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Si eres soltero puede ser un estilo de vida genial, afirma escenógrafo digital

Las mudanzas constantes para hacer cine pasan factura a creadores

Un día dicen que viajes a Londres o Hawai; una semana después todo cambia, dice un creativo de previsualización

Estamos cansados del ciclo de desplazamientos, señala director de efectos especiales

 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de enero de 2014, p. 5

Los Ángeles, 2 de enero.

Aun cuando los nuevos centros cinematográficos diseminan la riqueza de Hollywood alrededor del mundo, el estímulo para las economías locales le está pasando factura a los especialistas que deben ir trás el trabajo. Al migrar las producciones de cine de un lugar a otro, las amistades quedan atrás y hacer familia puede resultar difícil.

Sin embargo, la vida puede ser emocionante para una clase altamente habilidosa de aventureros, aquellos que no están reacios a vivir en cuartos de hotel pagados, comer en restaurantes y vivir en el extranjero.

Sólo pregúntenle a Hiroshi Mori, un artista de previsualización de 49 años cuyo trabajo de escenografía digital se ha usado en películas como Los vengadores y Hombres de negro 3. En los años recientes, el artista, nativo de Hawai, ha trabajado en Sídney, Nueva York y Albuquerque, sin mencionar Los Ángeles, casa de su compañía, The Third Floor.

Si eres soltero, puede ser un estilo de vida genial. Te ponen en un hotel. La producción paga todo. Es divertido, maravilloso, dice. “A algunas personas les encanta viajar y a otras no por motivos muy prácticos. Sin embargo, esa es la realidad del negocio ahora”.

Aún así, la incertidumbre inherente al trabajo de cine está compuesta de mudanzas a otras ciudades, países o continentes cada tantos meses o años.

Un día te dicen que viajes a Londres o Hawai o cualquier otro lado, y de pronto; una semana después, todo ha cambiado, dice Raffael Dickreuter, artista independiente de previsualización, de 32 años, quien nació en Suiza y vive en West Hollywood, California. No puedes creer nada hasta que suceda.

El blog VFX Soldier ha llegado a ser un foro para ventilar las frustraciones de los trabajadores de cine sobre el caos ocasionado por las locaciones alrededor del globo, que compiten ofreciendo incentivos tributarios. Estamos cansados del ciclo de desplazamientos, dice Daniel Lay, director de efectos especiales de tela y cabello, de 33 años, quien dirige el blog. La idea de que se está creando una industria sostenible no es cierta.

Exacerba el estrés un sistema que contrata a los que piden menos dinero. Eso puede obligar a las casas de efectos a absorber el costo de los cambios y ejercer una mayor presión sobre los trabajadores. Las bancarrotas de alto perfil, incluyendo la de la productora de Life of Pi (Una aventura extraordinaria), Rhythm & Hues Studios Inc., en febrero, apuntan a un sistema equivocado.

Jeffrey Okun, director del grupo profesional Visual Effects Society, con sede en Sherman Oaks, California, dice que su meta es ayudar a sus miembros a vivir en casa y tener un empleo remunerado y una carrera próspera, dice. Pero algunos de estos factores simplemente están fuera de nuestro control.

Viajar o renunciar

Viajar extensamente o renunciar fue una decisión a la que se enfrentó Tim Bowman. El trabajo del compositor de imágenes de 42 años, juntando tomas de la vida real con fondos generados por computadora, aparece en filmes como Los juegos del hambre y Gravedad.

Se mudó de Filadelfia a Adelaide, Australia, hace dos años para aprovechar los créditos tributarios. Pero el trabajo se acabó en mayo, cuando un caprichoso dólar australiano hizo que las exenciones fueran menos atractivas.

Bowman pudo haber buscado trabajo en la cercana Nueva Zelanda –posiblemente en El Hobbit– o llevado a su esposa y su hijo de 15 meses a Singapur o a Vancouver.

En vez de eso, se mudó a Charlotte, Carolina del Norte, cerca de los padres de su esposa.

El trabajo es increíble y he conocido a mucha gente maravillosa. Pero el modo en que se mueve la industria es brutal. No sé cómo alguien pueda tener una vida de verdad de este forma, dijo.