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En dos décadas ha vivido fraudes electorales y el asesinato de cientos de militantes

Cumple hoy el PRD 22 años sumido en crisis interna y con sus principales líderes alejados

Su fundador Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador, figuras centrales que se oponen a alianzas con el PAN

 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de mayo de 2011, p. 20

Surgido como ente aglutinador de los partidos y fuerzas democráticas de izquierda en el país, el PRD llega hoy al 22 aniversario de su fundación, en medio de una severa crisis que lo coloca en una difícil posición electoral ante los comicios estatales de este año, luego de que las alianzas con el PAN –en las que estaba empecinado un sector del partido– prácticamente se han cancelado.

A la caída de la alianza con el panismo en el estado de México se han roto o complicado las negociaciones en los estados de Nayarit y Coahuila, con lo cual se da fin a la línea de triunfos electorales que el PRD venía obteniendo desde 2010 de la mano del Partido Acción Nacional.

Esta estrategia de alianzas, en la que insistió Jesús Ortega, su ex dirigente nacional, representó un cambio radical en el esquema trazado por el sol azteca tras el fraude electoral de 2006, y que colocaba al PAN como su principal enemigo.

Luego de ser un partido aglutinador de las fuerzas democráticas y progresistas de México, desde su creación misma, actualmente la vida interna del PRD se encuentra dominada por personajes y corrientes, donde sus desacuerdos y confrontaciones se dan en la disputa por cargos de elección y en el acceso a los recursos del partido.

El PRD tuvo también una estrepitosa caída en las elecciones intermedias de 2009, en las que pasó del 30 por ciento obtenido en 2006 a 12.9. Pero lo peor no fue el descensos porcentual, sino de haber pasado de ganar 91 distritos por mayoría en 2006, a sólo 39 en 2009. Estos resultados son reflejo de lo que hoy es el partido y también muestra de sus divisiones internas, su falta de implantación territorial y sus menguadas capacidades electorales.

La caída ha ocurrido también en los ámbitos locales, con la pérdida de gobiernos como Zacatecas y Baja California Sur, mientras en el caso de Guerrero, para mantener el poder tuvo que recurrir a políticos resentidos de otros partidos.

A ello se suma el alejamiento de sus principales liderazgos, como ocurrió desde hace tiempo con Cuauhtémoc Cárdenas, y ahora con Andrés Manuel López Obrador, aunque ambos coinciden en su rechazo a las alianzas electorales con el PAN.

En el caso particular de López Obrador, hay que recordar que solicitó licencia y está trabajando en la construcción del Movimiento de Renovación Nacional (Morena). Aunque el partido no ha respondido a su petición, el tabasqueño no ha considerado su regreso formal.

La misma integración de la actual dirigencia nacional del partido es reflejo de estas divisiones, pues su actual presidente, Jesús Zambrano, y su secretaria general, Dolores Padierna, son representantes de corrientes con visiones distintas. El primero se manifiesta en favor de las alianzas electorales con la derecha, y la segunda es una incansable crítica de dichas coaliciones.

Sin embargo, tras la cancelación de las alianzas, ambos dirigentes han expresado su compromiso en una renovada unidad y restructuración interna, pero dicho acuerdo aún es endeble. Está en puerta la designación de su candidato a la Presidencia de la República.

Así, con los comicios presidenciales de 2012 en puerta, el partido tiene, con su nueva dirigencia nacional, la tarea de resolver primero sus diferencias ideológicas internas, que se confunden con intereses pragmáticos de sus corrientes, y luego demostrar que puede ser considerado una verdadera opción de cambio y de gobierno en el país, como demostró en 2006, cuando tuvo en López Obrador su principal activo.

Pero ahora, en el escenario aparece un nuevo actor: Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien también aspira a ser el candidato presidencial del PRD. La moneda está en el aire, dicen algunos.

Sin embargo, pese a estos problemas que enfrenta el sol azteca, que en los años transcurridos desde su fundación –el 5 de mayo de 1989– no puede desconocerse que ha jugado un papel trascendental para el cambio democrático y el respeto de los derechos ciudadanos. Ello, aun en medio de fuertes adversidades y abierto hostigamiento gubernamental, sobre todo en sus primeros años de vida. Hay que recordar que sólo durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari el partido denunció más de 500 asesinatos de militantes en todo el país.

Fue el 21 de octubre de 1988, tras las cuestionadas elecciones de julio de ese año, cuando Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, provenientes de la Corriente Democrática del Partido Revolucionario Institucional y un conjunto amplio de organizaciones de izquierda, cuyas figuras más representativas eran Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo y Gilberto Rincón Gallardo, llamaron a la creación del nuevo partido.

Esta obra quedaría concretada el 5 de mayo de 1989, con su congreso constituyente realizado en la ciudad de México. El PRD nacía así como una amplia coalición de diversos partidos políticos de izquierda, cuyo antecedente directo fue el Partido Mexicano Socialista, que a su vez se integró por la fusión de otras seis fuerzas políticas de izquierda.

En estos 22 años han pasado por el PRD 14 dirigentes nacionales, varios de ellos interinos, algunos producto de elecciones internas sumamente cuestionadas o invalidadas. En esta lista están Cuauhtémoc Cárdenas, Roberto Robles Garnica, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, Pablo Gómez Álvarez, Amalia García, Rosario Robles, Leonel Godoy, Leonel Cota, Graco Ramírez, Raymundo Cárdenas, Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Ortega y ahora Jesús Zambrano.