Usted está aquí: domingo 12 de marzo de 2006 Sociedad y Justicia La privatización de servicios de agua adeuda aún los resultados ofrecidos

Es un robo, pasan tres días sin líquido pero el recibo nunca falta, dice aguascalentense

La privatización de servicios de agua adeuda aún los resultados ofrecidos

El Congreso de Coahuila tasa en 6 millones de dólares los cobros indebidos durante 2004

ANGELICA ENCISO /II Y ULTIMA

Ampliar la imagen Mazahuas expusieron las dificultades que enfrentan, durante la presentación de Agua, emergencia en puerta Foto: José Carlo González

La privatización de los servicios integrales de agua potable en el país no ha sido exitosa ni ha generado la inversión esperada por los gobiernos en las tres ciudades donde esto ha ocurrido. Sumado a ello, los casos afortunados de manejo público del agua son más notables y Monterrey se ha convertido en un referente.

En un balance sobre el abastecimiento del agua realizado por los corresponsales de La Jornada en 10 ciudades, se muestra la crisis que existe en el abasto del líquido. Escasez, racionamiento y sobrexplotación de acuíferos son la constante.

Desde 1993, en Aguascalientes el servicio total de agua potable para 1.05 millones de personas está a cargo de la empresa Concesionaria de Aguas de Aguascalientes Sociedad Anónima (CAASA), propiedad de la firma francesa Compagnie Generale Des Eaux. El contrato original fue por 20 años, pero en agosto de 1997 la concesión se amplió 10 años más.

Antes de la concesión, la población pagaba unos 20 pesos por un consumo de 40 metros cúbicos, pero en 1996 el aumento fue de más de 200 por ciento. Ahora al mes, por 20 metros cúbicos, se pagan 96.73 pesos y por cada metro cúbico extra, otros 6.43 pesos.

La concesionaria comenzó con la operación de 52 pozos, actualmente explota 170, de los que extrae el líquido a más de 600 metros de profundidad, cuando en 1960 se hacía a 30 metros. Tanto las oficinas de la empresa como la presidencia municipal han sido escenario de manifestaciones de rechazo por el mal servicio.

La escasez no se ha resuelto, entre 30 y 40 por ciento de las colonias están sujetas a tandeos, hay servicio una o dos horas al día, y en "otras sólo reciben aire y se les cobra", sostiene Adrián Castillo Serna, de la Comisión Ciudadana de Agua Potable.

Armando Benítez, de la colonia Insurgentes, afirma que "esto es un robo, pasan hasta tres días sin que llegue el agua, pero el recibo nunca falta". A su vez, Joaquín Ibarra, del fraccionamiento Miradores, indica que "todo mundo sabe que estos cuates de CAASA son unos ladrones; el recibo me llegó por 317 pesos, y siempre consumimos unos 260 pesos. No se vale".

Castillo señala que el acuífero del Valle de Aguascalientes podría agotarse en menos de 50 años por sobrexplotación. La extracción anual promedio es de 502 millones de metros cúbicos y la infiltración de líquido en el subsuelo es de sólo 300 millones de metros cúbicos.

En Quintana Roo se encuentra un segundo caso de servicio concesionado. Desde 1993 opera la empresa Desarrollos Hidráulicos de Cancún (DHC), donde participa la compañía francesa Suez. Atiende a unos 600 mil habitantes de los municipios Benito Juárez e Isla Mujeres. Esta concesión tiene la particularidad de que incluye la planeación de la obra, construcción de infraestructura, inversión, operación del servicio, medición, facturación, recaudación y administración, así como el alcantarillado y saneamiento, indica el delegado de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado en Benito Juárez, Luis Fernando Dorantes.

En Cancún la cobertura en drenaje es de 84 por ciento, además de que es uno de los pocos lugares en el país donde el sistema de drenaje pluvial y sanitario están separados. La tarifa de hasta 10 metros cúbicos mensuales, que es la básica, y las más extendida entre la población, es de 48 pesos.

Dorantes reconoció que el principal problema de la concesión fue la falta de precisión en el contrato, lo cual dificultó el trabajo de supervisión. Durante 10 años, DHC no invirtió en infraestructura y la situación llegó a tal punto que en 1998 el gobierno intervino. Después la relación mejoró y se realizó un nuevo manual de evaluación y mejores instrumentos de seguimiento.

El tercer caso de concesión integral se dio con la creación de la empresa mixta Aguas de Saltillo, en la que participa Aguas de Barcelona; los problemas en este caso son las altas tarifas, los cortes del servicio a usuarios morosos, ya que se ha privilegiado la ganancia económica sobre la conservación de agua y del ambiente.

En 2004 concluyó una auditoría del Congreso de Coahuila que documentó numerosas irregularidades en el funcionamiento legal y administrativo, así como en la operación de la empresa, además de que se estimó que los cobros indebidos sumaron 6 millones de dólares.

Operación pública del agua

De las ciudades donde el manejo de agua es público, Monterrey está considerada modelo de eficiencia, ya que no hay cambio de personal, el gobierno no interviene, se mide el consumo al cien por ciento de los usuarios, se recauda entre 90 y 95 por ciento y se trata la totalidad de las aguas residuales, además de que se cubre 80 por ciento de Nuevo León, explica Jorge Infante. Precisa que la tarifa cubre los costos de operación, por lo que existe equilibrio financiero.

Tijuana también entra en esta categoría. El manejo del recurso corre a cargo de una paraestatal y, de acuerdo con una encuesta del Instituto de Mercadotecnia, 58 por ciento de los usuarios consideró justas las tarifas. En esta ciudad fronteriza se pierde 18.2 por ciento del agua potable, mientras la media nacional es de 50.4. Las pérdidas están ligadas, entre otros factores, a la falta de programas de control, malas estrategias de comercialización para facturar, el clandestinaje y la mala calidad de las tuberías.

A los usuarios se les cobra el costo real del líquido, que es de 12 pesos el metro cúbico. Es la única ciudad en México que tiene asegurado el suministro prácticamente las 24 horas.

Una situación distinta sucede en Sonora, donde la prolongada sequía de la década anterior llevó a la sobrexplotación de los mantos acuíferos. Durante el año pasado hubo una severa escasez de agua potable, porque no había nuevas fuentes de abasto, lo que llevó a que el gobierno instaurara el programa Agua Compartida, para racionar el fluido. La calidad del líquido es mala y la tarifa es de las más bajas del país: cinco pesos el metro cúbico.

Para resolver esta situación se firmó un acuerdo con los agricultores del distrito de riego 051, en mayo de 2005, para la transferencia de líquido de la costa de Hermosillo al consumo de la ciudad. Se construye el acueducto Los Bagotes, que en su primera etapa dotará a la ciudad de 750 litros de agua por segundo.

En Navojoa, en 1997, el ayuntamiento otorgó a una empresa privada un contrato para el manejo del agua, pero las autoridades municipales cancelaron el convenio y la compañía interpuso una demanda.

En Puebla no existe regularidad en el servicio y 78 por ciento de la población paga el servicio con regularidad. Las únicas protestas que se presentan ocurren cuando hay cortes a la gente que deja de pagar por periodos mayores a tres o cuatro años.

El Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Puebla remplazó a la empresa Cima, que dejó de operar en 2004 al considerarse que sus costos eran altos. De los mantos acuíferos cercanos, el del municipio de Tecamachalco se considera deficitario.

Ciudades costeras

En Puerto Vallarta se concesionó el tratamiento de las aguas residuales a la empresa inglesa Biwater. Aquí hay un evidente rezago de infraestructura y de dotación del líquido a residentes de 16 colonias. En una casa a medio construir de la colonia Campestre San Nicolás, Juana Simone señala que carece del servicio.

"A veces las pipas vienen a surtirnos a los ocho días, o a veces tardan dos semanas", relata en un día soleado, sudorosa por el esfuerzo de sacar agua de uno de los dos tinacos de mil 100 litros que tiene. Es decir, el tener agua es impredecible, así como el estado mecánico de las pipas de Seapal que "a cada rato se descomponen".

Este rezago no se puede explicar sin la firma del contrato "leonino", por 15 años, que fue impulsado por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari para que los empresarios ingleses, asociados al Grupo Interacción, encabezado por Carlos y Jorge Hank Rohn, operaran la planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad cuyo costo fue de unos 20 millones de dólares, aproximadamente.

En Mazatlán, cada mes una familia paga 37 pesos y desde hace al menos una década comenzó el desabasto. Sobre todo en verano, cuando los propietarios de los grandes hoteles en temporada alta adquieren agua en pipas para almacenarla. El desabasto llega a colonias populares como Villa Verde, Francisco Villa, San Fernando y Flores Magón.

En Los Cabos, Baja California Sur, la única fuente de abasto para San José del Cabo, el corredor turístico y Cabo San Lucas -con casi cien mil habitantes- es el acuífero de San José, que se encuentra en equilibrio con la extracción y no puede ser sobrexplotado, por los riesgos de contaminación por intrusión salina.

Hay casi 40 mil personas que no cuentan con red de agua potable y deben conformarse con el abasto por medio de pipas municipales. Mientras tanto, la población que cuenta con tomas domiciliarias, según el registro municipal, es de 50 mil usuarios. En la época de verano, cuando el consumo del líquido aumenta por las altas temperaturas, el suministro se restringe y se aplica el tandeo.

Con información de Claudio Bañuelos,
Hugo Martoccia, Antonio Heras,

Cristóbal García, Raymundo León,

Javier Santos, Irene Sánchez, corresponsales, y La Jornada de Oriente

 
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