Intentan convertirme en un monstruo, afirmó Roman Polanski sobre la acusación de violación de la francesa Valentine Monnier.

Mientras Yo acuso, su reciente película, es estrenada en las salas de cine galas, el director de cine ha decidido responder por primera vez a estos señalamientos.

En una entrevista publicada por la revista francesa Paris Match, el cineasta niega absolutamente las acusaciones hechas por la modelo y fotógrafa. La francesa afirmó, en noviembre de este año, haber sido golpeada y violada por Polanski en 1975, en Suiza, cuando ella tenía 18 años.

Sin embargo, él aseguró apenas recordar a Monnier. Es fácil acusar cuando todo está prescrito desde hace décadas y cuando se está seguro de que no puede haber un procedimiento judicial para exonerarme, precisó.

El realizador franco-polaco también dijo que ya se ha acostumbrado a ser calumniado, aunque pesa sobre él el impacto que estos señalamientos puede tener sobre su familia. Para mis hijos, para Emmanuelle (Seigner, su esposa) es espantoso. Hablo por ellos; en cuanto a mí, no espero ni siquiera cambiar el curso de las cosas. Ellos sufren enormemente. Reciben insultos, amenazas en las redes sociales, explicó el cineasta.

Polanski acusó al productor Harvey Weinstein, denunciado por abuso sexual por más de 80 mujeres y catalizador del movimiento #MeToo, de haber desenterrado el asunto con Samantha Geimer durante la campaña para los Óscares de 2003, en la que la película El Pianista era una de las favoritas para ganar.

Actividad sexual

El encuentro, ocurrido en marzo de 1977 en el barrio de Mullholland, cerca de Hollywood, involucró fotos, champán y drogas. Samantha tenía 14 años. Según la policía de Los Ángeles, los padres de Geimer y el juzgado, la tarde de ese día acabó en una violación, aunque el cargo final que el director admitía era sexo con una menor.

▲ Polanski en noviembre pasado, en el estreno de Yo acusoFoto Afp

En 1977 cometí una falta y es mi familia la que paga el precio casi medio siglo después. Los medios se han lanzado sobre mí con violencia inaudita. Se amparan en cada nueva falsa acusación, por absurda y sin sustancia que sea, porque les permite reanimar su historia. Es como una maldición que vuelve y no puedo hacer nada al respecto, aseveró.

No obstante, no ve con malos ojos que un hombre mayor sostenga una relación con una mujer mucho más joven que él.

En el documental Wanted and Desired, de Marina Zenovich, dedicado a Polanski, aparece él entrevistado en 1979, sonriendo y diciendo que le gustan las chicas jóvenes, lo cual para el director no era una acto de provocación, “hoy diríamos más bien ‘jóvenes mujeres’. Aquellas que yo frecuentaba tenían casi siempre 20, ¿estaba mal?”.

Las costumbres han cambiado profundamente. Olvidamos hasta qué punto nuestra sociedad ha sido más libre, más tolerante. Todo aquello de lo que me acusan siempre se remonta a esa época. ¡Fue hace casi medio siglo!, observó Polanski.

El realizador aseguró también que el hecho de que algunos valores hayan cambiado y existan comportamientos que ya no son aceptados por la sociedad no es necesariamente un progreso.

Lo que nos parece inconcebible hoy en día corresponde a lo que el mundo creía antes. Esos que evocan un progreso no son necesariamente los más numerosos, puede que griten más fuerte que los otros. Tengamos un poco de humildad, imaginemos cómo nos van a juzgar en 50 años, aseveró el realizador franco-polaco.