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Ver día anteriorMartes 18 de diciembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿El vaso medio lleno?
N

o fueron los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tampoco el secretario de Hacienda y Crédito Público; fue el propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien aclaró, de una vez por todas, el monto de los recursos que su gobierno piensa destinar a la ciencia, la tecnología y la innovación en 2013. En mi opinión, lo hizo él de manera directa para despejar cualquier duda y mostrar que su administración realmente considera a estas tareas palancas para el desarrollo del país, y que la meta de alcanzar el uno por ciento del producto interno bruto (PIB) en estas áreas es un compromiso que va en serio.

Es cierto que falta mucho camino por recorrer para que estas expectativas verdaderamente se cumplan, pero hay que reconocer que se trata de una buena señal. En la ceremonia realizada el 13 de diciembre, en la que tomó protesta a la doctora Yoloxóchitl Bustamante como directora general del Instituto Politécnico Nacional por un segundo periodo, Peña Nieto dijo que en el Proyecto de Presupuesto de Egresos para 2013 el gasto previsto es de 70 mil 395 millones de pesos, lo que significa un crecimiento de casi 15 por ciento en términos reales respecto del año que termina.

En efecto, se trata de un aumento en 8 mil 990 millones (y no de 3 mil 211 como escribí aquí la semana pasada). Es un incremento importante si se le compara con los años anteriores; sin embargo, no es suficiente para avanzar, como se esperaba, en una décima del PIB (de acuerdo con algunas estimaciones se aumentaría sólo en 4 o 5 centésimas, por lo que seguiremos abajo del 0.5 por ciento en este indicador durante el primer año).

Como sea, se trata de un incremento importante que rompe con la parálisis de gobiernos anteriores. La pregunta que surge es ¿en qué se va a gastar este dinero? En la exposición de motivos del proyecto de presupuesto de egresos enviado a la Cámara de Diputados se indica la distribución del gasto federal en ciencia y tecnología, el cual quedaría de la siguiente manera: Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 40.2 por ciento del total; educación pública, 25.3; energía, 9.5; salud, 9.5; agricultura, ganadería desarrollo rural, pesca y alimentación, 5.1; economía, 2.3; medio ambiente y recursos naturales, 1.1, y otros, que agrupa a las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Marina, Turismo y a la Procuraduría General de la República, 6.9.

Dado que estos recursos son todavía limitados, en el debate sobre el presupuesto de egresos surgen dos tareas importantes. Por un lado, buscar un incremento mayor de estos recursos con el fin de liberar la presión sobre los años por venir, pues para alcanzar la meta de uno por ciento del PIB al final de la actual administración, se requerirían a partir de 2014 incrementos anuales superiores a los 18 mil millones. Todo lo que se pueda avanzar desde ahora, dará factibilidad al cumplimiento del compromiso de Peña Nieto.

La segunda tarea importante es precisar el destino de los recursos. Si estos son escasos, como todavía lo serán a pesar del aumento, deben ser empleados de manera escrupulosa y dirigirse efectivamente a atender las tareas urgentes y a sentar las bases para el real despegue científico y tecnológico de México. Debe de quedar atrás la costumbre, arraigada desde hace décadas, de utilizar este dinero en actividades que nada tienen que ver con la investigación científica, el desarrollo tecnológico o la innovación, como los cursos de capacitación del personal administrativo o la adquisición de mobiliario y equipo de oficina en algunas secretarías de estado, para poner sólo algunos ejemplos de esta distorsión.

Además del tema del presupuesto, en el mensaje de Peña Nieto del pasado jueves hubo un señalamiento muy relevante, señaló que no se debe dejar escapar el talento de los estudiantes, profesionales e investigadores: Tenemos que frenar la fuga de talentos y cerebros de nuestro país. Y ésta será una prioridad en mi gobierno, dijo. Los anterior es correcto, pues al definir el tema de la retención de talentos como prioridad, se hace explícito uno de los primeros puntos programáticos del nuevo gobierno, que bien puede convertirse en uno de los ejes de la política de ciencia y tecnología en los próximos años.

Es muy importante, pues lo anterior implica una estrategia para la formación de recursos humanos, la ampliación de las instituciones científicas y tecnológicas existentes y la creación de nuevos centros de investigación para absorber a los investigadores jóvenes y retenerlos, así como la creación de las plazas correspondientes. También, la reactivación y perfeccionamiento de los programas de repatriación que fueron indebidamente cancelados durante las administraciones panistas.