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UNAM, Conacyt y universidad de Chiapas harán mapas de riesgo

Monitorearán científicos volcán Tacaná
Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 8 de octubre de 2016, p. 30

Juriquilla, Qro.

A principios del próximo año el Centro de Geociencias (CGeo) de la UNAM, en conjunto con el Conacyt y la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, instalarán estaciones de monitoreo de lahares (sedimentos volcánicos) en el coloso Tacaná, situado en la zona fronteriza de México con Guatemala.

Con este trabajo se crearán mapas de peligro que identificarán las zonas que pudieran ser afectadas en un escenario eruptivo, señaló Lucía Capra, vulcanóloga del CGeo de la UNAM, campus Juriquilla. Entrevistada durante una visita al Laboratorio Nacional de Visualización Científica Avanzada, en dicho campus, la experta precisó que este estudio y monitoreo de la actividad del Tacaná se suma a los que ya se hacen del volcán Popocatépetl y del de Colima.

La experta precisó que actualmente el Tacaná no tiene actividad evidente, pero recordó que en los años 80 experimentó una pequeña explosión freática, es decir de agua que se sobrecalentó y salió del volcán como una columna de vapor. No obstante ,hizo hincapié en la peligrosidad de este volcán, el cual ha tenido en la pasado explosiones de tipo pliniano, las cuales son la de mayor magnitud conocida.

Remarcó que con base en la historia eruptiva del Tacaná -la que ha sido estudiada por el Instituto de Geofísica- "se sabe que es un volcán muy activo". Detalló que su última explosión fue hace mil años. En esa ocasión se formó un gran domo que colapsó y originó flujos piroclásticos.

Se cree que esta situación causó que los antiguos habitantes de la actual zona arqueológica de Izapa, ubicada al norte de Tapachula en Chiapas, abandonaran el lugar: Por los tiempos de recurrencia que se han visto en la historia eruptiva del volcán, puede ser que en caso de que se reactive pueda tener un impacto bastante importante sobre la zona de la frontera entre Guatemala y Chiapas.

La vulcanóloga especificó que cuando caen lluvias fuertes en zonas donde hay actividad volcánica pueden producirse lahares, los cuales pueden provocar pérdida de vidas y de infraestructura.

Un lahar es una corriente de agua y fragmentos sólidos que se desplaza de los flancos de un volcán. Durante eventos de lluvia muy importante el agua empieza a al escurrir con este material sólido, hasta formar una mezcla muy densa de material, que parece una mezcla de concreto que se desplaza a grandes velocidades, hasta de 40 kilómetros por hora.

Estos flujos, explicó, son capaces de tumbar puentes, erosionar carreteras y llegar a poblaciones, pueden afectar a personas y estructuras.