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Listo el acuerdo para lanzar la consulta independentista antes de finalizar 2014

Garantizan gobierno estable en Cataluña; pacta CiU con Esquerra Republicana

Ambas fuerzas políticas tendrán mayoría absoluta

Se comprometen a combatir la crisis

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Artur Mas, de Convergencia i Unió, será investido este viernes presidente de la Generalitat. La imagen, en el Parlamento de BarcelonaFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de diciembre de 2012, p. 26

Madrid, 18 de diciembre. Cataluña tendrá un gobierno estable los próximo cuatro años y celebrará una consulta sobre la independencia de España antes de que finalice 2014, según el acuerdo alcanzado entre las dos principales fuerzas de la región. El hegemónico Convergencia i Unió (CiU), de vocación democristiana y nacionalista, se aliará por primera vez con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), progresistas e independentistas, al sumar entre ambas formaciones 71 escaños, con lo que tendrán mayoría absoluta.

Una de las regiones más industrializadas y considerada el motor económico de España, avanza hacia la independencia motivada en gran medida por la ofensiva del gobierno de Mariano Rajoy, para españolizar a los niños catalanes, según las palabras del ministro de Educación, José Ignacio Wert, y marginar el catalán, lengua natural de la región, de los planes educativos. El divorcio entre Madrid y Barcelona está en su punto álgido y ha sido, sin duda, el detonante del acuerdo entre dos fuerzas históricamente enfrentadas en Cataluña.

Tras los comicios del pasado 25 de noviembre, el Parlamento catalán se convirtió en el centro de las negociaciones tras unos resultados muy complejos en los que ninguna formación obtuvo mayoría absoluta, y que dejó a CiU como la formación más votada con 50 escaños.

Sólo quedaba en claro una cosa: CiU y el derechista Partido Popular (PP), con 19 diputados, no repetirían la alianza de gobierno que mantuvieron los últimos dos años, dado que todos los puentes de diálogo estaban rotos a raíz de la guerra sucia electoral que activó el gobierno español contra los nacionalistas catalanes.

El futuro presidente de la Generalitat, Artur Mas, inició el diálogo con el máximo dirigente de la izquierdista ERC, Oriol Junqueras, con dos propósitos irrenunciables sobre la mesa: avanzar en el proceso de independencia, con la vista puesta en la celebración de una consulta ciudadana que fije la postura de la sociedad catalana ante su actual condición frente a España; y desarrollar políticas públicas para combatir la crisis y sus efectos, precisamente el punto en el que más difieren ambas formaciones.

Pero más allá de las diferencias, CiU y ERC cerraron el acuerdo que incluye, entre otros puntos, la celebración de la consulta antes de que finalice 2014 y la garantía de ambas formaciones de crear un gobierno fuerte y estable, que sea capaz de aprobar los presupuestos de los próximos años, cruciales para salir de la crisis.

El acuerdo, que se hará público este miércoles, viene precedido de una serie de medidas anunciadas por el gobierno catalán, incluida una tasa impositiva a los bancos para gravar algunos depósitos de las entidades financieras, en claro enfrentamiento con la dirección del gobierno español, que anunció hace unos días la creación de una tasa de 0 por ciento para todos los depósitos bancarios.

Además del frente que se ha abierto en Cataluña contra el ministro de Educación, que pretende marginar el catalán, impartir como asignatura evaluable la religión y defender las corridas de toros como un bien de interés cultural. Una serie de iniciativas que chocan frontalmente con gran parte de la sociedad catalana, la única región de España cuyo Parlamento prohibió la tauromaquia al considerarla una práctica de tortura animal.

El Parlamento catalán será el escenario del debate de investidura que se llevará a cabo los próximos jueves y viernes, y que será uno de los más trascendentales de la historia reciente de la región. En esta ocasión, tanto el Partido Socialista de Cataluña (PSC), con 20 escaños, como el PP, serán los partidos que enarbolarán la bandera de la españolidad de Cataluña, mientras más de las dos terceras partes del Congreso expresaron su creciente malestar con el actual estatus de autonomía.