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Se congratula de que La dictadura perfecta representará a México en los Premios Goya

El valor de los premios es que ayudan a promover las películas: Luis Estrada
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Fotograma de La dictadura perfecta. Creo que el trabajo con Damian Alcázar, quien en la cinta interpreta al Góber Vargas, siempre enriquece las películas, dice el realizador
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de septiembre de 2014, p. 8

Al director Luis Estrada le cayó como gloria el anuncio de que su más reciente película fue elegida por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar a México en los Premios Goya.

Es una sorpresa muy agradable, dijo en entrevista telefónica, aunque aclaró que también la toma con reserva. Es muy difícil pensar que las películas pueden competir entre sí, como si fueran concursos deportivos o de atletismo... pero creo que si algún valor tienen los premios es que ayudan a la promoción y a la difusión.

De hecho, Estrada dijo que no asistió al anuncio de la selección de su filme, que se estrena el 16 de octubre en México, por compromisos de promoción, ya que él mismo es codistribuidor, con la empresa Alphaville Cinema.

A punto de enloquecer

En una cuestión muy patológica, digna de internarme en un hospital siquiátrico. Además de ser el escritor, el director y el productor de la película, ahora estoy involucrado a tope en la distribución.

Protagonizada por Damián Alcázar La dictadura perfecta, cuyo título se desprende de la famosa frase del escritor peruano Mario Vargas Llosa sobre el gobierno del Partido Revolucionario Institucional en México, narra cómo la principal televisora del país busca distraer a la población de un error cometido por el presidente con un videoescándalo que involucra al Góber Vargas, un político con aspiraciones presidenciales.

Estrada, quien en sus películas más recientes ha presentado un México con una clase política totalmente corrompida, calificó su visión del país de satírica y ácida de un momento ciertamente desolador y desesperanzador de la historia.

(Son) retratos sobre un tiempo y una realidad; el tiempo es el que me está tocando vivir, y la realidad, por desgracia, es la que me ha estado tocando vivir, dijo el director nacido en la capital mexicana en 1962. Siento que nos hemos metido en un tobogán en el que supimos en qué momento arrancó, pero que no vemos cuándo va a acabar.

Así como la temática se repite, Estrada volvió a convocar a Alcázar, con quien había trabajado en otras cinco películas, para que diera vida al Góber Carmelo Vargas. Lo hizo, dijo, siguiendo una tradición en el cine.

Casi todos los directores que yo admiro mucho... han tratado de encontrar a su actor fetiche, explicó, y como ejemplo citó a Akira Kurosawa con Toshiro Mifune, John Ford (su favorito del mundo) con John Wayne y a los mexicanos El Indio Fernández con Pedro Armendáriz o Ismael Rodríguez con Pedro Infante.

“He tenido la suerte de haberme encontrado con uno de los mejores actores, no solamente de México, sino del mundo y sería yo muy güey si lo dejo ir”, agregó con tono pícaro. Es mi amigo, es un hombre al que admiro mucho; es muy comprometido... creo que el trabajo con Damián siempre ha enriquecido las películas.

Juntos han trabajado en Bandidos (1991), Ámbar (1994), La ley de Herodes (1999), Un mundo maravilloso (2006), El infierno (2010) y La dictadura perfecta. Las últimas cuatro han tenido a Alcázar como protagonista. Estrada reveló que en el caso de La ley de Herodes aquél asumió el papel protagónico por casualidad, ya que el actor para el que lo escribió no pudo participar en la cinta. A partir de entonces fue el primero en que pensó para estar al frente de sus películas.

Los papeles se los escribí a él, con él en la cabeza, dijo.

Pese a ser una sátira con un ambiente y personajes parecidos a los de la actualidad en México, Estrada destacó que realizó su película con plena libertad, sin represalias por poner a un presidente bien parecido que recuerda al actual mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto.

He estudiado mucho sobre la materia porque sé que me he metido en temas un poco delicados y complicados, pero la libertad de expresión está consagrada en nuestra Constitución; es un derecho que está por encima de todos los demás. Esto de poner y hacer una sátira de un presidente se hace todos los días en los países que son democráticos de verdad, no en los que pretenden llamarse así como título nobiliario.

México ha sido nominado a los premios Goya en 15 ocasiones, los últimos cuatro años de manera consecutiva, y ha ganado en dos, por El callejón de los milagros de Jorge Fons (1996) y Lo que importa es vivir, de Luis Alcoriza (1987).

Aunque la Academia de cine española no ha anunciado sus fechas, las nominaciones a los Goya suelen avisarse en enero, un mes antes de la ceremonia de premiación en Madrid.