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Esa banda busca controlar Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo: funcionarios de seguridad

Los Zetas ahora se financian con plagios y extorsiones en la llamada Frontera Chica
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Juana Sánchez, de 57 años, aguarda información acerca de su hijo de 38 años, desaparecido desde mayo pasado, afuera de la morgue de Matamoros, Tamaulipas, el viernes pasado en el contexto de los 13 cadáveres recién hallados en dos fosas clandestinas en el municipio de San FernandoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de abril de 2011, p. 6

El cártel de Los Zetas ha comenzado a financiar sus actividades de trasiego de drogas y sus peleas con grupos criminales en el sur del país, mediante el plagio de migrantes, ciudadanos tamaulipecos y neoleoneses, y la extorsión a comerciantes y empresarios de sus zonas de influencia en todos los municipios de la llamada Frontera Chica, revelaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.

Indicaron que en el caso de los municipios que hasta antes de diciembre de 2009 eran centro de operaciones del cártel del Golfo, como Ciudad Guerrero, Río Bravo, Camargo, Miguel Alemán, Díaz Ordaz y Ciudad Mier, ahora los habitantes tienen que pagar derecho de piso para no ser agredidos o considerados enemigos.

En sociedad con las bandas Beltrán Leyva, Juárez y Arellano Félix, Los Zetas enfrentan disputas con los cárteles de Sinaloa, Golfo y La Familia en zonas como Tamaulipas, Morelos, Baja California, Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero, Durango y Coahuila, explicaron los entrevistados.

Sin embargo, la mayor confrontación radica en Tamaulipas por el control de municipios como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, tres de los principales cruces fronterizos hacia Estados Unidos, y también en Victoria, Madero, Reynosa, Miguel Alemán, Díaz Ordaz, Valle Hermoso, San Fernando, Soto la Marina, Camargo y Guerrero.

Esos municipios son la ruta para cruces de droga hacia Estados Unidos; en algunos casos se puede cruzar a pie el río Bravo, como en Guardados de Abajo, comunidad en la cual los grupos criminales tienen bodegas para droga, desde donde algunos cargamentos son llevados a Estados Unidos en lancha o balsa, señalaron las fuentes consultadas.

Los entrevistados señalaron que parte de lo que ocurre en la zona de Tamaulipas se puede explicar con lo dicho por el secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, el pasado 6 de abril, en la 28 Conferencia Internacional para el Control de Drogas, celebrada en Cancún, en la que participaron representantes de más de cien naciones:

Los Zetas estarían buscando la administración de mercados ilícitos, a través del dominio territorial y de la articulación del hampa local; combinan la corrupción de autoridades y la intimidación de comunidades, para inhibir la denuncia y operar con impunidad; y modifican sus patrones y rutas de suministro según las condiciones que se presentan en cada región en la que operan, indicaron las fuentes.

Escalada criminal

A ese respecto, el funcionario mexicano dijo durante su ponencia titulada Amenaza mundial de las drogas, que en el caso de México, la criminalidad escaló, de delitos considerados menores y no violentos, como el contrabando y la piratería, a actividades de narcotráfico con pretensiones de control territorial.

A partir de diciembre de 2009, Los Zetas rompieron su alianza con el cártel del Golfo, organización que los creó a mediados de los años 90 como un grupo de sicarios al servicio de su entonces líder Osiel Cárdenas Guillén, y su fundación corrió a cargo de integrantes de los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano (Gafes). La organización quedó encabezada por Heriberto Lazcano Lazcano y Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40.

Tras la muerte de un compadre de Treviño Morales, apodado El Concord 3, operador financiero de Los Zetas, se desató la guerra entre las dos organizaciones, las cuales tras la captura de Osiel Cárdenas mantuvieron una alianza de conveniencia de 2003 a 2009, contra los otros grupos que pretendían ingresar en territorio de Tamaulipas, entre ellos La Familia y el cártel de Sinaloa.

Sin embargo, a partir de 2010 se aliaron las organizaciones que rivalizaban con Los Zetas, y en Tamaulipas, poblaciones como San Fernando y Mier han vivido el éxodo de sus habitantes a otros municipios ante la amenaza de ser asesinados por no apoyar al grupo que controle la plaza.

San Fernando se convirtió en uno de los principales puntos de operación y control de Los Zetas, debido a que es el paso obligado para llegar de Cruillas a Valle Hermoso y de allí a Matamoros; también forma parte de la zona por la que se puede acceder hacia Miguel Alemán y hasta Nuevo Laredo, una de las fronteras más importantes del país, por el volumen de productos que pasan cada día hacia Estados Unidos.

En San Fernando se han registrado dos matanzas, la primera en agosto de 2010, contra 73 migrantes, la mayor parte centroamericanos, y la otra ocurrió a finales de marzo, contra 72 personas, muchas de ellas bajadas de los autobuses en los que pretendían llegar a Reynosa para cruzar hacia Estados Unidos.