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La escritora inauguró el encuentro que se realiza en el MNCP

Maíz es lo que tenemos en el alma, dice Laura Esquivel en la Feria del Tamal
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La autora de Como agua para chocolate pidió a los que movían la masa que contaran una historia de amor a MéxicoFoto Jair Cabrera
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de enero de 2017, p. 4

La Feria del Tamal se inició en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP). Los hay de todos sabores; dulces, salados, picosos; acompañados de pozol, champurrado, atoles o aguas de horchata, la tradicional, preparada con arroz, pero también con cacahuate o coco. Hay tamales tradicionales de distintas partes de la República y de otros países; con carne de puerco, pollo y hasta pato. Vegetarianos hay pocos y veganos aún menos, pero sí es posible encontrarlos.

En cada puestecito es posible probar alguna de sus especialidades, ya en tamal o en bebida, para elegir. Los precios también son variados, aunque a decir del taxista Jesús Vilchis, están caros. Sé hacer tamales; un señor me enseñó hace muchos años. En esa época, le hablo de 1983, más o menos, los chiquitos costaban 1.50 y los grandes 5 pesos. Él preparaba, y ahora yo, para mi familia; unos chiquitos, de los que se pueden comer hasta cinco o seis. Ahora, de esos grandotes se come dos y ya no puede más. Con su perdón, pero sí están caros, dijo mientras nos alejábamos del centro de Coyoacán.

En la Feria del Tamal, que celebra 25 años, el precio promedio es de 20 pesos.

La ceremonia de inauguración oficial se realizó por la noche con la presencia de algunas de las cocineras que llevan más años participando en el encuentro, el director del museo, Rodolfo Rodríguez; Marco Buenrostro, quien junto con Cristina Barros (ambos colaboradores de La Jornada) curó la exposición Milpa, tiempo y espacio, que puede visitarse para complementar la comedera de tamales, y la escritora Laura Esquivel, autora de Como agua para chocolate y El diario de Tita, donde transformó la relación de la comida y la cocina en literatura.

Las bondades de la milpa

Marco Buenrostro destacó: los tamales dialogan con el pan de trigo de la rosca. Es como una reivindicación de andar partiendo rosca y premiarse con tamales. Acerca de la exposición dijo que es el momento de ver nuestra cultura con ojos positivos y darnos cuenta de que todos los productos que ofrece la milpa se consumen de manera inmediata, son frescos y vivos, mientras otros tienen que viajar miles de kilómetros.

Leticia Esquivel, quien lleva 24 años en la feria, habló en nombre de los 53 participantes y pidió consumir lo hecho en Mexico. Estos alimentos contienen más allá de sus ingredientes el conocimiento y el sabor de quienes los preparan.

La escritora Laura Esquivel recordó que hace 25 años fue la madrina del encuentro. En ese entonces realizaron un ejercicio colectivo para demostrar que las emociones influyen en la preparación de las recetas. Hace cinco lustros pidió a los participantes que contaran una historia de amor mientras movían la masa del tamal.

Este viernes repitió el experimento, pero pidió a quien pasara a mover la masa en el cazo de cobre que contara una historia de amor a México. “El maíz para todos nosotros es memoria, es lo que tenemos en el alma. Al planear esta feria no sabíamos que íbamos a estar esta semana viviendo este momento histórico que de pronto nos apachurra el corazón; tenemos que hacer un esfuerzo doble.

“Les voy a pedir que hagamos ese acto de amor, porque las crisis son los momentos de cambio, de tomar decisiones, cómo nos vamos a mover, qué vamos a hacer. Que este acto de hoy nos sirva para recordar quiénes somos, este espíritu, este pueblo maravilloso que ha pasado por estas y muchas otras (crisis) y hemos salido adelante y vamos a seguir saliendo. Estamos dispuestos a hacer el ejercicio por los que no están aquí, los que están fuera del país, quienes viven un momento de temor o de incertidumbre.

Cuando pasen aquí vayan pensando en ese México que queremos renovar. Cocinar colectivamente es un acto de comunión y profundamente espiritual, no sólo social.

Y así, uno a uno, pasaron a contar historias de amor al país; recordaron esas historias que contaban sus abuelos, las que cuentan quienes asisten a la feria, o de amor por algo que no es otro ser humano, sino las plantas, los huertos.

La Feria del Tamal concluye el 2 de febrero. El Museo Nacional de Culturas Populares se encuentra en avenida Miguel Hidalgo 289, en Coyoacán.