Davos. La explosión de la cantidad de datos en circulación, la amenaza de los robots en el mercado laboral y la inteligencia artificial fueron los temas en que hubo consenso al término del Foro Económico Mundial (FEM) de Davos, donde al mismo tiempo se hicieron presentes desavenencias en temas como el Brexit y el comercio mundial. Ello, pese a que algunos de los gobernantes más cercanos a esos temas, como Donald Trump, la británica Theresa May y el chino Xi Jinping, no acudieron al acto.

Ministros de 75 países acordaron empezar conversaciones para promover una norma que regule el comercio en Internet.

El comercio en línea es una realidad en la mayoría de las regiones del mundo, de manera que tenemos que ofrecer a nuestros ciudadanos y a nuestras empresas un entorno comercial que sea previsible, eficaz y seguro, expresó la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.

Otra de las preocupaciones es la amenaza que supone para los puestos de trabajo la robotización, en un mundo donde las desigualdades son cada vez mayores y donde crecen las opciones políticas radicales.

Jean-Philippe Courtois, vicepresidente ejecutivo de Microsoft, sostuvo que los beneficios de la economía digital tienen que redistribuirse a un número mayor de personas. Esto quiere decir más responsabilidad, por ejemplo en la educación.

Esta cuarta revolución industrial va más rápido de lo que nadie había augurado, afirmó Murat Sonmez, experto del FEM, organización que gestiona el foro de Davos y realiza durante el año estudios sobre el tema.

Las empresas y los gobiernos llevan retraso y se quedan atrás, indicó.

La influencia de las redes sociales en los procesos políticos, la confidencialidad de los datos personales, pero también la fiscalidad de los gigantes de la tecnología, suponen importantes desafíos para las naciones, se concluyó en el foro.

La casa se quema

Por su parte, la activista sueca ambiental Greta Thunberg, de 16 años, se robó los reflectores con su discurso. La casa se quema, aseveró. Los adultos dicen que hay que dar esperanza a los jóvenes. No quiero su esperanza, quiero que empiecen a entrar en pánico, subrayó.

Los ambientalistas censuraron lo que describieron como hipocresía, ante las versiones de que un número sin precedente de jets privados –que emiten dióxido de carbono– trasladaron al foro a los directivos de grandes empresas para pronunciar sus discursos, muchos de ellos sobre el calentamiento global.

Desde que el fundador, Klaus Schwab, reunió por vez primera a ejecutivos de empresas europeas en 1971, el FEM ha defendido la globalización como método positivo que mejora las vidas y fomenta la prosperidad.

Ahora, quienes pugnan por estrechar los vínculos económicos y culturales están a la defensiva. La insistente consigna de Donald Trump de Estados Unidos primero, las posturas individualistas al estilo del Brexit, las políticas populistas y el ascenso al poder de algunos gobernantes en países como Filipinas y Brasil han puesto en duda la solidez de las normas y organizaciones internacionales que fueron establecidas después de la Segunda Guerra Mundial.