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Helí Morales da a conocer su libro publicado por Palabra en Vuelo y Ediciones de la Noche

Reivindica sicoanalista a la mujer por ese otro gozo que aporta a la sexualidad

Reconocer esa dimensión de la variable femenina cambiaría la historia del sexo, asevera

 
Periódico La Jornada
Martes 22 de mayo de 2012, p. 6

En la ecuación de la historia de la sexualidad ha faltado una variable: la mujer, la posibilidad de ese otro gozo que fue ignorado desde el Génesis hasta que Freud lo puso sobre la mesa en 1905.

De esa otra variable es de la que se ocupa el sicoanalista mexicano Helí Morales en su libro Otra historia de la sexualidad: ensayos sicoanalíticos, coeditado por Palabra en Vuelo y Ediciones de la Noche.

“En el siglo XX hay un gran pensador, Michel Focault, quien realiza esto que llamamos la historia de la sexualidad, pero no introduce de manera fundamental el lugar de las mujeres, y crea una historia parcial de la sexualidad. Cuando digo ‘otra historia’ no es la otra historia, no es la alternativa, no es la que vendría a contestar y englobar todo, sino que sería una historia justamente que implicaría que si se introduce la dimensión de la mujer en la historia de la sexualidad todo cambia, y se generaría otra historia de la sexualidad”, señala Morales.

Lacan abre una nueva dimensión que tiene que ver con el goce, en el que plantea que habría dos dimensiones: una del goce fálico, el goce fundamentalmente de los hombres, pero habría un goce otro que va más allá de lo simbólico y tiene una especificidad que no se había visto nunca hasta que el sicoanálisis lo hace enunciado, discurso: en el momento en que se introduce esta concepción de un goce otro, que tendría que ver con las mujeres y se trata en la historia, cambia todo, porque en el fondo la sexualidad humana ha sido fundamentalmente vista, leída, estudiada y escrita desde la posibilidad de que habría un goce y éste tiene que ver con lo masculino, con el falo, al cual hombres y mujeres tendrían que adscribirse. Pero en el momento en que se abre una opción otra, todo cambia, incluso la sexualidad de los hombres.

Destrucción mediante el lenguaje

Freud dice “la mujer debe dejar de sentir como hombre para sentir como mujer, ese paso que parece nimio son 16 siglos de ciencia médica. ¡Diez y seis siglos! Estamos hablando de Galeno, de toda una línea que tiene que ver con Aristóteles y los anatomistas italianos, alemanes y franceses. Freud llega y dice ‘no señores, el cuerpo no depende de la biología depende de la existencia’; y además esta propuesta que es un poco delirante de que el punto de goce no orgásmico, sino el punto de goce, es en la vagina. La Jornada publicó un artículo sobre el punto G y Freud lo estaba diciendo en 1905, aunque se refería al clítoris, estaba anatómicamente diagnosticado como el pene de las mujeres.

Es que las mujeres no tienen pene, tienen vagina y tienen otro modo de sentir; esta diferencia abre hasta decir por ejemplo que la relación del amor de las mujeres es diferente a como el hombre ama, y eso tiene que ver con la sexualidad.

En el capítulo Otra historia del amor, “planteo que todo cambia si introducimos a una mujer en todas las escenas que los filósofos han puesto en la historia del amor. La historia del amor es fundamentalmente filosófica, no historiográfica.

“Entonces es esta opción, esta posibilidad de introducir un ‘goce otro’ la que cambiaría a historia de la sexualidad y que tal vez produciría un más allá de Focault, no es negar la importancia de Foucault, porque abre para la sexualidad masculina una serie de cuestiones importantes.”

Si la ausencia de la mujer en la historia de la sexualidad la llevamos al plano social encontramos que en este siglo la violencia contra las mujeres es de clara visibilidad: se ve, se documenta y, por tanto, se puede protestar, pero la pregunta es cuándo empezó la violencia contra las mujeres, y planteo que viene desde la construcción del logos filosófico, desde la construcción misma del pensamiento universal, en el momento en que por ejemplo en los orígenes del pensamiento occidental, hay una mujer exiliada (Lilith).

Morales, Fundador de la Red Analítica Lacaniana y doctor en filosofía y ciencias sociales por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, subraya que la violencia contra las mujeres “es algo estructural. Viene desde el logos, del exilio de María Magdalena, de Lilith, es como si el orden de la civilización no soportase ese algo que tiene que ver con las mujeres y necesitara exiliarlo, y en el peor de los casos destruirlo. ¿Cómo se destruye una mujer? Con un verbo, un adjetivo, un sustantivo. Ninfómana, penitente, prostituta, y todo lo que se puede usar. Es del orden del lenguaje como quieren negar a la mujer”.

Históricamente se ha planteado, agrega, que existe una sola modalidad de pensar el mundo, el goce, la sexualidad y la vida. “Es algo radicalmente inconsciente, imagínate que de repente las mujeres se dieran cuenta de que hay un ‘goce otro’, que no tienen que gozar como hombres ni escribir como hombres ni pensar como hombres... todo cambiaría. Es como la gasolina que sube un peso y sube todo, porque es estructural; lo que planteo es que la violencia contra las mujeres está enraizada en la constitución de occidente, es tan complejo. Ante lo otro, ante lo diferente, lo que se intenta hacer es negar su existencia y un modo de negar su existencia, es negar su valor. A las mujeres se les ha maldicho, se les ha dicho mal.”

Otra historia de la sexualidad: ensayos sicoanalíticos es el primero de tres tomos. El segundo tendrá como tema Sicoanálisis y arte y el tercero sobre las nuevas mujeres: travestis, transexuales y transgénero.