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Me daban como un boxeador de relleno, pero gané: Pablo Cano
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▲ Pablo César Cano llegó como víctima a la pelea contra el venezolano Jorge Linares, a quien venció por nocaut en el primer episodio.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 22 de enero de 2019, p. a12

Las apuestas estaban 20 a uno en contra. Pablo César Cano no podía dejarse influir por el ambiente de escepticismo de quienes no le daban posibilidades de vencer al venezolano Jorge Linares, un boxeador bien cotizado y en la élite. Si lo dejaba imponer el estilo que lo ha hecho célebre, veloz e inteligente, no había mucho que oponer.

Entonces, Cano decidió salir a embestirlo, como una vieja locomotora de acero, y noqueó a Linares en el primer episodio. Después de mandarlo a la lona en tres ocasiones, el réferi decidió detener la pelea el viernes 18 de enero, en Nueva York.

Pensaban que yo era un peleador de relleno en esa noche, comenta Cano sobre Linares, quien llegó precedido de contiendas importantes y con una racha de seis años de victorias interrumpida sólo con una derrota ante la estrella ucrania Vasiliy Lomachenko.

La reacción inmediata fue considerar el triunfo una sorpresa. Pocos concedían la posibilidad de que Cano derrotara a Linares, y menos de esa manera.

Yo me sorprendí, pero por lo rápido que fue todo, reconoce; salí a atropellarlo, porque si lo dejo hacer lo que sabe, pues es uno de los mejores libra por libra, me arruina; en cambio, desde el primer golpe de potencia que le di ya no se recuperó y no le di respiro.

Al vencerlo, Cano se sobrepuso no sólo a las dudas sobre su potencial, sino también a altibajos en su carrera, en los que llegó a acumular varias decepciones.

Las derrotas que tengo también son porque nunca he huido de nadie, presume Cano; he perdido ante peleadores de gran reputación; Érik Morales y Shane Mosley son algunos nombres que me dieron mucha experiencia.

También le permitió una revancha familiar, pues Linares derrotó por nocaut a su hermano, Iván Cano, hace tres años en Venezuela.

Mi hermano lloraba de alegría después de la pelea, dice Pablo; todo fue tan emocionante, porque también recordé que muchos me dieron por acabado, pero apenas tengo 29 años y se abrió un nuevo panorama.

Pablo Cano sabe que vencer a Linares en Nueva York no sólo le brinda el derecho a disputar el campeonato superligero del Consejo Mundial de Boxeo, sino también es la llave para mejores negociaciones y la carta de presentación ante peleadores en la cima.

Ganarle a Linares me colocó en una posición de mucha visibilidad, comenta Cano; me abre puertas para peleas importantes, porque Linares es un boxeador con mucha proyección, ahora están hablando de mí.