Opinión
Ver día anteriorViernes 17 de julio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Penultimátum

Trato preferencial de la Iglesia

L

a boda religiosa exprés que acaban de celebrar Vicente y Marta reafirma la creencia de algunos mercadólogos de que para la jerarquía católica hay creyentes de primera, segunda y décima categoría; que estos últimos son la inmensísima mayoría y que en el cielo las almas a lo mejor se confunden, pero en la Tierra ni de chiste. Y es que dos que tres, con una llamada telefónica, habilitan como templo hasta un rancho. Aunque las bodas deben celebrarse en sitios públicos, en el caso Fox-Sahagún “es el trato especial que brinda la Iglesia católica a ex jefes de Estado… como forma de reconocer el servicio que ofrecen o han ofrecido a la comunidad”, explicó el arzobispo de León, José Martín Rábago. Pero la arquidiócesis de esa ciudad condenó e invalidó esa boda en lo oscurito por celebrarse en un sitio privado. Realmente no sé ni siquiera si fue boda, o nada más una bendición o una oración, dijo Raúl Villegas, vocero de la arquidiócesis.

Esta boda milagrosa refuerza la convicción de que es hora de lanzar mensajes universales para que la confianza retorne a México y se cumpla la promesa de pertenecer al primer mundo. Por ello todo indica que quienes manejan el negocio de la selección mexicana de futbol aceptarán la propuesta más audaz, la que aseguraría viajar al Mundial de Sudáfrica y obtener el cetro que por décadas se le ha negado al seleccionado nacional. La fórmula la posee un triunfador nato que, como acaba de demostrarlo, supera cualquier obstáculo y convierte en éxito la adversidad: Vicente Fox, de la mano de una institución estadunidense que goza de amplio prestigio mundial, en especial en el oriente de Michoacán: el Pacific Institute, que preside el eminente Lou Tice.

El Centro Fox y ese instituto se encargarían de cambiar la mentalidad de los futbolistas, convertirlos de ratones de alcantarilla en tigres de bengala. El técnico Vicente afirma que ambas instituciones poseen larga experiencia en motivación para el triunfo. Y una muestra es que el Pacific fue el responsable de que el equipo de natación de Estados Unidos y los clavadistas chinos arrasaran con las medallas en las Olimpiadas de Pekín.

En el caso de la selección, el profesor Vicente advierte que no se trata de influir en el entrenador azteca para que adopte tal o cual sistema táctico de juego. Y mucho menos obligarlo a que alinee a las figuras que más admira la afición, como Fidel Dinosaurio Velásquez, Miguel El Peque Miramón o Maxi El barbas de chivo. Más bien se trata de que los jugadores suban su potencial mental, con lo cual México debería ganar el Mundial, y no solamente participar, como ocurre siempre. Por cierto, Maxi nunca juega con la corona puesta.