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Exigen al Estado que les dé acceso a una vida digna y dejen de ser criminalizados

Presentan intelectuales y grupos civiles declaración por los derechos de migrantes

Llevaron a la SG el texto firmado por personajes como Cárdenas, López Austin y López y Rivas

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Madre en busca de su hijo migrante durante el paso de la Caravana de la Esperanza por Reynosa, Tamaulipas, en octubre pasadoFoto Prometeo Lucero
 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de diciembre de 2012, p. 16

El gobierno mexicano debe construir condiciones para que los migrantes tengan acceso a una vida digna, dejen de ser criminalizados y cesen las detenciones en su contra, señalaron organismos de derechos humanos, intelectuales y otros personajes.

Al presentar la Declaración por los Derechos de las y los Migrantes, demandaron que el Estado garantice y construya políticas públicas para las comunidades expul- soras de población y que se les incluya en la agenda nacional sobre el tema, que debe ser visto como un fenómeno sociocultural y económico, no sólo de seguridad.

El documento fue firmado por personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Alfredo López Austin, Gilberto López y Rivas, Magdalena Gómez, Gonzalo Ituarte, Daniel Jiménez Cacho y Félix Hernández Gamundi, entre otros, así como por decenas de organizaciones civiles, como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh), la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, la Asamblea Popular de Familias Migrantes y Sin Fronteras.

La presentación del documento se realizó en las instalaciones del Centro Prodh, en el contexto del Día Internacional del Migrante, celebrado ayer. Desde ese espacio se lanzó un ¡Ya basta! a las agresiones, vejaciones y violaciones de los derechos de este sector y sus familias.

Al concluir el acto, un centenar de personas (muchas de ellas migrantes en retorno) marcharon desde la sede de la ong hasta la Secretaría de Gobernación (SG) para entregar el documento y enviar un mensaje al titular del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto: Los migrantes no somos criminales, sino trabajadores internacionales.

Al ver cerrado el paso hasta el palacio de Covián, debido a las vallas metálicas custodiadas por policías federales, Benjamín, tlaxcalteca que por años fue trabajador en Estados Unidos, tomó el micrófono y con aplomo dijo:

Señor Peña, le pedimos que no nos cierren las puertas como nos lo hacen en la frontera. Si somos capaces de saltar (el muro fronterizo), cree que no podemos brincar estas rejas. Así le hubiéramos cerrado las puertas en nuestros pueblos cuando usted pidió apoyo para llegar a la Presidencia. Cumpla su palabra, se lo pide de frente un hombre. Así como un campeón (de box) vino a entregarle sus guantes, nosotros venimos a dejar nuestras demandas.

Cinco manifestantes fueron recibidos por funcionarios de Gobernación, a quienes entregaron el documento. La respuesta de las autoridades fue que necesitan tiempo para analizar cómo abrir los espacios de participación, y se comprometieron a que en breve representantes de la sociedad civil serán convocados a dislogar sobre el tema.

La declaración hace siete exigencias: alto inmediato a las políticas de criminalización y detención contra migrantes, sus familias y sus comunidades; desvincular el fenómeno migratorio de la estrategia de seguridad nacional y establecer un enfoque de seguridad humana que los ponga en el centro de las políticas públicas.

Que la asistencia humanitaria y solidaria que se ofrece en los albergues y casas del migrante en el país no sea criminalizada; garantizar el libre tránsito para los migrantes y sus familias, mediante la eliminación de visas o con la creación de una visa transmigrante latinoamericana; que el gobierno mexicano exija una reforma migratoria inmediata al de Estados Unidos, para que se garantice la libertad de trabajo, de residencia y acceso a los derechos sociales básicos de mexicanos y centroamericanos que viven en aquella nación.

Reclama además respetar y garantizar la labor de los defensores de las garantías fundamentales de los migrantes y de los periodistas que documentan el fenómeno, y emprender políticas públicas participativas, transversales y con presupuesto, poniendo énfasis en comunidades de origen en México y Centroamérica, con un espíritu de solidaridad internacional que ataque las causas de migración para hacer de ésta una opción y no una necesidad, y donde aquellos que se quedan gocen de oportunidades y derechos que aseguren su pleno desarrollo.