Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 23 de agosto de 2009 Num: 755

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Pérez-Reverte: con el corazón desbocado
JORGE A. GUDIÑO

El alfabeto de Babel
SALOMÓN DERREZA

Sergio Ramírez: de una tierra de pólvora y miel
RICARDO BADA

Siete mujeres y Picasso
HÉCTOR CEBALLOS GARIBAY

Rius: 75 años en su tinta
JUAN DOMINGO ARGÜELLES entrevista con EDUARDO DEL RÍO

Juana de Ibarbourou: 80 años de Juana de América
ALEJANDRO MICHELENA

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Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

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ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
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El México de Truffaz + Murcof

Venimos regresando de Querétaro. Allá nos mostraron algunos DVD's de música contemporánea –la mayoría piratas, para qué mentir– de entre los cuales llamó nuestra atención el del trompetista francés Erik Truffaz acompañado por Talvin Singh y Murcof, indio y mexicano respectivamente, ambos dedicados a la electrónica de vanguardia. Grabado en el Festival de Jazz de Montreux en Suiza hace no muchos meses, a ratos resultaba demasiado paisajista para una madrugada que se iba a pique, cierto; sin embargo, tras la improvisada calma se percibía, eso es innegable, un ejercicio de contención que no buscaba engañarnos con la ya típica trampa de una intelectualidad borrosa, sino invitarnos a la contemplación y gozo de lo muy poco, pero muy bueno. Es decir que tanto Truffaz como Murcof (esa noche encargado de la computadora, pues Singh tocaba la tabla), supieron provocar introspecciones valiosas con elementos del ambient y el cool, géneros de la electrónica y el jazz que en el pasado dieron grandes frutos y que tienen para más al combinarse, como es el caso, con la música clásica.

La misma historia nos dice que muchos han sido los trompetistas interesados en explotar la tecnología para establecer nuevos lenguajes, para lograr que la organicidad y la espontaneidad de sus acompañantes no afecten al corazón de su discurso sonoro. Si algo nos dejaron Miles Davis y Chet Baker fue la certeza de que este instrumento guarda una doble personalidad, cuyos extremos vale la pena explotar por igual. Digamos que de un lado está el manifiesto de Louis Armstrong, Don Cherry y Dizzy Gillespie, hoy animado por Wynton Marsalis, Nicholas Payton y Terence Blanchard, mientras por otro lado, en plan más oscuro, está la quieta introspección en cuyos fondos brillan las computadoras y los efectos. A él pertenecen Dave Douglas, Cuong Vu y Nils Petter Molvaer, así como el mismo Erik Truffaz de quien nos ocupamos hoy.

El caso es que el próximo viernes 18 de septiembre, a las nueve de la noche, Truffaz pisará el Lunario del Auditorio Nacional para llevarnos en su melancólico viaje sentimental, pero acompañado de Murcof para bien del nuestro espíritu, pues si algo necesitamos en estos días de furia es algo de calmada y fría inteligencia, de inspirada matemática, de sabio minimalismo, cualidades que en el compositor mexicano han echado raíces para llevarlo a la cima de un movimiento ignorado en nuestro país, pero que goza de buena salud en otras mega ciudades.

Miembro original del colectivo Nortec –y antes del interesante combo Sonios– Fernando Corona es conocido como Terrestre o Murcof, dependiendo la faceta que esté mostrando. Una se halla en lo convencional del discurso que mezcla los sonidos fronterizos con las tornamesas, mientras la otra, la que ha conquistado al mundo, es la que utiliza instrumentos de música clásica para su manipulación electrónica. Así, como Murcof, se ha presentado en Bélgica, Francia, Perú, Estados Unidos, Grecia, Alemania, Inglaterra, España, Colombia, Holanda, Suiza, Yugoslavia, Italia, Japón y Escocia, invitado a los mayores festivales y clubes del género. También ha sido colaborador en producciones de proyectos como el Kronos Quartet, Ruisort, Glen Velez y Aural, y ha contribuido a la banda sonora de las películas Nicotina y Katrina , y en comerciales y documentales de tres continentes.

Ahora bien, ¿cómo se da la convergencia entre Truffaz y Murcof? En 2008 cuando se juntaron para la creación del álbum México, editado por Blue Note/EMI. Con ese material compartido de pretexto, ambos artistas nos mostraran en septiembre lo que sucede cuando la “frialdad” del ánimo contemporáneo se presenta en vivo, frente a una audiencia como la nuestra, tan caliente y tan inexperta a la hora de dejarse inundar en la inmovilidad. Esperamos, además, que cada uno toque otras cosas de su repertorio personal, pues ambos han sido prolíficos en CD's y acetatos de muy diversa índole e impulso. Murcof, verbigracia, ha lanzado recientemente The Versailles Sessions (sí, fue parte de las Tijuana Sessions Vol. 1 de Nortec), mientras que Truffaz hizo lo propio con Benares y París, trabajos dedicados –igual que el de México– a ciudades que despiertan su curiosidad.

Cabe decir, finalmente, que la presentación del álbum México se extenderá por Centroamérica para rematar en el Festival Cervantino de Guanajuato. Los boletos para el Lunario, mientras tanto, costarán de 350 a 400 pesos. Valdrá la pena el gasto, eso seguro. Y más si antes se ha dormido bien y se bebe un expreso doble cortado con harta azúcar.