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El compositor advirtió los detalles musicales de los que está llena la obra del jalisciense

Julio Estrada ofrece su versión sobre la relevancia sonora de Pedro Páramo

El sonido en Rulfo: el ruido ese resalta la voluntad del escritor por incitar una experiencia auditiva

 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de mayo de 2010, p. 4

Hay obras arte que se refieren al mundo a través de la música, y Juan Rulfo, en Pedro Páramo, es referencia escuchada del mundo.

Así sostiene el compositor e investigador Julio Estrada, quien dedicó más de dos décadas al estudio de la importancia del sonido en la obra del escritor jalisciense.

De ese trabajo se desprendieron numerosos artículos: el libro El sonido en Rulfo (publicado en 1989) y la ópera Los murmullos del Páramo (estrenada mundialmente en 2006, en España, y presentada en México ese mismo año).

Ahora, el también pedagogo y académico nacido en 1943 ofrece una versión corregida y aumentada de aquel libro, con el título El sonido en Rulfo: el ruido ese, publicado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, el cual fue presentado hace unos días en la Escuela Nacional de Música y en la Facultad de Filosofía y Letras de la máxima casa de estudios del país.

En entrevista con La Jornada, Julio Estrada ubica a Pedro Páramo entre las grandes obras de la literatura universal, como El Quijote y el Ulises, de Miguel de Cervantes y James Joyce, de forma respectiva, que están construidos a partir de estructuras sonoras e incluso con referencias y lineamientos musicales.

El interés del compositor por la importancia del sonido en la obra del autor jalisciense se dio a mediados de los años 80 del siglo pasado, cuando advirtió la enorme cantidad de alusiones, referencias y detalles de que estaba llena la novela Pedro Páramo desde el punto de vista auditivo y musical.

Autor multisensorial

A su decir, Rulfo supo recuperar mejor que ningún otro escritor mexicano la tendencia de la literatura oral campesina por reconstruir la realidad a partir de descripciones sonoras, además de la musicalidad natural con la que la gente del campo se expresa.

México es un país de música, aunque la música sea una expresión que no importe al Estado; quizá eso sea una gran fortuna, porque cuando le interesa es sólo para arruinar a los pobres creadores que se dejan guiar, controlar por él, como ocurre con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con los ya conocidos (creadores) deméritos (sic), comenta.

México es un país de músicos a través del pueblo, como es también un país de pintores, de pintores en el campo, de excelencia; es un país de música de oído.

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En Pedro Páramo Juan Rulfo da cuenta de gustos y conocimientos musicales, al hacer referencias o alusiones a canciones populares. En la imagen, Julio Estrada en abril de este añoFoto Roberto García Ortiz

Según Julio Estrada, la carga sonora en la escritura del autor del Llano en llamas es tal que su obra podría ser equiparada con la de un compositor de música concreta, incluso si hubiera tenido el tiempo o el interés, podría haber convertido en grabaciones muchas de sus descripciones y ambientes.

Hay una voluntad en Rulfo de integrar lo sonoro en su obra a veces más poderosa que integrar lo visual. Su escritura puede conjugar todos los sentidos, pero en particular es en el auditivo en el que pone un énfasis más cargado de poesía y creatividad, agrega el músico.

“Una de sus grandes aportaciones es que coloca al lector en la condición de generador de una experiencia sensorial. Es decir, el lector tiene que acudir a su memoria y reconstruir los sonidos; nos puede hablar de múltiples cosas, pero pide al lector que él mismo genere en su memoria, en su experiencia o incluso en su creatividad, las situaciones que él describe.

Deuda con Rulfo

A diferencia de otros escritores, que son los que van guiando, Rulfo empuja, incita a tener una experiencia sensorial propia, privada, y ése es un aspecto de gran enriquecimiento y quizá una de las principales deudas que los lectores tenemos con él.

Pero no queda todo allí, pues de acuerdo con Julio Estrada, en Pedro Páramo Juan Rulfo da cuenta también de gustos y conocimientos musicales, al hacer referencias o alusiones directas a músicas y canciones populares. Hay así, por ejemplo, una frase que dice: Mi novia me dio un pañuelo con orillas de llorar, que pertenece a una canción del siglo XIX.

Más aún, el compositor sostiene la tesis de que cuando menos dos de los personajes de aquella novela fueron músicos en la vida real. Se refiere a Abundio Martínez, compositor del siglo XIX, autor del paso doble El hidalguense, a quien Rulfo condena en su novela a ser sordomudo.

El otro personaje es Doloritas Páramo, nombre de una cantante michoacana decimonónica que tocaba la guitarra, que en la novela es la mujer rechazada por Pedro Páramo.

Justo ese par de personajes, su historia, es parte de la nueva información incluida por Julio Estada en la nueva edición del libro Los sonidos en Rulfo: el ruido ese, el cual es acompañado asimismo por un disco compacto, en el que se insertan diálogos, canciones recogidas por Rulfo y la versión radiofónica de la ópera Los murmullos del Páramo.