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Apuestan a estructura Castrense

La Guardia Nacional, otro intento para abatir la ola de violencia en el país
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▲ Mientras el Congreso aprueba la entrada en vigor de la Guardia Nacional, las autoridades ya se preparan con la selección de los integrantes.Foto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de enero de 2019, p. 11

La Guardia Nacional será un intento más del gobierno federal por contar con una institución eficiente en el combate a la delincuencia, pero también será la primera ocasión en que el diseño de una corporación y su mando quedarán totalmente bajo responsabilidad militar.

Desde 1999, cuando se creó la Policía Federal Preventiva (PFP), los elementos fundadores eran integrantes de la Policía Militar y de la Policía Naval, pero sus liderazgos estaban en manos civiles y ello generó disputas que a lo largo de su historia han resultado en una corporación cuestionada por su falta de coordinación y por sus resultados, ya que los índices delictivos siguen en aumento.

En noviembre de 1999, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, la Secretaría de Gobernación, entonces dirigida por Francisco Labastida Ochoa, ordenó la creación de la PFP. Para su base operativa se transfirieron 7 mil 588 elementos del Ejército Mexicano que estaban encuadrados en la tercera brigada de la Policía Militar, y la Secretaría de Marina comisionó a 278 elementos navales.

Un mes después, al iniciar el gobierno de Vicente Fox y con la creación de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la PFP pasó de Gobernación a la nueva institución, y como parte del rediseño institucional se pretendió aglutinar a todas las corporaciones policiacas federales e integrar a la Policía Fiscal, pero ello nunca se concretó.

Asimismo, muchos militares que inicialmente se habían sumado a la PFP solicitaron su reinstalación a las filas castrenses; aun así más de 5 mil hombres se mantuvieron en la corporación civil, principalmente en lo que era la División de Fuerzas Federales de Apoyo. A la PFP se sumó y extinguió la entonces denominada Policía Federal de Caminos y se le denominó División de Despliegue Regional.

Se pusieron en marcha operativos regionales y también directos contra organizaciones criminales; sin embargo, en esa administración –junio de 2004– se realizó la mayor marcha ciudadana hasta entonces en contra de la inseguridad y los altos niveles de violencia.

La PFP mantuvo su estructura hasta diciembre de 2006, ya que al inicio del gobierno de Felipe Calderón el mando de la SSP federal fue asumido por Genaro García Luna y la institución se modificó, se cambió el nombre de la corporación por Policía Federal, se crearon cuatro divisiones más, entre ellas las de inteligencia y científica. También se impulsó el mando único de policía y se crearon protocolos para la capacitación de personal y el diseño homologado de insignias y colores para las corporaciones.

De igual manera se unificó a la entonces Agencia Federal de Investigación (AFI) y la Policía Federal, lo que generó disputas internas. Los militares dejaron de participar en la corporación y se inició la contratación de civiles hasta llegar a ser más de 35 mil elementos.

Durante casi tres años –iniciando en diciembre de 2006– operó el esquema de mando único para la Policía Federal y la AFI, pero como nunca se concretó en una reforma legislativa que avalara la fusión, en mayo de 2009 el Congreso emitió una Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República y determinó que la AFI retornaría al mando del Ministerio Público Federal y en su lugar se crearía lo que ahora se conoce como Policía Federal Ministerial (PFM).

Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto la Policía Federal mantuvo su estructura hasta agosto de 2014, cuando con una parte de sus efectivos se creó la División de Gendarmería, un cuerpo policial con formación castrense que se consideró podía transformarse en la corporación modelo de combate a los delitos, pero no aumentó su número de integrantes a 20 mil,como se pretendía originalmente.

Respecto de la Policía Federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado que es un verdadero desastre y que de los 40 mil elementos que la integran sólo la mitad son operativos, no cuentan con instalaciones, su trabajo lo realizan como una especie de volanta que llega a las entidades y se hospeda en hoteles.

Desde 1999 la intención gubernamental ha sido que esta corporación labore en auxilio de las autoridades competentes, en la investigación y persecución de delitos, en la detención de personas o en la incautación de bienes que sean objeto, instrumento o producto de un delito.

Además, proteger la integridad física de las personas, en la preservación de sus bienes, actuar cuando estén en situaciones de peligro, cuando se vean amenazadas por disturbios u otras situaciones que impliquen violencia o riesgo inminente, así como garantizar, mantener y restablecer la paz y el orden públicos, pero sus resultados han sido insatisfactorios.

En los próximos meses, y de aprobarlo el Congreso, entrará en operación formalmente la Guardia Nacional, una corporación cuyo mando y estructura será totalmente castrense, y cuya formación se realizará en dos vertientes, la primera de ellas con mística y capacitación militar, y la segunda con conocimientos y desarrollo de estrategia policiales dirigidas a la vinculación social, revelaron funcionarios federales.