El PRI registró el domingo pasado una baja sustancial en las seis entidades en las que hubo elecciones. Salvo Durango, en el resto el desplome es prununciado.

Según los resultados emitidos por los institutos electorales, la caída más marcada para el tricolor se dio en Baja California y Tamaulipas.

En redes sociales, los priístas muestran su inconformidad y aseguran que el partido está fracturado, comentó Ivonne Ortega, aspirante a presidir el PRI.

Los militantes que terminaron el proceso me dicen que los resultados muestran que el partido está fracturado y debe iniciar su recuperación. Creo que la ruta es con cercanía y apoyo a la base, dijo.

Un militante de Puebla le dijo que la situación es complicada porque el resultado electoral les dejó una lección clara de que el voto duro del partido está fracturado; nuestras bases están dañadas.

En Veracruz, otro priísta señaló: El partido está muy dividido. Creo que no queda otra más que los candidatos sean elegidos por nosotros.

En tanto, la presidenta del PRI, Claudia Ruiz Massieu, sostendrá mañana reunión con los aspirantes a sucederla. Aseguró que el domingo lograron la estabilización, indispensable para la renovación.

Desde la noche del domingo Ruiz Massieu emitió unos 20 mensajes en los que aseguró que tendrían un porcentaje de votación mayor o igual al alcanzado en 2018. En el PRI nos enfocaremos en la renovación. Será un proceso largo y complejo, pero es indispensable después de los resultados electorales.

La corriente Movimiento Líder, en la que participan legisladores y ex legisladores, advirtió acerca de pensar primero en la refundación antes de la disputa por la presidencia tricolor. Señaló que el resultado del domingo muestra la urgencia de retomar el rumbo ideológico y redefinir el programa de acción, con el fin de recuperar la credibilidad ciudadana. Pidió a los aspirantes a la presidencia, dirigentes y militantes conducirse con responsabilidad.