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Sombras en el magnicidio
Aún hay escepticismo en el resultado de la investigación
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Izquierda: Presentación de la PGR sobre los primeros resultados en la investigación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Derecha: Mario Aburto Martínez, en el penal de Almoloya de Juárez, en el estado de MéxicoFoto tomada de los trabajos periciales a cargo de la fiscalía especial
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de marzo de 2014, p. 4

A 20 años del homicidio de Luis Donaldo Colosio y a 14 de que concluyó su tarea como fiscal especial del caso, Luis Raúl González Pérez acepta que aún existe escepticismo social del resultado de la investigación: el asesino fue Mario Aburto Martínez y lo hizo en solitario. Pero “no encontramos una sola conexión (de autoría intelectual) con algún actor político o miembros del crimen organizado.

“Yo dejé el expediente en reserva para que cuando alguien encontrara un indicio o algo, lo abriera. No pueden decir ‘Luis Raúl González Pérez nos maniató... nos puso una camisa de fuerza para no investigar’.

Puedo mirar de frente a la sociedad. Fui el único que investigó el entorno político en el crimen. Hice mi mejor esfuerzo, trabajé intensamente; resguardé las evidencias, generé incluso una cámara de nitrógeno para preservar la chamarra de Luis Donaldo Colosio.

González Pérez estudió derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a lo largo de su carrera de servidor público laboró como visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde atendió e investigó agravios a periodistas y casos de violaciones a las grantías de indígenas. También se ha desempeñado como subprocurador en la Procuraduría General de la República (PGR). Fue el último fiscal del caso Colosio y actualmente funge como abogado general de la UNAM.

–Si pudiera regresar el tiempo, ¿volvería a tomar el caso?

–El día en que se anunció la renuncia de Pablo Chapa por el fracaso de su actuación, yo veía las noticias y me preguntaba: a ver a qué loco se le ocurre aceptar. Y dirigí la investigación cuatro años.

“Fue un parteaguas: usamos las mejores técnicas de investigación ministerial y nos apoyaron con dictámenes técnicos institutos y centros de investigación nacionales como la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN); también la agencia espacial (Nasa)y la Oficna Federal de Investigaciones estadunidenses (FBI), con cuestiones en las que se requirió la aplicación de geofísica, ingeniería, análisis de discurso y foniatría, entre muchas otras.

Cuando llegamos había 20 mil fojas de investigación que debieron ser analizadas y generamos 26 líneas de investigación; todas se concluyeron. Generamos 47 mil 825 fojas de investigación; nos dejaron 52 tomos integrados y concluimos con 122. Desarrollamos 110 anexos. Los primeros fiscales realizaron 550 declaraciones, y nosotros 910. Se instruyeron 150 dictámenes periciales.

–¿Qué obstáculos enfrentó durante la investigación?

–Una sociedad escéptica de las instituciones. Trabajar en un caso donde la sociedad incrementó sus dudas y sospechas por las contradicciones en las indagatorias de tres fiscales. Mi reto fue mostrar y probar la seriedad con la que se puede hacer un trabajo.

“Tomé el caso en agosto de 1996, cerca de dos años y medio después de ocurrido el homicidio. Tres fiscales me habían antecedido (Miguel Montes García, Olga Islas y Pablo Chapa Bezanilla).

“Me fue mejor que a mis antecesores. Gente seria, Miguel Montes y Olga Islas. Pablo Chapa... conocen lo que pasó con él (desechó las investigaciones anteriores y aseguró que la escena del crimen fue ‘arreglada’; consideró la existencia de un segundo tirador y acusó a Othón Cortés de ello).

“Yo declaré a Chapa Bezanilla dos veces: una estando preso y la otra en libertad. Entre las preguntas que le hice fue dónde estaban las pruebas que dijo haber tenido (para construir sus hipótesis). Contestó: ‘no las tengo, eran versiones de periódicos’.

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Luis Raúl González, último fiscal especial del caso Colosio, en entrevista con La Jornada Foto Jesús Villaseca

“Dada la incertidumbre, la magnitud, el escepticismo y la búsqueda de certezas, de credibilidad y resultados, incorporé todo lo que se escribió en la prensa o en libros Asimismo establecí como premisa no anticipar conclusiones que no estuvieran en líneas cerradas, porque fue algo lamentable que le ocurrió a Pablo Chapa.

Aprendí un principio en derechos humanos que es decir la verdad que se desprenda del expediente, y traté de difundir lo que hicimos.

–En muchos casos sigue el escepticismo en cuanto a si existió participación del ex presidente carlos Salinas y tal vez de otros actores en el homicidio...

–Fui el primero y único en abordar el tema político, y para ello declaramos a varios ex presidentes: Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Luis Echeverría; dos secretarios de Gobernación, Patrocinio González y Jorge Carpizo; a gobernadores, y otros actores políticos.

“En mi informe di cuenta clara del entorno político que enfrentó la campaña de Colosio, ante circunstancias que sucedieron en el país, como fue el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en enero de 1994.

“Pero de toda la investigación y de ese entorno, no se desprende ninguna conectividad de actores ajenos al sujeto que hoy enfrenta una condena en un penal de máxima seguridad.

“Fuimos exhaustivos al abordar la historia del sujeto que privó de la vida con dos disparos a Colosio.

“(Respecto de las versiones de que existieron varios aburtos) se hicieron todas las indagatorias necesarias y fue gracias a los lunares del rostro como se llega a la conclusión de que el sujeto que fue detenido en Lomas Taurinas y disparó contra Colosio, es el mismo que hoy purga una pena de 45 años por homicidio.

Dejé la averiguación previa en reserva, es decir, que se puede sacar desde el día siguiente que dejé el cargo. Han pasado dos administraciones de un partido distinto (el PAN) al del que ostentaba el gobierno (PRI) cuando sucedieron los hechos, y no hay nada que no se haya hecho.

–¿Qué imagen tiene de Aburto?

–Un dato curioso: nunca existió discrepancia entre los cuatro fiscales en torno a la personalidad del sujeto, ni siquiera en la gestión de Pablo (Chapa).

“Eso no implica que (la personalidad de Aburto) no haya sido aprovechada por alguien, y tuve que investigar y ver si no hubo autores conexos, autores materiales adicionales o intelectuales. No los encontré.

“La personalidad es totalmente ególatra, deseoso de llamar la atención. Tiene problemas de autoridad identificados en un comienzo con su padre, es lo que dicen los dictámenes.

Es posible que el sujeto lo haya hecho, sí. Hasta ahora no hay nada que indique que haya otras personas. Los disparos los hizo él y ahí está, probado científicamente.

Para mí hubiera sido muy sencillo decir lo que otro obtuvo, pero jurídicamente yo seguí investigando para ver si encontraba al autor intelectual, instigador, cómplice. Eran mis líneas de investigación y fueron agotadas en todo lo material y humanamente posible. No los encontré.