Las transformaciones en las relaciones de género que se logren en las comunidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras universidades influirán de manera decisiva en el resto de la sociedad, de acuerdo con Ana Buquet, directora del Centro de Investigación y de Estudios de Género.

En el contexto del primer Encuentro de Comisiones Internas de Equidad de Género de la UNAM, Buquet planteó que es fundamental el papel de las universidades para construir sociedades más justas e igualitarias.

Y consideró que las comisiones internas de equidad de género de la universidad serán el mecanismo más importante para transversalizar la política institucional en la materia, y la única forma de avanzar hacia la igualdad sustantiva de género en esta casa de estudios.

Las desigualdades entre mujeres y hombres, dijo, se dan en todos los espacios sociales; son históricas, estructurales y se producen y reproducen a través de múltiples mecanismos de carácter cultural, social y subjetivo; es decir, a través de quienes conforman la sociedad.

Desventajas laborales

Probablemente para muchas personas la violencia de género sea familiar, planteó la especialista; va desde el acoso sexual en los espacios públicos, pasando por las violencias que se producen dentro de las familias y hasta los feminicidios. Pero hay otras formas de desigualdad, como la brecha salarial –ellas ganan menos dinero que los hombres por un cargo similar– o la división sexual del trabajo, pues las mujeres se ocupan principalmente de las responsabilidades familiares, lo que nos pone en absoluta desventaja en el espacio laboral frente a ellos, ejemplificó.

Las desigualdades de género están naturalizadas, reiteró la experta. Las consideramos normales o no las vemos, sin embargo, dañan a las comunidades, obstaculizan su desarrollo y producen injusticias.

Leticia Cano Soriano, presiden-ta de la Comisión Especial de Equidad de Género y directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, manifestó que el encuentro fue un primer esfuerzo para trabajar conjuntamente en la dirección adecuada y fortalecer la política institucional de género, tan necesaria en la universidad y en la nación.

En el país el clamor por justicia, igualdad y equidad son un planteamiento de todos los días, añadió Cano Soriano. Las violencias en México han marcado una ruta de resquebrajamiento del tejido social; no es fortuito que haya violencia en el noviazgo, que la familia en muchas ocasiones sea el escenario principal de casos de acoso o violación y que nuestra universidad, siendo parte de ese contexto complejo, viva hoy situaciones de violencia de género y erradicarla no sólo es asunto de la administración central o de cada entidad de la República, es un tema que nos compete a todos.