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Resurge en Alemania la fascinación por la magia

No sólo es conocer algunos trucos; es desarrollar la personalidad, sostiene director de academia

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Les sorprendería la cantidad de situaciones en las que puede ayudar la magia, afirma Harold Voit, fundador de la Academia de Magia de Pullach, Múnich.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de enero de 2019, p. a11

Isartal, Alemania., Realizarse profesionalmente y dar un sentido a su vida con un toque de varita mágica es posible en Alemania, donde el éxito de los cursos de magia para adultos así lo prueba.

Harold Voit saca de su cartera un fajo de billetes que se quema. Cuando el fuego se apaga, los billetes están intactos, lo que hace que hombres y mujeres del público aplaudan animados.

Aprender magia no es sólo conocer algunos trucos; es desarrollar tu personalidad, tu propia forma de presentar, de hablar y de moverte, explicó Voit, de 70 años, fundador de la Academia de Magia de Pullach, un suburbio acomodado de Múnich.

Desde el joven pasante hasta el cura de 80 años

Voit, quien ha trabajado más de la mitad de su vida como mago profesional e instructor, cree que por eso estos cursos tienen tanto éxito entre sus alumnos, formados por hombres y mujeres con una vida profesional plena.

Ha visto a gente de todo tipo, desde el joven pasante al cura de 80 años. Les sorprendería la cantidad de situaciones en las que puede ayudar la magia, desde el flirteo al cierre de un negocio, afirmó el instructor.

La fascinación que la brujería y la magia despiertan en Alemania se remonta a siglos, pero vivió un renacer en los años de la posguerra, cuando la población buscaba diversión y evasión.

Harrypottermanía

El auge actual se debe a décadas de la Harrypottermanía, con tutoriales en línea, vistos cientos de miles de veces y a la toma de conciencia de que un poco de magia puede hacer mucho bien en la vida real.

En Alemania, los magos más prestigiosos llenan los estadios de futbol. El ilusionista alemán Marc Weide, de 27 años, incluso ganó el título de mejor mago de salón en el campeonato del mundo que tuvo lugar en julio en Busán, en Corea del Sur, batiendo a un rival que incluso podía hacer desaparecer y reaparecer 10 palomas y cuatro ovejas.

Con sus cursos nocturnos, Voit asegura que se pueden obtener los primeros diplomas de ilusionista reconocidos por el Estado alemán.

Sin embargo, la mayoría de los alumnos que asisten a cursos semanales durante dos años y pagan 750 euros, lo hacen para aprender algo más que sacar un conejo de una chistera.

Uno de los aprendices, Marco Hafenrichter, de 46 años, está al frente de una empresa de construcción. Buscaba un equilibrio en mi vida. De momento, mi mayor admirador es mi hijo, pero para fin de curso espero controlar seis o siete trucos.

Marianne Hofmann, de 67 años, del sector de la tecnología de la información, sostuvo que le encanta todo lo que aprende sobre la sicología humana y que puede utilizarla para captar la atención del público.

Para ella, el mundo empresarial alemán adolece de una falta de fantasía. Quizá seamos demasiados racionales y sólo aspiremos a realizar unos cuantos sueños.

Thomas Fraps, de 51 años, es doctor en física, pero le picó el virus de la magia durante sus estudios. Todos los meses actúa desde hace casi 25 años en lo que, según él, es el espectáculo de magia más antiguo de Alemania.

Recuerda que en el siglo de las Luces, en el XVIII, se consideraba a las ilusiones como una herramienta para hacer avanzar el pensamiento racional.

La ironía es que cuanta más magia aprendía la gente, más desmitificaban las cosas que veían y que no comprendían, destacó Fraps. En la actualidad, para los jefes de empresa o los doctores en física es formidable sumergirse en otro mundo.