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El fotógrafo convierte el proyecto Invocaciones en libro y exposición

Adolfo Pérez Butrón rinde homenaje al poder femenino

Gracias a Tonantzin Guadalupe tenemos un país donde estamos de acuerdo en algo: en ella, dice a La Jornada

Como símbolo ha estado en malas manos; de políticos y jerarcas de la Iglesia

 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de diciembre de 2013, p. 3

Rendir homenaje al poder femenino, mediante la figura de Tonantzin Guadalupe, que lo encarna en su máxima expresión, es decir, en su capacidad amorosa y de unificación, es la finalidad de Invocaciones, proyecto del fotógrafo Adolfo Pérez Butrón, que hasta el momento se ha volcado en un libro y una exposición de sus propias obras, así como las de artistas invitados, montada en el Centro Cultural Eje.

Además de fotografía, la muestra incluye escultura, instalación, pintura, cerámica y trabajos artesanales.

Gracias a Tonantzin Guadalupe tenemos un país donde estamos de acuerdo por lo menos en algo: en ella, expresa Pérez Butrón a La Jornada.

El fotógrafo indaga “qué hay detrás del símbolo, qué lo hace tan poderoso. Por eso el proyecto se llama Invocaciones. Quisiera invocarlo en nombre de todo esto que nos hace falta ahorita: la unión, el amor, la tolerancia, tantas cosas que se han quedado aplastadas en el camino por el abuso del poder masculino que es el de la fuerza”.

Al hablar del poder femenino, el entrevistado se refiere al que llevamos tanto hombres como mujeres, ya que no es una cuestión de género, sino de la posibilidad que todos tenemos de recuperar este equilibrio interior de las fuerzas de nuestra parte masculina y la femenina. Si empezamos a nivel individual, podremos lograr mucho como país al equilibrar estas fuerzas primigenias cuyo equilibrio históricamente se perdió. En realidad, el poder del milagro es el femenino, el que gesta, que da a luz a nuestros proyectos, a nuestra parte emotiva.

Por ser mejores personas

Adolfo Pérez Butrón aclara que no se trató de hacer “una exposición religiosa ni fomentar el culto católico, pero a final de cuentas soy mexicano, me tocó nacer un 12 de diciembre y desde niño estoy marcado por esta ‘bendición’, aunque pude haber nacido cualquier otro día”.

El conocido fotógrafo de moda y de retrato abunda sobre su intención de hacer una reflexión profunda de la posibilidad que tiene cada individuo de, “a partir del equilibrio de nuestras fuerzas primigenias, de lo masculino y lo femenino, ser mejores personas. “Sería un paralelo con lo que sucede en el budismo, en el que Buda no es dios, sino alguien que representa una posibilidad de iluminación para los demás. ¿Qué pasaría si empezá-ramos a ver nuestros símbolos religiosos, los que tenemos, los católicos, de esta manera?

“En este caso el poder de Tonantzin Guadalupe ha sido infinito, pero muchas veces ha estado en malas manos: de los políticos y de los jerarcas de la Iglesia. Y, ¿para qué ha servido? Para oprimir más al pueblo, para tenerlo tranquilo, no con la promesa de una vida mejor, porque ésta puede empezar desde ahorita.

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Fotografía de Adolfo Pérez Butrón incluida en la muestra Invocaciones, que se puede visitar en el Centro Cultural Eje, en la colonia Narvarte
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Adolfo Pérez Butrón junto a una de sus fotografías, ayer, en el Centro Cultural Eje durante la entrevista con La JornadaFoto María Luisa Severiano

Invocaciones, entonces, es una invitación a voltear a mirar esa imagen desde otra perspectiva, a ver qué es lo que representa y tratar de conectarlo dentro de nosotros mismos, para darle una vuelta ya a la tortilla, de no esperar los favores y milagros porque nos tocó nacer aquí o porque lo hicimos un 12 de diciembre. Es un trabajo de interiorización y de reconocer que dentro de nosotros están estas fuerzas, las que son capaces de generar el milagro”.

Inspirarnos entre todos

Para Adolfo Pérez Butrón, si Tonantzin Guadalupe fue invocada para hacer la Independencia, para que la ciudad no se inundara, para manipularnos, por qué no la invocamos ahorita para abrir conciencia, para conectar estas áreas oscuras que tradicionalmente han sido relegadas de nuestro verdadero poder que debe venir de un equilibrio en nuestra posibilidad interior.

No toda la obra expuesta en la galería se incluye en el libro, una edición de mil ejemplares, cuyo texto es de Luis Carlos Emerich.

Pérez Butrón lo considera un proyecto abierto y pretende hacer una segunda edición con lo que llegó después de cerrada la convocatoria. Explica que en cierto momento empezó a buscar a personas que trabajan con el símbolo o lo han manejado en su obra.

No me fui con los que lo imprimen en tela para vender sábanas o colchas, sino los artistas que lo han trabajado en su obra y entender por qué. De repente la relación fue directa. Para mí son como los nuevos Juan Diego que, al plasmarlo en su trabajo lo invocan de manera inconsciente o consciente, no nada más por una cuestión comercial de cómo es la virgencita, voy a vender mi cuadro. A final de cuentas, así sea de manera inconsciente, creo que hablamos de lo mismo, de esta invocación de algo bueno, de invitar al milagro que suceda nuevamente a nivel personal. De inspirarnos entre todos.

Respecto de la inclusión de las manifestaciones populares –hay una pared con fotos de danzantes, por ejemplo–, el entrevistado admite que es un enamorado de nuestras tradiciones de carácter cultural. Soy muy chacharero, me encantan los mercados populares y a diario me maravillo con la destreza, la espontaneidad, la frescura de los diferentes grupos étnicos que siguen vivon a pesar de la globalización y tantas otras historias que ya sabemos. Entonces, qué mejor que invitarlos a participar en esto, que enriquece el proyecto, lo hace más divertido, hay diferentes puntos de vista y refuerza lo que deseo decir. Que hay otras maneras de verlo, no nada más la tradicional, rígida, marcada por una Iglesia.

Invocaciones se exhibe de lunes a viernes, de 11 a 17 horas en el Centro Cultural Eje (Eje Central Lázaro Cárdenas 425, colonia Narvarte, teléfono 5440-0880).