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Crece disputa entre progresistas y centristas demócratas

Bernie Sanders gana en las primarias de Nuevo Hampshire; Biden se hunde

La próxima batalla electoral será en Nevada // Trump triunfa sin problema

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▲El candidato socialista democrático Bernie Sanders triunfó anoche en las primarias del Partido Demócrata en Nuevo Hampshire, aunque por estrecho margen frente al ex alcalde Pete Buttigieg.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de febrero de 2020, p. 23

Nueva York. En la segunda contienda interna para capturar la candidatura presidencial del Partido Demócrata, se proyectó el triunfo del socialista democrático y se hundió más el abanderado de la cúpula, al intensificarse la disputa entre las filas progresistas y las centristas al inicio de este ciclo de elecciones primarias.

El senador Bernie Sanders, por ahora, cimentó su posición y creó ímpetu como el líder entre los aspirantes demócratas, con el apoyo vital de los jóvenes, quienes son clave para el futuro del candidato más viejo en torno a su mensaje de una revolución política.

Pero su margen de triunfo en Nuevo Hampshire fue mucho más reducido de lo esperado frente al ex alcalde Pete Buttigieg, centrista, quien también disputó el triunfo en Iowa, provocando preocupación entre las filas de Sanders que esperaban una victoria más definitiva anoche.

Por su lado, Joe Biden ni siquiera esperó los resultados en el estado y viajó a Carolina del Sur, obviamente ya suponiendo que no gozaría el desenlace. El ex vicepresidente, quien está dependiendo de la memoria política de Barack Obama para su campaña, se hundió aún más de lo previsto para acabar en un lejano quinto lugar.

Las senadoras Amy Klobuchar (centrista) y Elizabeth Warren (progresista, pero marcando distancia con la etiqueta socialista) acabaron en ese orden después de Sanders y Buttigieg.

Biden y Warren han sorprendido por su inesperada debilidad en estas dos primeras contiendas (Iowa, la semana pasada).

Nuevo Hampshire es un estado microscópico y poco representativo de Estados Unidos en términos demográficos, y sólo otorga 24 delegados (se requieren mil 991 para ganar la nominación), pero suele tener un impacto político exagerado cada cuatro años por ser el segundo concurso para determinar al aspirante de los dos partidos en las convenciones nacionales (en el caso de los republicanos, ya se sabe que Donald Trump, quien ganó ahí ayer, será el nominado). Ningún demócrata ha ganado la candidatura presidencial de su partido sin acabar en primer o segundo lugar en esta entidad.

Nuevo Hampshire, después de Iowa –donde el conteo final aún está en disputa– suelen ser las primeras pruebas para la viabilidad de los candidatos, y para reducir el número de aspirantes. Ayer dos más se retiraron, Andrew Yang y el senador Michael Bennett, dejando a nueve en la disputa.

La batalla electoral se dirige a Nevada, el próximo 22 de febrero, primer estado donde hay un amplio sector de votantes latinos, y a Carolina del Sur el 29, seguido del llamado supermartes, el 3 de marzo, cuando 13 estados realizan elecciones primarias y se determina aproximadamente un tercio de los delegados para la convención nacional.

Biden era presentado por el establishment como el candidato más elegible, pero ahora que está sufriendo derrotas severas el tablero está en duda. Biden ahora está apostando casi todo en Carolina del Sur y algunos estados claves del supermartes para rescatar su campaña.

Pero será a partir de estas próximas contiendas cuando también figurará por primera vez el ex alcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, quien a cambio de decenas de millones en gastos publicitarios ya ha duplicado su nivel de apoyo en las encuestas, en parte por un probable traslado de simpatizantes de Biden a su causa. Bloomberg hizo su cálculo para ingresar a última hora a esta competencia justo por evaluar que Biden no estaba cumpliendo con las expectativas. Más aún, Bloomberg ha dicho que está dispuesto a invertir más de mil millones de dólares de su fortuna–él es su único donante– para su campaña y para derrotar a Trump.

Al mismo tiempo, la campaña de Sanders, la cual no deja de asombrar, y más bien de asustar a la cúpula política y económica del país, sorprendió esta semana con la noticia de que el senador democrático socialista ya está por primera vez en primer lugar en algunas encuestas nacionales.

Ante ello, algunos ya juegan con escenarios en los cuales si las tendencias continúan, el candidato del 99 por ciento cuyo mensaje gira sobre la necesidad de una revolución política para rescatar esta democracia del control de los más ricos, podría disputar la corona del partido contra uno de los representantes del 1 por ciento que, algunos acusan, está literalmente intentando comprar la nominación.

De hecho, uno de los lemas centrales de la campaña de Sanders es ¿De cuál lado estás?, en parte para resaltar estas diferencias, y su agenda progresista sigue generando uno de los movimientos electorales de base más dinámicos en tiempos recientes.

Vale recordar que Iowa y Nuevo Hampshire representan menos de 2 por ciento de los delegados en juego, falta 98 por ciento. Con la competencia dirigiéndose al oeste y otros estados con mucha más diversidad (afroestadunidenses y latinos), más el voto joven y bases más liberales, algunos pronostican mayor fuerza para Sanders frente a su competencia.

Otro escándalo

Mientras, en Washington ayer el equipo de cuatro fiscales federales que encabezaron el caso contra Roger Stone, amigo y consejero de Trump, renunciaron al caso en aparente protesta contra la intervención política de Trump y el procurador general William Barr para reducir la pena que recomendaban, algo que legisladores demócratas prometieron investigar. El Departamento de Justicia supuestamente actúa sin intervención política en casos criminales.