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Vuelven Los clásicos
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Periódico La Jornada
Sábado 16 de agosto de 2014, p. a16

La música de Vivaldi es jolgorio, risa, alegría.

Bastan tres compases para ponernos de buenas. Es una música-sol. Se mueve a velocidades altas y de manera impar equilibra con momentos mágicos, lentos.

Allegro-adagio-allegro. Fórmula mágica la suya.

En el imaginario colectivo flotan tres palabras con todo su significado y sonido: Las Cuatro Estaciones.

Por eso sorprende gratamente que cuando surge una nueva serie de cernidos, antologías, selecciones de obras de autores determinados para ofrecer alternativas de escucha diferente, a la hora de elegir las obras de Vivaldi para esa colección figuren Las Cuatro Estaciones pero no se limite a ellas, sino que se incluyan otras obras del compositor veneciano.

Y no es porque no se trate de una de las obras favoritas del Disquero, sino porque el universo vivaldiano es prácticamente interminable. Del alrededor de medio millar de composiciones, que los mal intencionados quieren ironizar diciendo que ‘‘Vivaldi escribió 500 veces la misma obra”, hay partituras poco visitadas, valoradas, conocidas.

El acierto en esta ocasión corresponde al sello Warner Classical, en su nueva serie titulada insp!ration.

La idea de este tipo de proyectos no es nueva. Surgió con la crisis de la industria del disco. Es decir, data de muchos años. Lo interesante de esta crisis es que las tiendas de discos desaparecen aunque las casas discográficas no dejan de grabar discos en formato compacto. El factor calidad de sonido sigue pesando. Es decir, el buen gusto del público sigue determinando el mercado.

Dos principios rigen a estas colecciones: precio bajo al consumidor y alta calidad en el sonido y selección de obras e intérpretes.

Por lo general, este tipo de colecciones incurre en errores. El más socorrido consiste en seleccionar las mismas obras de todas las colecciones anteriores. Algo así como ‘‘los grandes hits”, o su terminajo original: highlights. Y también: best of.

Lo que hoy nos ocupa, la serie insp!ration, acierta al elegir, en el caso de Vivaldi, obras poco trilladas.

La idea de este volumen, de la veintena que compone insp!ration, es llegar a ‘‘los amantes de la música mediterránea para guitarra” y para ‘‘los amantes de la música de Vivaldi”.

Para el primer caso, el disco Viva Vivaldi! Se inicia con el Concierto para Guitarra RV 425 y sigue, en una variante deliciosa, con el Concierto para dos mandolinas RV 532 y el asunto se va poniendo más interesante y disfrutable, porque la siguiente obra en el disco es el Concierto para viola d’amore, laúd y violín RV 540, teniendo en cuenta el sonido maravilloso de la viola de amor.

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Maria CallasFoto Music-bazaar.com

La instrumentación de la siguiente obra en el track listing del disco es un privilegio: Concierto para dos violines en tromba marina, dos flautas de madera, dos mandolinas, seis (¡!) chalumeaux (abuelo del actual clarinete), dos tiorbas y un violonchelo, RV 558.

Y de manera circular, el disco termina con un Trío para guitarras y otro Concierto para guitarra, el RV 93.

La colección insp!ration consta de una veintena de discos. Reseñar el de Vivaldi sirve muy bien como ejemplo de la naturaleza de la serie entera, no exenta de los hightlights y los best of pero en esos casos la libra muy bien. Tomemos otro ejemplo: el volumen Best of Herbert von Karajan es una bala: inicia con Una pequeña música nocturna (traducida equivocadamente por doquier como ‘‘Una pequeña serenata nocturna”), luego la Música de Agua de Haendel, un pasaje del bellísimo Moldavia, de Smetana, la Invitación a la danza, de Weber, para culminar con el Bolero de Ravel.

Ah, también hay un volumen dedicado a Ravel: cinco composiciones para flotar: Alborada del gracioso, la Rapsodia Española, La tumba de Couperin, La Valse y el Bolero.

Otro gran acierto: en esta colección abundan los volúmenes dedicados a Mozart, uno de ellos con el Requiem pero además el bellísimo motete Ave Verum Corpus y una porción mozartiana estremecedora y poco conocida: su música masónica.

Otros buenos best of en esta serie: Bizet: Carmen y otra exquisitez: Maria Callas. La voz desnuda de la diva, con sus imperfecciones que elevan su esplendor.

Otro best of que resulta una delicia: Bella Venezia, con ¡Las Cuatro Estaciones!, en una versión espléndida con I Virtuosi of England (para los coleccionistas de erratas, en la mismísima portada del disco dice: ‘‘Engalnd”) y el clavecín, usualmente borrado de las grabaciones.

Bella Venezia culmina con sendos pares de conciertos ¡para oboe!, de Vivaldi y de Albinoni.

Vuelven los clásicos. Y los barrocos también.

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