Sociedad y Justicia
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Riesgoso, admirar los aviones desde un puente
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de diciembre de 2012, p. 41

El despegue y aterrizaje de aviones en las Terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se ha convertido en atracción para algunos ciudadanos, principalmente para aquellos que nunca han viajado en ellos por falta de recursos económicos u otra causal.

Debido a que el aeropuerto capitalino no cuenta con un mirador, las personas acuden junto con sus hijos a la estación del metro Hangares o al puente peatonal que se ubica a un costado de la avenida Boulevard Puerto Aéreo, para gozar de los incontables aterrizajes y despegues de las aeronaves, sin importarles el riesgo ante la inseguridad ni el ensordecedor ruido de las turbinas o exponerse a los rayos del sol.

Hasta 2003, el AICM contó con un mirador, el que fue retirado con las obras de remodelación, a cambio se construyó un puente peatonal que desde entonces, y a pesar de las malas condiciones que presenta, pues la malla de protección está rota, es utilizado como mirador por decenas de familias para observar el vuelo de las aeronaves.

Se me enchina la piel nomás de pensar en el despegue

Osvaldo Rosas, junto con su esposa y dos hijos, Edwin y Pedro, de ocho y 12 años, este último con la ilusión de ser piloto, se trasladaron del estado de México a este punto para observar las aeronaves que sobrevuelan sus cabezas.

¡Ahí viene! ¡Ahí viene!, grita con emoción Pedro, quien seguía con su enorme mirada y una gran sonrisa el aeroplano hasta que aterrizó en una de las pistas. Incluso antes de despegar un avión de Volaris uno de los pilotos saludó a los espectadores, quienes desde el otro lado le respondieron la cortesía.

Por lo regular venimos dos veces al mes. Mi hijo es aficionado a los aviones y de grande quiere pilotear una de esas naves, explica Osvaldo, quien abunda que aunque jamás ha viajado en avión, se le enchina la piel de sólo pensar cómo sería el despegue

A menos de un kilómetro del metro Hangares, en un puente peatonal con la malla metálica rota, decenas de familias con hijos en brazos se instalan. Un descuido podría ocasionar un accidente.

Las autoridades deberían construir un mirador como el que había, no por nosotros sino para los niños, que se ilusionan al ver despegar y aterrizar los aviones, dice Karla Ordoñez, quien se queja de la basura, así como del riesgo que corren, pues además de estar expuestos a asaltos, los niños podrían caer a la avenida, ya que la malla protectora está destrozada.