones viejas e inquietudes nuevas que competen a científicos y a políticos, pero fundamentalmente a la comunidad. Las nociones enumeradas comparten una característica cimental: tienen que ver con la vida. Con la vida de una persona o de su pareja y con las decisiones que ésta -la persona o la pareja- tome en relación con su concepto de mundo, de persona, de sociedad.

Dentro de ese marco, tres constantes son fundamentales: el ser humano es autónomo, la ley debe ser respetuosa de los derechos humanos y debe ser acatada por todas las personas y, por último, ni el gobierno ni las iglesias ni otro tipo de instituciones pueden inmiscuirse en las decisiones de las personas. La triada anterior permite al individuo ejercer sus derechos en forma libre y le exige ser respetuoso de los derechos de los demás. Le permite vivir con dignidad y generar un ámbito adecuado para sus creencias y principios. Lo contrario, cuando gobierno o clero pretenden imponer sus directrices sobre algunos de los temas antes señalados, genera conflictos y en muchas ocasiones enfermedades o muertes previsibles, como sería el caso de los abortos llevados a cabo en la clandestinidad. Violar la autonomía violenta algunas de las garantías consagradas en la Constitución y pone en riesgo la democracia y la libertad, amén de cuestionar los principios elementales de cualquier Estado que base su discurso en el respeto a la persona.

La Alianza Nacional por el Derecho a Decidir nace "con el propósito de fortalecer el ejercicio de los derechos sexuales y los derechos reproductivos de todas las personas en México". Los derechos sexuales establecen que toda persona tiene la facultad de ejercer libremente su sexualidad y que nadie deberá sufrir discriminación por su orientación sexual. Acerca de los derechos reproductivos, el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que "Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos. Toda persona tiene derecho a la protección de la salud".

Asimismo, México firmó en 1994 el acuerdo internacional sobre los derechos reproductivos adoptado en la Conferencia sobre la Población y Desarrollo, convocada por Naciones Unidas, el cual sustenta que los derechos reproductivos "(...) se basan en el reconocimiento básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos... También incluye su derecho a adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos de derechos humanos".

A pesar de los códigos anteriores, en nuestro país no se respetan esas prerrogativas. Prerrogativas que forman parte del corpus y de la filosofía de Andar y que se entienden cuando se repasa lo que sucede con el aborto en México.

Aunque por razones obvias no existen cifras oficiales, se calcula que cada año se producen entre 500 mil y 850 mil abortos, la mayoría practicados en pésimas condiciones de higiene. Se sabe que el aborto inducido es la tercera causa de muerte en mujeres jóvenes y que la mayor parte de la sangre de los hospitales públicos de ginecobstetricia se utiliza para paliar las complicaciones surgidas por estos procedimientos. Huelga decir que se desconoce cuántos hijos quedan huérfanos, cuántas madres sufren consecuencias físicas y síquicas en ocasiones intratables y cuánto gasta la sociedad para tratar estos problemas.

Respetar la libertad ajena es fundamental. Contextualizar el valor de la persona dentro del ámbito de la ética debería ser aspiración de la sociedad y del Estado. Fomentar la tolerancia debe ser signo de cualquier gobierno que esgrima las banderas de la ética, de la libertad y de la justicia. Es cierto que la vida es santa, pero no es menos cierto que la vida como santidad, como patrimonio, empieza al respetarse la dignidad e integridad del ser humano.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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