Usted está aquí: jueves 31 de mayo de 2007 Gastronomía Antrobiótica

Antrobiótica

Alonso Ruvalcaba

Contra nostalgias: ubi sunt y collige

Ampliar la imagen El presente, un antídoto contra la nostalgia El presente, un antídoto contra la nostalgia Foto: Fabrizio León Diez

1. LA NOSTALGIA es una pérdida de vida y la vida es una pérdida de tiempo. Pero eso todo el mundo lo sabe y así qué chiste.

2. UNA COSA, tal vez, se puede salvar del naufrágio das ilusoes que es la nostalgia. El ubi sunt, esa colección de preguntas sin respuesta que se hacen los poetas cuando se detienen unos segundos ante una ruina (la ruina que es su vida o la ruina de una ciudad o el espejo quebrado de la luna o cualquier otra) y dicen ¿dónde están? Así el anónimo cantor del Wanderer, el errabundo que ha perdido a su señor y su espada: "y el creador de los hombres destruyó la ciudad, y libre del ruido y la furia de los ciudadanos, aquella obra de gigantes quedó vacía; y el errabundo pensó en estas cosas, y las ponderó, y pensó en esta lóbrega vida, sabio de espíritu, y recordó desde la distancia sus cuitas, y dijo estas palabras: "¿dónde está el caballo, dónde el jinete? [hwær cwom mearg? hwær cwom mago?, dice en retumbante anglosajón], ¿dónde está el dador de tesoros, dónde los asientos del festín y dónde los gozos del salón? argh, ¡la copa brillante y el guerrero y el esplendor del príncipe!" Así también se pregunta el querido transa Villon en su balada tristísima: "Où est la très sage Helloïs,/ pour qui fut chastré, puis moyne/ Pierre Espaillart a Saint Denis?/ Pour son amour ot cest essoyne./ Semblablement ou est la royne/ qui commanda que Buridan/ fust gecte en ung sac en Saine?/ Mais ou sont les neiges d'antan?" ¿Dónde la sabia Eloísa, por quien castraron a Abelardo [corchete: dice Paz en Piedra: "déjame ser tu puta, son palabras/ de Eloísa, mas él cedió a las leyes,/ la tomó por esposa y como premio/ lo castraron después"], y dónde las nieves de antaño?" Y así Manrique: "¿Qué se hizieron las damas,/ sus tocados e vestidos,/ sus olores?/ ¿Qué se hizieron las llamas/ de los fuegos encendidos/ d'amadores?/ ¿Qué se hizo aquel trovar,/ las músicas acordadas/ que tañían?/ ¿Qué se hizo aquel dançar,/ aquellas ropas chapadas/ que traían?" Y también Adrián Román: "¿qué fue del Coby con su mirada/ más triste y honda/ que la de las tortugas?/ A capricho del tiempo, todo está perdido/ y yo desnudo, frente al mar y las estrellas./ ¿Dónde está todo aquello que yo hubiera querido / y abrazado siempre?/ El alcohol y las lágrimas me confunden..." Y así Pablo King: "¿en dónde está Agustín, mi viejo amigo,/ amor de la montaña congelada.../ dejarte fue ver mi alma liberada,/ mas no quise ser cruel, menos contigo;/ ¿y dónde mi estructura y mi vergüenza.../ mi lúcido ánimo alto y sin pereza?"

3. HAY UN antídoto contra la nostalgia: el presente. "Coged de vuestra hermosa primavera/ el dulce fruto" dice Garcilaso, y Quevedo: "Coronemos con flores/ el cuello, antes que llegue el negro día"; y Gongoriux: "Antes que lo que hoy es rubio tesoro/ venza a la blanca nieve su blancura:/ goza, goza el color, la luz y el oro". A sor Juana le habla una rosa: "Goza sin temor del hado/ el breve curso de tu edad lozana,/ pues no podrá la muerte de mañana/ quitarte lo que hubieres hoy gozado"; y el severísimo Darío: "Gozad del sol, de la pagana/ luz de sus fuegos;/ gozad del sol, porque mañana/ estaréis ciegos"; y Ronsard: "Vivez, si m'en croyez, n'attendez a demain;/ cueillez dès aujourd'hui les roses de la vie", todos repitiendo a Ausonio y a Horacio, al que Zaidenwerg traduce en estos alejandrinos: "Huirá, mientras hablamos, envidiosa, la vida:/ cortá la flor del día sin creer en el mañana." Y que la negra muerte nos quite lo bailado.

4. UBI SUNT. Pero ahora mismo, entre la esperanza y el miedo, caras del futuro, y la nostalgia y el reproche, formas del pasado, el presente se disuelve: no hay flores que coger en ningún lado: ¿y Berenice?, ¿y Raco?, ¿y Tamara?, en el Gillow me hubiera gustado surfear en sus escotes, ¿y el Gillow?, ¿y las medianoches y Maribel?, ¿y los dílers en la del Valle, en la Roma y en el Centro?, ¿e Isabel en el cantil del vértigo?, ¿dónde el caballo, y el dador de tesoros, y el salón y la cerveza? No es la negra muerte, es despertarse, tender la cama y volver a dormir, es la vida la que nos quita lo bailado.

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