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En sus esculturas busca entre el dolor, el placer y el sentir, explica

Fantasías femeninas en hierro forjado, motivo de la obra de Fernando Cano
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El Escultor de Fuego recibió la presea Sor Juana Inés de la Cruz de Artes y Letras del estado de México, en 2006Foto cortesía del artista
Periódico La Jornada
Lunes 30 de agosto de 2010, p. a14

Metepec. De la imaginación de Fernando Cano Cardozo (estado de México, 1939) surgen figuras femeninas que transmiten pesares, virtudes y sensaciones que plasma en sus esculturas, hechas en hierro forjado.

Avecindado en un poblado cercano a Metepec, Cano Cardozo muestra con orgullo su Jardín de los sueños, donde se encuentran varias de sus esculturas, las cuales decoran de manera singular el área verde y el interior de la casa, donde también hay una atractiva colección de pequeñas esculturas eróticas, con faunos como personajes principales.

Fernando Cano, conocido como El Escultor de Fuego, se inició en este arte hace más de cuatro décadas, a lo largo de las cuales ha producido infinidad de piezas: él mismo acepta: no podría cuantificar cuántas he elaborado; pero lo cierto es que muchas están en el extranjero.

El artista creaba desde niño; ahora se considera un escultor que no copia, que tiene estilo propio –sus esculturas sólo tienen cuatro dedos en los pies– y ensambla el hierro de tal forma que parece flotar en el aire.

Desde temprana edad, su contacto con los materiales fue constante debido a que trabajó de plomero, herrero y peón en una fábrica de acero, donde descubrió su gusto por la fuerza y el color del metal en fundición.

“Siempre he trabajado con la figura humana; intento plasmar el momento; busco entre el dolor, el placer y el sentir, y pretendo expresar sentimientos en figuras femeninas de tamaño natural; en ellas se observan gustos, tragedias, limitaciones y sueños.

Al principio recogía el material en los tiraderos de la ciudad de México, pero recolectarlo requería mucho tiempo, entonces opté por comprarlo.

Las imágenes que Cano plasma en las esculturas son producidas sobre láminas de metal que despedaza y arma como rompecabezas. Incluso, comenta, en ese momento creativo puedo expresar aquello que me duele y evito ir con el siquiatra.

Cano suma más de 101 exposiciones individuales, 87 colectivas y 60 trabajos especiales; además, ha presentado sus esculturas monumentales en el performance instalado Resonancia de fuego.

Entre las técnicas que ha trabajado figuran, además del hierro forjado y soldado, modelado a la cera perdida, talla directa en madera, modelado en barro para terracota, y ha experimentado con materiales de deshecho, su primera incursión en el arte objeto.

Fernando Cano explica en su página web que es el único escultor que, además de manejar la figura humana de tamaño monumental en hierro forjado de forma académica, también ha dado vida al conceptuarlas con fuego interno, donde las flamas y el hierro permiten un espectáculo visual emocional sorprendente.

Algunas de las obras del artista son: Laura de fuego, La calle de la soledad, Cazadora de almas, El capullo, Afinidad, Vibraciones musicales, Resurgimiento, Para tanta soledad me sobra el tiempo, La visita de un Ángel, además de su obra en pequeño formato y piezas de madera y bronce.

Fernando Cano estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda. Cuenta con 57 reconocimientos, entre ellos la presea Sor Juana Inés de la Cruz del estado de México, en el área Artes y Letras, que recibió en 2006. El Tecnológico de Monterrey exhibe parte de su obra en sus campus.

Ana Mónica Rodríguez