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El Correo Ilustrado

Felicita a Carlos Payán por reconocimiento

S

i bien la medalla de honor Belisario Domínguez que otorga el Senado de la República se instituyó para premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra Patria o de la humanidad, es un hecho que el ilustre mexicano que da nombre a esa presea es reconocido sobre todo por su valor al defender el derecho a disentir, respecto de las acciones de un hombre de reconocida crueldad, como fue Victoriano Huerta.

Es de suponer que el médico y senador chiapaneco sabía que al acusar públicamente a Huerta de traición a la Patria, y por el asesinato del presidente Francisco I. Madero, ponía en riesgo su vida. Así fue: Belisario Domínguez fue brutalmente asesinado el 7 de octubre de 1913 por actuar con base en los dictados de su conciencia.

Por lo anterior considero un acierto que el Senado haya entregado este año la medalla a Carlos Payán Velver. Su trabajo periodístico, el espíritu con que ejerció la dirección de La Jornada, y la trayectoria que este diario ha sostenido desde 1984, muestran que desde ahí se ha defendido la libertad de prensa frente a un poder poco tolerante ante la libertad de expresión y la discrepancia, valores que son intrínsecos a la democracia. Felicidades a Carlos Payán y a La Jornada por este reconocimiento.

Cristina Barros

Navidad de vanidades

Se antoja difícil decir que el pueblo puede celebrar estas festividades en las que se erige un homenaje gigantesco al becerro del consumo. Pero bien puede significar ocasión de autorreconocimiento, de ponderación de nuestras luchas y de nuestro compromiso, de reflexión y toma de conciencia, de solidaridad efectiva con los marginados, los desarrapados, los hacelotodo, los sucios y malolientes pedigüeños, los niños sin reyes y sin cenas especiales o cotidianas, los papás y las mamás angustiados, los que no cambian su rutina sólo porque estos son días de regocijo general.

Compañeros todos: de ruta, de trabajo y de clase, hermanos y hermanas sin demagogias baratas o caras, pobres de todos lados que hacemos un doble esfuerzo por huir del arrullo tramposo de este inhumano sistema, por recuperarnos como sujetos, por ejercer nuestra libertad con dignidad, por rechazar sistemática y concientemente la enajenación a que nos conduce el acelerado tren de la locura rutinaria, por unirnos en medio de nuestras diferencias, que son pocas, acentuando nuestras semejanzas, que son muchas...

Por todo ello y aún más, este doble esfuerzo –de rechazo y de empuje– tiene que obligarnos de algún modo a hacer crecer el auténtico amor que nos une y nos enriquece. No el amor propagandístico y desgastante, no el concepto del amor empalagoso y entristecedor, no el de canciones de moda ni el de ídolos de barro, sino el amor que es esfuerzo cotidiano, que se manifiesta en la entrega, el que promueve a la persona sin restarle individualidad, el que no busca ser servido, el que no exige nada a cambio, el que nos hace tomar la vida en nuestras manos para fecundarla y darle sentido, el que nos obliga a ser dichosos porque compartimos esas alegrías cortas e intensas y no insípidos placeres consuetudinarios.

Que esta Navidad nos aliente a ser cada vez más firmes en la búsqueda de un hogar común donde no falte el pan para todos.

Hugo Carbajal Aguilar

En la incertidumbre, trabajadores de Izcalli

Trabajadores del municipio de Cuautitlán Izcalli denunciamos que faltando horas para que la administración saliente concluya, no han realizado el pago del aguinaldo a sus trabajadores, en específico a los del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia, y así poder disfrutar de las fiestas y vacaciones decembrinas. Además de lo anterior, en una situación inusual, cuando salimos de vacaciones nos pidieron entregar nuestro lugar de trabajo, así como sacar las pertenencias con las que laboramos y entregar las llaves de la oficina.

Georgina Torreblanca Frausto y varias firmas más de compañeros de trabajo

Prohíben entrada a personal del SPC

A petición del que suscribe, el 19 de diciembre se publicó un escrito en la sección El Correo Ilustrado de La Jornada, sobre la solicitud de autoridades del Consejo de Salubridad General (CSG) a personal del Servicio Profesional de Carrera (SPC) para renunciar, sin justificación alguna, por lo que solicitamos que nuestra separación fuera de acuerdo con lo estipulado en la Ley del SPC en la Administración Pública Federal.

El 20 de diciembre, a la hora de entrar a laborar, los policías encargados de la vigilancia de las instalaciones del CSG de Homero 213, piso 14, colonia Chapultepec Morales, nos dijeron que por órdenes de autoridades superiores del consejo no podíamos pasar a las instalaciones, por lo que les solicite algún escrito con la disposición referida. La respuesta fue que las instrucciones son verbales.

La orden de no dejarnos pasar a las instalaciones, y a un día de irnos de vacaciones, son maniobras con significados nada agradables, pues una puede ser fincarnos responsabilidades de abandono de trabajo, al no poder justificar de alguna manera la entrada.

Por tal motivo nos orillan, casi como último recurso, a pedir a Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, que gire instrucciones a José Ignacio Santos Preciado, secretario del CSG, y a María del Carmen Ramírez, coordinadora administrativa del consejo, para que nuestra separación se lleve a cabo como lo marca la Ley del SPC en la Administración Pública Federal, pues como el Presidente ha dicho: al margen de la ley, nada, encima de la ley nadie.

Antonio Muñoz Ariza