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Las piezas hechas a mano en barro representan 50 pasajes bíblicos

Exhiben en Coyoacán Nacimiento decimonónico de gestualidad brutal
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de diciembre de 2013, p. a10

Nacimiento, momentos en la memoria es el título del trabajo de toda una vida de un artesano con amplio y profundo sentido del movimiento, cuidadoso al extremo de la expresión y del color, expresó Luis Ramaggio, filósofo y curador de esa idea plástica, que se expone en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), de Coyoacán.

En entrevista, detalló: “Aquí se representan 50 pasajes bíblicos en formato de Nacimiento tradicional. Es una colección del siglo XIX en barro pintado y modelado a mano. La hizo un artesano veracruzano llamado Felipe Nievas.

Actualmente la resguarda la Fundación Espinosa Rugarcía, y se ha expuesto en Los Pinos, en el Museo Amparo, y en la calle de Pomona, en la Roma, lo que le valió el nombre de Nacimiento Pomónico.

El trabajo de curaduría fue arduo. Las escenas que se pueden ver en el MNCP están ordenadas de acuerdo con un concepto muy personal de Ramaggio. Están protegidas en vitrinas y la imaginación de cada visitante puede crear historias propias, de acuerdo con su idea de la vida de Jesús. Es dramático el pasaje de los niños asesinados por orden de Herodes. Se ven los rostros suplicantes y angustiados de las madres.

Las piezas son de gestualidad brutal. Yo diría que su primer valor estético es la gestualidad. Es una especie de impronta que el autor dejó ahí, porque quería descargar y decir cosas. Parecía que no le bastaba el pasaje o la descripción narrativa, sino que él lo llevó más allá. Las figuras son como actores, histriónicos, actores en escena congelados. Y se mueven.

Consideró que sí hay un apego a la estructura simbólica canónica, a los textos bíblicos romanos, pero definitivamente el autor lo hizo a su manera. “No sé hasta dónde. Eso es difícil de saber. Lo que sabemos del autor es que era un indígena de Orizaba, Veracruz; desconozco la etnia. Se dedicaba a hacer santos.

Medio siglo de elaboración

Un día. un señor Ashby lo conoció en la calle y le pidió que le hiciera un Nacimiento. Le explicó un pasaje bíblico y de ahí nació el proyecto, al que acabó dedicándole la vida.Tardó 50 años en hacer este Nacimiento. Le iban solicitando pasaje tras pasaje, hasta que los dos murieron, si no hubieran seguido. El creador quedó ciego al final de sus días; eso se nota en algunas piezas, donde se pierden detalles.

También le impacta la escena de Herodes. “Es un escarnio, algo gore. Hay otra escena de un personaje que está recargado en un árbol, con una actitud galante. Cada quien puede hacer su historia. Esta muestra pretende no comprometer la imaginación del espectador.

La idea es desnudar la historia y presentarla tal cual. Ese fue el oficio curatorial, para tratar de sacar el contexto grave y solemne de la historia. Este Nacimiento es de autor, pero él se murió sin saberlo.

Por tal trabajo, comentó, al autor le pagaron bien; incluso se cambió de residencia. Ese hombre era un retratista natural. Hay muchos ángeles y arcángeles. La gente debe venir con la mente libre, para recrear las escenas, hacer su historia. Esto me emociona mucho, más porque nunca había curado un material religioso. Yo había rechazado cosas similares, hacer una exposición sobre un santo. No le entraba, pero esta pieza me sedujo en todo lo gestual. Es una cosa rara. Me rehusé a presentarla como un Nacimiento. Intervine las piezas. Son en total mil 113 figuras, elementos, en 50 pasajes.

Abundan los borregos, porque al comprador ya no se le ocurría más y le encargaba a Felipe lo que se le venía a la mente. Hay pavorreales, un burro rebuznando. María, José y el Niño Jesús están ahí, perdidos entre todas las demás figuras.

Está la Última cena, pero la pieza de Jesús no es de Felipe, pues se mandó a hacer con otro artesano. Cosas raras de colecciones sui generis.

El público podrá ver este Nacimiento hasta el 16 de febrero de 2014 en el Museo Nacional de Culturas Populares de Coyoacán (avenida Hidalgo 289).