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Los grupos son heterogéneos; no todos buscan delinquir: investigador

Hay en el país unas 600 pandillas violentas; la mayoría en el norte
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 17 de agosto de 2014, p. 24

Monterrey, NL, 16 de agosto.

Las pandillas en México se han vuelto heterogéneas; mientras en el norte están las más violentas, en el centro su característica es mantener la tradición de los años 80 de reunirse para alterar el orden social pero no necesariamente delinquir. En el sur se manifiesta una imitación de la Mara Salvatrucha.

Emilio Daniel Cunjama López, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales, dijo que existen mitos arraigados que deben eliminarse, como que todos los pandilleros están ligados a la delincuencia organizada.

Señaló que el fenómeno es heterogéneo y estratificado, aunque la mayor presencia de pandillas se ubica en el norte del país –debido a la cercanía de la frontera con Estados Unidos–. En la colonia Santo Domingo, de la delegación Coyoacán, en la ciudad de México, se han contabilizado 300 grupos, no todos dedicados a delinquir.

“Tenemos en los estados del norte pandillas que se han identificado como criminales. En el caso de Ciudad Juárez (Chihuahua) son Barrio Azteca o Mexicles.

Estos grupos tienen una mayor actividad pero no todas, hay que aclararlo, porque genera un pánico moral, y nuestra realidad es diferente a la de Estados Unidos o Centroamérica, dijo el investigador en el marco del 17 Congreso Mundial de Criminología, celebrado el 13 de agosto pasado.

Agregó que el conteo del Instituto Nacional de Ciencias Penales arroja la existencia de aproximadamente 600 agrupaciones violentas en el país, vinculadas con la delincuencia organizada, pero son sólo algunos grupos identificados y en realidad no sabemos la magnitud del problema.

Destacó que en Estados Unidos los pandilleros distribuyen la droga y en los estados del norte de México, el papá, la mamá, la tía son como empresas familiares.

Cunjama explicó que los estudios del instituto derrumban muchos mitos, por ejemplo que la Mara Salvatrucha está en México. “Eso no es verdad, hay replicadores; es decir, gente que se quiere parecer y se autonombra pero la Mara no los reconoce como parte de esa criminalidad”.

Dijo que México no debe caer en la experiencia de Centroamérica, de legislaciones de mano dura que sólo acentúan el problema de la violencia. Ya ha sido comprobado, como en el caso de El Salvador, que la política de tregua (donde las autoridades y pandillas acordaron el cese de hostilidades) funcionó muy bien y representa una baja de 50 por ciento de los homicidios relacionados con pandillas.

El problema de la violencia y la delincuencia no tiene que ver con el sujeto que tomó una decisión errónea sino con la situación social y económica que se vive y los deseos de consumo, aseguró.