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Desesperados, los seguidores auriazules claman por el regreso de Hugo Sánchez

Pumas sigue extraviado en su laberinto; no aceptan la renuncia de Mario Trejo

Está por cumplir nueve meses sin ganar en CU

El Toluca fue ordenado y certero

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Los marcadores auriazules no pudieron contener al habilidoso Sinha Foto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Lunes 20 de enero de 2014, p. 3

Pumas no deja de caer, lo suyo es un desastre sin remedio. Por segunda vez en el torneo no pudo defender su cancha, ahora con una derrota 2-0 ante Toluca, y está a punto de cumplir nueve meses sin ganar en Ciudad Universitaria. El descontento ya se respira entre la afición, cada vez menos paciente y más hostil ante la inoperancia de su equipo.

La única porra que alentaba era la del Toluca, que retumbaba de orgullo ante la demostración de orden y ambición de su escuadra. La afición local abucheó cada pelota perdida, silbó en cada intervención tardía y coreó consignas que ya incomodan al equipo: ¡Fuera Trejo! ¡Fuera Trejo!, para recibir al cuadro universitario, y cuando quedó claro que no podrían hacer nada ante los choriceros todos clamaban por Hugo Sánchez.

El conjunto local fue otra vez un equipo romo, que por momentos recuerda que tiene jugadores jóvenes y dinámicos, pero que carecen de una idea clara sobre lo que deben hacer apenas se acercan al área rival. En cambio, Toluca se exhibió como un cuadro disciplinado que cumplió con recelo las indicaciones de José Saturnino Cardozo: circuló la pelota con agilidad y se mantuvo concentrado en sus posiciones.

Pumas tuvo ocasiones, pero todas frustradas, algunas por la ansiedad de revertir los equívocos que arrastran desde la campaña pasada –en la que fueron los últimos de la clasificación–, otras por la impecable actuación de los defensas choriceros. Y aún más, aunque para Alfredo Talavera fue prácticamente un día de campo, las dos pelotas en las que estuvo en riesgo su portería, intervino de forma espectacular.

Apenas rebasada la media hora de juego, el Toluca dio el primer golpe. Sinha recuperó la pelota y centró para Pablo Velázquez, Marco Antonio Palacios intentó barrerse para impedir el tiro, pero quedó muy lejos para lograrlo y el paraguayo sólo definió hacia segundo poste. El primer gol desató el desencanto de los aficionados universitarios que no dejaron de hostigar a su club.

Las respuestas de Pumas eran inmediatas, pero todas descosidas; las carreras desatadas de Martín Bravo dejaban claro que el puro ímpetu no sirve para recomponer a un equipo que desde hace mucho está deshecho. No se puede hacer mucho, sobre todo cuando las oportunidades se arruinan, como hizo Dante López, solo en el área resolviendo con disparos vergonzosos. A veces incluso dominaban la pelota y las salidas, pero como el rival hizo su tarea a la defensiva, resultó casi imposible hacerle algún daño.

Casi al finalizar el primer tiempo, un contragolpe parecía letal, con la zaga universitaria fuera de lugar y Pablo Velázquez salivando porque estaba a punto de recibir un pase filtrado, pero apareció Darío Verón –un regreso esperado en las filas auriazules– para arrebatarle el balón. En dos ocasiones el zaguero de la cabeza rapada surgió para defender el honor de Pumas, con intervenciones que exhibieron su madurez sobre la cancha.

Sin ideas

En el segundo capítulo Pumas parecía que mostraría otra cara: empezó agresivo y veloz, pero muy pronto se le bajaron las revoluciones al chocar con el orden choricero. Bravo se aparecía cada tanto en jugadas individuales, aunque cuando necesitaba un compañero para acompañar el ataque, perdía los balones con centros a los que no llegaba nadie.

Pronto el Toluca volvió a dominar el encuentro y, en una jugada individual, Miguel Ponce entró al área y sirvió para Isaac Brizuela, quien disparó al arco; el portero rechazó, la pelota quedó a la deriva y fue pescada otra vez por Ponce en una volea de media vuelta para el 2-0.

Hubo algunos intentos de los universitarios, un ridículo globito que quiso hacer Bravo en un mano a mano contra Talavera, como si fuera un crack, pero no es un crack. También un disparo furioso de David Cabrera que el arquero escarlata alcanzó a arañar y de forma caprichosa dio en el travesaño. Tal vez las dos oportunidades de mayor peligro provocadas por Pumas. El resto, fueron manotazos a ciegas.

Al terminar el juego el estadio entero les reclamó una nueva derrota. Una lluvia de vasos de cartón y líquidos acompañaban los insultos. Todo el equipo auriazul caminó rumbo a los vestidores con la mirada clavada en el piso.

Se siente un poco de rabia, dijo el paraguayo Dante López, uno de los más reclamados. Se hicieron bien las cosas; nosotros, como la afición, tratamos de salir adelante, agregó apenado y admitió que la gente tiene derecho a reclamar de esa manera. El entrenador apenas expresó un breve mensaje en el sentido de que se mejorará al equipo y se negó a dar la conferencia posterior al encuentro.

Y en la directiva la reacción inmediata fue la renuncia de Mario Trejo al puesto de vicepresidente deportivo en Pumas, pero le fue denegada.

Ya le había manifestado al ingeniero Jorge Borja la intención de hacerme a un lado, me comenta que no es el momento, que me enfríe, tenemos un partido el martes y vamos a pensarlo, analizarlo, a enfriarnos y tomar la mejor decisión para la institución, comentó Mario Trejo por la responsabilidad que siente, ya que fue quien trajo a José Luis Trejo al banquillo universitario.

Hay mucha inconformidad que pesa al grupo, vamos a ver, dijo Mario Trejo, aún con la esperanza de cumplir lo que todos esperan: detener una caída que parece no terminar.