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El método, creado en la UNAM, utiliza larvas de moscas, hormigas y cucarachas, entre otros

Convierten desechos orgánicos en alimento para animales, a partir de diversos insectos

La biomasa producida ha sido enviada a una de las granjas de la Facultad de Veterinaria

 
Periódico La Jornada
Martes 18 de diciembre de 2012, p. 3

Todos los días en el país se desechan sin control sanitario grandes cantidades de basura de origen vegetal y animal: restos de comida y de cultivos, así como excremento de puerco, de gallina y de borrego que, al descomponerse, contaminan el medio ambiente y despiden malos olores.

A partir de este problema, un grupo de investigadores del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dirigido por Julieta Ramos Elorduy, creó un método para reciclar esos residuos mediante el empleo de varias especies de insectos.

Nos propusimos utilizar larvas de moscas, hormigas, escarabajos, cucarachas, gusanos, grillos y chapulines, entre otros, para descomponer la basura orgánica y transformarla en biomasa, que puede ser aprovechada como alimento para pollos, gallinas ponedoras, gallos, conejos, avestruces, truchas, peces de ornato e, incluso, ganado, dijo la investigadora.

Una sola acción para dos propósitos

Así, con una sola acción se alcanzarían dos objetivos: evitar que los desechos contaminen y producir alimento para animales.

Con todo, en opinión de Elorduy, aún se debe escalar este método para comprobar su eficacia absoluta. “En algunos casos hemos obtenido buenos resultados –en otros no tanto–, por lo que debemos hacer más experimentos”.

Probado sólo en el laboratorio de los universitarios, emplea deteminada especie de insecto de acuerdo con el tipo de residuo. Algunas veces empiezan a descomponerse, pero otras ya cumplieron el proceso.

Es importante el grado de humedad que contenga, ya que puede ser basura muy fresca, porque los insectos se desarrollan no sólo a partir de la temperatura, sino de la cantidad de humedad y luminosidad que haya en su ambiente.

Por otro lado, los universitarios aprovechan diferentes estadios del desarrollo de determinado animal, para que descomponga los residuos orgánicos y los transforme. Algunos insectos son omnívoros y otros no. Por ello, Elorduy y sus colaboradores deben saber cuál es la dieta precisa de cada uno, para que pueda hacer su labor.

La biomasa obtenida ha sido llevada a la Granja Zapotitlán, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como a otros puntos de San Miguel Regla y Hueyapan, en Hidalgo, para que la consuman algunos animales.

Ahí alimentamos a pollos, gallos de pelea y peces. Los primeros se desarrollaron muy bien, los segundos se veían más alertas y los terceros crecieron en mayor medida y adquirieron una mejor coloración desde el punto de vista comercial, informó Elorduy.

Convenio con Sagarpa

Los investigadores firmaron un convenio con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para aplicar el método en beneficio del pez blanco de Pátzcuaro.

La idea es proporcionarle una alimentación balanceada, rica en proteínas, vitaminas y ácidos grasos, y así rescatarlo de una posible extinción, finalizó la investigadora.