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Presentan retrospectiva del arquitecto en el Museo del Palacio de Bellas Artes

Las nuevas propuestas artísticas son muy aburridas: Friedeberg

Se trata de una exposición revolucionaria al abrirnos a un creador mucho más complicado en sus referencias, indica experto

Reúne 185 obras, como pintura, serigrafía, ensamblaje y mobiliario

Foto
Las sacerdotisas del orden de la naranja hexagonal, 1963, técnica mixta sobre cartulina de Pedro Friedeberg, perteneciente a la Colección Gerda Landsberg de Preux, que forma parte de la exposición del artista en Bellas Artes
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de noviembre de 2009, p. 4

El arte es una válvula de escape, aunque existen artistas que reflejan el mundo con porquerías y las nuevas propuestas son muy aburridas, manifestó Pedro Friedeberg, quien exhibe una retrospectiva de su obra en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

La exposición, titulada Pedro Frideberg: arquitecto de confusiones impecables, reúne 185 trabajos entre pintura, obra en papel, serigrafía, ensamblaje y mobiliario, los cuales dan testimonio de la propuesta original y creativa del artista en el ámbito cultural del país.

En la arquitectura fantástica de Friedeberg, el dibujo es tan fino como el de cualquier arquitecto profesional, porque aprendió en la escuela todas las reglas de las perspectivas. Sin embargo, a diferencia de sus colegas, él construyó rascacielos en forma de pescado o una casa en forma de corazón.

La muestra, que se anunció en conferencia de prensa, incluye obras separadas por 30 años para que el público aprecie cómo un artista tiene cierta continuidad, aunque las ideas y los dibujos cambien.

Se presentan piezas provenientes de ocho instituciones y 44 colecciones particulares de México y Estados Unidos, que revelan a un nuevo Friedeberg.

Regreso a la arquitectura

El curador de la exposición Pedro Frideberg: arquitecto de confusiones impecables, James Oles, aseguró que aquél nunca construyó nada para vivir y fue pionero en regresar a la historia en la arquitectura, pero como artista plástico, no como arquitecto. Su obra refleja una relación con el surrealismo y la historia del diseño como contexto temático.

Hoy día lo que hizo Friedeberg no se ve como rebeldía, porque muchos hablan del posmodernismo en la arquitectura, algo que surgió en los años 70 y 80, agregó el curador.

La tercera parte de la exposición es de la década de los 60, periodo en el cual el artista desarrolló su visión de arte. “Las personas que piensan que han visto una muestra de Friedeberg no han visto nada. Una restrospectiva de él, con obra reciente.

En Bellas Artes, el público podrá apreciar todas las facetas creativas de Pedro, incluida su obra actual, que es un gran logro en la exhibición, explicó James Oles.

El guión curatorial de la muestra se originó a partir del libro que ha preparado la curadora de arte Deborah Holtz, durante casi seis años, con la editorial Trilce, el cual reúne la vastísima obra de Friedeberg.

Asimismo, en 2010 se publicará una autobiografía del artista, titulada De vacaciones por la vida.

Discípulo de Mathias Goeritz

Pedro Friedeberg nació en Florencia, Italia, en 1936. Llegó a México con su madre, en 1940, a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces ha vivido en México, donde estudió en la Universidad Iberoamericana y tuvo maestros como el escultor alemán Ma-thias Goeritz.

James Oles explicó que el título de la exposición utiliza la palabra arquitecto porque Friedeberg estudió arquitectura en la entonces recién fundada Universidad Iberoamericana, entre 1956 y 1960, pero su espíritu rebelde lo llevó a no titularse.

“Esta exposición –agregó el curador– es revolucionaria al abrirnos a un artista que es mucho más complicado en sus referencias y sabiduría.

“Es muy conocido por una silla, pero en la muestra se ve una complejidad riquísima de más de 50 años de producción. Encontramos muchos dibujos tempranos, no sólo en la colección del artista, sino en otras particulares en Estados Unidos.

En los años 60 en México, es uno de los artistas que mejor representa una contracorriente, una propuesta artística no solamente en contra del muralismo didáctico o el arte nacionalista. Friedeberg representa una ruptura con esa visión didáctica y política, aunque su obra puede tener un sentido político, muy crítico sobre el funcionalismo y el urbanismo, concluyó Oles.

(La exposición Pedro Friedeberg: arquitecto de confusiones impecables permanecerá abierta al público hasta el 31 de enero de 2010.)