Los países de América Latina enfrentan una crisis de seguridad pública, pese a una década de crecimiento económico modesto. Los índices de delincuencia y muertes violentas aumentan, aseguró el Instituto Igarapé en un informe.

A pesar de que el hemisferio alberga a 8 por ciento de la población mundial, los países latinoamericanos son escenario de 33 por ciento de los asesinatos cometidos a escala global.

El instituto, con sede en Río de Janeiro, Brasil, utilizó datos y encuestas obtenidos en 2017. El estudio revela que, desde 2000, 2.5 millones de latinoamericanos han fallecido violentamente, la mayoría asesinados. Esa tasa en la región es de 21.5 por cada 100 mil habitantes, mientras en el resto del mundo el promedio es de siete por la misma cifra. Si esa tendencia se mantiene, para 2030 llegará a 35 por cada 100 mil.

Las naciones con mayor índice de muertes violentas son: Venezuela (48 por ciento del total), México (46 puntos porcentuales) y Argentina (41 por ciento).

El país donde menos víctimas por muertes violentas hay es Ecuador, con 29 por ciento.

En la década pasada el índice regional de homicidios se incrementó 3.7 por ciento, lo cual triplica la tasa de incremento de la población en América Latina, que se ubica en 1.1.

Igarapé observó que 17 de los países con más homicidios en el mundo están en América Central, el Caribe y América del Sur. En 2017, en la región, se registró el mayor número de asesinatos.

Los homicidios violentos se concentran en Brasil, Colombia, México y Venezuela. El estudio calcula que uno de cada cuatro cometidos globalmente ocurre en uno de estas cuatro naciones.

La violencia homicida de cárteles y pandillas en toda América Latina juega un papel desproporcionado en la región, donde 26 por ciento de ejecuciones se atribuye a esos grupos.

En América del Sur se reporta la mayor cifra de asaltos y robos violentos.

La mayoría de las víctimas de asesinatos en América Latina son hombres. El índice general es de 80 por ciento, comparado con el promedio global, en el que 74 puntos porcentuales son varones. En el Caribe ese índice asciende a 83 por ciento y en Sudamérica a 88 puntos porcentuales.

En el conjunto de países, 65 por ciento de personas considera que la violencia más peligrosa es la ejercida contra las mujeres y 63 por ciento está más preocupada por la que padecen los niños.

Ello refleja que existe mayor temor a esos tipos de violencia que a la que se vive en las calles (59 por ciento) y a la que ejercen pandillas y crimen organizado, pues ambas se ubicaron en 51 por ciento en la percepción de peligrosidad de los encuestados.

La mitad de las víctimas de asesinatos en América Latina son jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, lo cual implica un enorme costo humano y de productividad.