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La esperanza es eterna
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de diciembre de 2016, p. a16

El estado de Luisiana solicita la pena de muerte para una mexicana y un investigador de circunstancias atenuantes, mitigation specialist (especialista en mitigación), con denuedo, trata de impedirlo.

Ahí, ella sólo ha encontrado oscuridad.

La finalidad del experto es concebir una narrativa que haga desistir al fiscal de pedir la ejecución de esa mujer que permanece en prisión.

“Mi trabajo era exigente e intenso, pero estaba lleno de lo que yo llegué a llamar ‘momentos robados’: instantes en los que alcanzaba a percibir una suerte de serenidad, o incluso una gran dicha, a pesar de toda la desolación y la miseria que debía documentar”, expresa el investigador.

Con un sistema muy extraño de justicia penal en Estados Unidos, el quehacer del especialista consiste en presentar el rostro humano de Esperanza. Investigo la historia de su vida y la de su familia, relata el protagonista de la novela Circunstancias atenuantes.

Cincuenta mexicanos, señala, están en el Corredor de la Muerte junto a varios cientos de condenados a la pena capital. Casi no hay gente calificada para encargarse de esos casos.

La mitad de sus asuntos se tramitan en Texas, estado que no solamente es hogar de incontables mexicanos, sino que ha logrado distinguirse como la Capital de la pena de Muerte del Universo.

La acusada, a quien lo único que no le pueden arrebatar son sus recuerdos, está presa por asesinar a una bebé de once meses de edad.

El especialista en mitigación debe viajar con frecuencia al corazón del México profundo con la finalidad de allegarse información que apuntale la defensa de los que enfrentan un juicio y la pena de muerte en cortes estadunidenses.

Averigua historias de vida y busca demostrar a la fiscalía que esa mexicana no es un monstruo, sino un ser humano que merece clemencia; alquien que no merece morir.

Respecto de los huéspedes del Coredor de la Muerte en el país del norte, señala David Lida, la mayoría viene de familias en las que el abuso, el maltrato, la violencia, la pobreza y la desnutrición eran la norma. Y si dabas al clavo encontrabas trastornos del aprendizaje, daño cerebral o incluso enfermedades mentales, lo cual era positivo, porque según la Corte Suprema de Estados Unidos, no se puede condenar a muerte a una persona que padece discapacidades mentales.

El investigador debe penetrar la coraza de la mujer presa, pues ella “sabe que sólo los ricos pueden pagarse un abogado. Los ‘derechos’ son, en todo caso, conceptos abstractos”.

Circunstancias atenuantes son enfermedades mentales, grandes promesas frustradas, violencia, abuso y abandono; residuos tóxicos en el agua de los pozos, buenas obras pasadas por alto; una fila de gente dispuesta a testificar que sus vidas quedarían devastadas si nuestro cliente llegara a ser ejecutado.

El experto viaja a pueblos de Texas, Oklahoma y Alabama, así como a Michoacán, Chihuahua y Durango, para reconstruir las historias de vida de los prisioneros

Respecto de México, señala que es un país en el que más de la mitad de las personas nacen en la pobreza y se encuentran destinadas a morir en ella. Un país en donde la justicia es sólo un concepto abstracto y maniqueo, y donde la supervivencia es un hecho arbitrario.

En Estados Unidos, los mexicanos indocumentados son cuerpos sin rostro ni nombre.

El 10 de octubre es el Día Mundial contra la Pena de Muerte y los tres países que más la imponen (China, Irán e Irak), la aplican en circunstancias turbias y poco claras. Muchas condenas de muerte se basan en confesiones obtenidas mediante tortura.

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Desde tiempos del milanés Cesare Beccaria (1738-1794), autor de la obra clásica Tratado de los delitos y de las penas, ya se repudiaba ese castigo por inútil e innecesario.

Años después, Piotr Kropotkin (1872-1921), anarquista ruso, en su libro Las prisiones, escribió: La pena de muerte es una crueldad inútil y perjudicial para la sociedad, una barbarie absolutamente inútil.

Otros personajes que se han sumado al abolicionismo de la pena de muerte son el escritor y activista húngaro Arthur Kloester (1905-1983) y el literato y pensador francés nacido en Argelia, Albert Camus (1913-1960), premio Nobel 1957.

Según Amnistía Internacional al menos mil 634 personas fueron ejecutadas en 2015, en 25 países.

Con su novela, el autor pone en la picota al sistema penal estadunidense y perfila la búsqueda de una historia cautivante y justicia, porque la esperanza es eterna.

Título: Circunstancias atenuantes

Autor: David Lida

Traducción: Fernanda Melchor

Editorial: Tusquets

Número de páginas: 342

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No todos eran tan santos

El resurgimiento del cristianismo en China es el eje de un libro articulado mediante testimonios recabados por el escritor Liao Yiwu, luego de entrevistar a varios protagonistas de un movimiento clandestino a contrapelo de la postura oficial del gobierno de esa república popular.

Antes de la muerte de Mao, en 1976, documenta el autor, muchos cristianos chinos fueron encarcelados o ejecutados.

Luego de la toma del poder por los comunistas, en 1949, sostiene Yiwu, las libertades de expresión y culto se ejercían de manera precaria en un Estado policial y una sociedad tumultuosa.

Por un lado estaban las iglesias oficiales, controladas por el gobierno chino, y por otro, las iglesias domésticas, pues el culto se practicaba en casas.

Una profusión de historias surgidas de 18 entrevistas y ensayos escritos de 2002 a 2010 busca dar cuenta de la espiritualidad en China en la era pos Mao, cuando la difusión de la religión cristiana enfrentaba muchos escollos, pues antes de que finalizara la Revolución Cultural, según Yiwu, todas las actividades religiosas públicas habían sido prohibidas.

Se proscribió el consumo de opio y el juego, también el cristianismo, señala.

Asimismo, el gobierno comunista condenó las religiones extranjeras, las consideraba opio espiritual, herramientas de colonización y opresión contra el pueblo chino.

En 1966 empezó la Revolución Cultural, en 1974 perdía fuerza y de manera gradual el cristianismo se difundió clandestinamente por los pueblos.

Entre los seguidores religiosos, según la investigación del autor, no todos eran tan santos como aparentaban.

Y aunque la libertad religiosa estaba garantizada en la Constitución china, los cristianos no po-dían gozar de esa libertad.

Sin embargo, ahora el cristianismo prospera de nuevo en ese país asiático. Es tarea de historiadores y escritores develar la verdad histórica y explicársela al público, considera Liao Yiwu, autor de Masacre, poema de 1989, con el que condenó la matanza de la Plaza de Tiananmén, la noche del 3 de junio de 1989.

Título: Dios es rojo: la historia secreta de cómo el cristianismo sobrevivió y floreció en la China comunista

Autor: Liao Yiwu

Traducción: María Tabuyo y Agustín López Tobajas

Editorial: Sexto Piso

Número de páginas: 253