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Tafelmusik cautivó con el Proyecto Galileo: música de esferas en el Teatro Juárez

Recorrido lúdico y sideral mediante el espíritu del barroco, la historia de la ciencia y la astronomía
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 23 de octubre de 2009, p. 4

Guanajuato, Gto., 22 de octubre. El espíritu de la música barroca, la historia de la ciencia y la astronomía se conjuntaron en uno de los más cautivantes conciertos que se han presentado en el contexto del 37 Festival Internacional Cervantino (FIC).

Con el título Proyecto Galileo: música de la esferas, la orquesta barroca canadiense Tafelmusik transportó a los asistentes al Teatro Juárez de manera simultánea al siglo XV: a las composiciones emblemáticas del barroco italiano, inglés y alemán, a los planteamientos, inventos y descubrimientos científicos más importantes de esa época y al mismo tiempo al espacio sideral, al cosmos conocido con la proyección de fotografías astronómicas.

Al tiempo que se podía apreciar el Concierto para dos violines, de Antonio Vivaldi; la Suite de las cuatro estaciones, de Jean-Baptiste Lully o Ritornello de Orfeo, de Claudio Monteverdi; en el aspecto visual se proyectaban imágenes detalladas de la Luna, fotografías astronómicas de explosiones solares, de galaxias y vías lácteas, así como pinturas de la artista inuit Kenojuak Ashevak, nativa de Canadá, que ilustra las conocidas auroras boreales, llamadas entre los nativos del norte Danza de los espíritus.

La impresión estética, sonora y visual, las latitudes celestes, las armonías barrocas en conjunto se transformaron en vehículo de un viaje cuyo destino fue apreciar un exquisito pasado y un todavía informulable futuro cósmico estelar.

La orquesta canadiense –que Jeanne Lamon dirige desde 1981– interpretó con delicada vitalidad, transparencia y riqueza que da el sonido antiguo, partituras también de Handel, Bach, Purcell, Georg Philipp Telemann, Silvius Leopold Weiss y hasta de Vincenzo Galilei, padre de Galileo, entre otros compositores. Hizo suyo no sólo el escenario, sino además los pasillos y palcos del mismo, desde donde también tocaron.

Voz de Mario Iván Martínez

Las obras se entretejieron, mediante la narración –con matiz histórico– a cargo de Mario Iván Martínez, con detalles personales, gustos y maneras de trabajo y vestir; con los datos científicos e ideas de Galileo, Isaac Newton, William Herschel o Maria Winkelmann, este último astrónomo invitado a la corte de Pedro El Grande.

Se citaron de igual manera fragmentos de obras como Las metamorfosis, de Ovidio; cartas que hacen referencia a Galileo y Newton, así como partes del juicio contra el astrónomo italiano acusado de herejía por la Inquisición y fragmentos de los escritos de Galileo, Diálogos sobre los principales sistemas del mundo.

El lúdico y sideral itinerario lo mismo pasó por el año de 1609 en Venecia, lugar y fecha cuando Galileo Galilei hizo una demostración pública de su catalejo astronómico en la torre más alta de una iglesia y cuando se dio a conocer Orfeo, de Monteverdi. Pasó por el cinturón de Orión y la Suite de las cuatro estaciones, de Lully; por partes de la ópera Phaeton, de este mismo compositor y el cometa Halley; por Tocata para laúd solo, de Michelangelo Galilei, uno de los hermanos del ilustre astrónomo  y por el Allegro del Concierto para laúd, de Weiis, para concluir con la sinfonía Cuán brillante, de Johann Sebastian Bach.