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Outsourcing: fin al atraco // Nuevas reglas en puerta

S

e sabe que la cúpula empresarial dispara contra todo lo que se mueva si de mantener sus privilegios se trata, como en el caso del outsourcing, un jugoso negocio en demérito de los derechos laborales y el interés nacional legalizado en el régimen de Felipe Calderón, con la complicidad de la borregada prianista en San Lázaro. De hecho, alguno de sus jilgueros se animó a calificar de ominosa embestida una iniciativa totalmente legal, a la vista de todos y presentada en el Senado de la República, para reformas y adiciones a las leyes Federal del Trabajo y del Seguro Social con el objeto de regular el tema de la subcontratación y mejorar las condiciones de trabajo.

tal iniciativa es la del senador morenista Napoleón Gómez Urrutia. ¿Qué propone?: impedir abusos fiscales y laborales en detrimento de los trabajadores y de las finanzas públicas; combatir la ausencia de inspección laboral en la materia; evitar el uso de artificios legales para reducir salarios y prestaciones, no precarizar el empleo, erradicar elusión y evasión fiscal o de seguridad social.

Además, erradicar: afectación en materia de previsión social; imposibilidad que un trabajador tenga jubilación digna, dada su permanente entrada y salida al mercado de trabajo; negativa al reparto de utilidades; empresas virtuales, sin activos; relaciones simuladas de trabajo; empresas fantasmas y las que desaparecen a los pocos meses de haber crearse.

Ese es el pánico real de la cúpula, que la metan en cintura, pues con la citada iniciativa se controlará y regulará “toda la función del outsourcing, que ha venido trabajando en México durante muchos años utilizando procedimientos para evadir su responsabilidad frente a los derechos de los trabajadores, en especial el reparto de utilidades y su obligación social con el IMSS y otras instituciones, amén de que ha sido una fuente de evasión fiscal muy importante; hay que comenzar a cambiar las reglas con las que puedan operar”. (Gómez Urrutia dixit).

Y como lo que sobran son pretextos, se escucha el grito de la cúpula empresarial: el T-MEC corre peligro por esa iniciativa, cuando en realidad, dice Gómez Urrutia, su aprobación nos acerca y nos da mayores posibilidades de que ese acuerdo pueda ratificarse, porque una de las críticas más importantes que han hecho sindicatos, partidos y otras organizaciones de Estados Unidos y Canadá es que en México no hay una obligatoriedad para cumplir todos estos cambios y reformas.

Regular el outsourcing y combatir las empresas ilegales(que crecieron como la espuma en los dos sexenios panistas y en el de EPN) que se asocian con la creación de facturas falsas para evadir fiscalmente el pago de su responsabilidad), privilegiar una nueva relación laboral que respete los derechos de los trabajadores, y todos nos conduzcamos, de aquí en adelante, por nuevas reglas de instituciones.

Todo esto ha sido ampliamente analizado en las diferentes instancias de gobierno. Se conoce de esta iniciativa y por supuesto lleva el propósito más noble de regular la nueva actividad sobre bases que permitan que haya justicia laboral real, que se cumplan las obligaciones fiscales de las empresas, haya registro y control de cada una, y sean certificadas las empresas que se dedican a estas actividades, y no que lo hagan como ahora, que de repente, de la noche a la mañana, surgen cientos o miles de empresas que evaden todas estas responsabilidades.

Quienes critican esta iniciativa, dice Gómez Urrutia, parecen desconocer su contenido y alcance, o pretenden ignorarlo para no salir del estado de conformidad que han tenido por muchos años, beneficiándose, evadiendo fiscalmente sus obligaciones y su responsabilidad frente a los derechos de los trabajadores y hacia las instituciones de seguridad social.

Las rebanadas del pastel

Con los hijos no, pero contra los hijos de la chingada sí. ¿Quién financia las operaciones cibernéticas de los tres cochinitos y el burrito?