Ť No hay duda sobre la historicidad del suceso: Rivera

Casi un hecho, que el 20 inicie la canonización de Juan Diego

Ť Las ermitas y las fiestas del 12 de diciembre en honor de la Virgen de Guadalupe demuestran que es un hecho vivo, dice

JOSE ANTONIO ROMAN

A unos días de que se presente al papa Juan Pablo II el decreto de canonización del beato Juan Diego, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, hizo una férrea defensa de la historicidad del indio originario de Cuautitlán, la cual ha sido cuestionada incluso dentro de la Iglesia católica.

El mensaje de la misa principal por el día de la Virgen de Guadalupe estuvo enfocado esencialmente a argumentar la existencia histórica de Juan Diego, indígena al que se le apareció la Guadalupana en 1531, en el cerro del Tepeyac.

Ante miles de feligreses que prácticamente llenaron la Basílica, el cardenal Rivera se refirió también, casi al final de su homilía, a los momentos "muy difíciles" que vive la humanidad a causa de los sufrimientos provocados por la "crisis internacional", por la fuerte carencia de valores humanos y espirituales, por la angustia existencial de los jóvenes que no encuentran su identidad ni misión en el mundo, y por el hedonismo y el odio que corrompen el corazón humano.

Dijo también que esta época se caracteriza por la pobreza e injusticia social que golpean la dignidad de tantos hombres, así como por los múltiples males que aquejan a "nuestro atormentado planeta".

A la misa concelebrada asistieron también el arzobispo emérito de México, cardenal Ernesto Corripio Ahumada; el nuncio apostólico, Giuseppe Bertello, y varios de los obispos auxiliares de la arquidiócesis primada de México. El cardenal Rivera señaló que a través de la historia, varios papas han expresado su amor y devoción a la Virgen y a Juan Diego. Así lo han demostrado, con sus palabras y sus actos -citó-, Gregorio III (1573), Benedicto XIV (1754), Pío XII (1945), Juan XXIII (1961), Paulo VI (1970) y Juan Pablo II, en reiteradas ocasiones.

El prelado aseguró que la historicidad de Juan Diego no debe estar en duda, pues para presentar el decreto de canonización, la Pontificia Congregación para la Causa de los Santos recopiló muchos estudios y análisis que se habían realizado en diversos momentos, especialmente los aspectos históricos y teológicos, bajo su propio método científico.

Schulenburg, antiaparicionista

Pero a través del tiempo también se han dado fuertes polémicas dentro y fuera de la Iglesia católica sobre la existencia histórica de Juan Diego, en las que importantes jerarcas e historiadores han defendido y argumentado posiciones encontradas.

La más reciente fue la posición "antiaparicionista" esgrimida por Guillermo Schulenburg Prado, quien contradictoriamente, durante más de 30 años fuera, en su calidad de abad de la Basílica de Guadalupe, el custodio de la fe guadalupana, pero que al avanzar el proceso de canonización envió a Roma una carta oponiéndose a que el beato sea incluido en el catálogo de los santos de la Iglesia católica.

Este hecho, que ciertamente provocó asombro entre los feligreses, hizo que, según versiones confirmadas por varios obispos, se retrasara casi dos años el proceso de dicha canonización. Pero hoy, con la lectura del decreto, prácticamente se puede dar por un hecho que ocurra el 20 de diciembre, pues sólo falta la consulta del colegio cardenalicio, que es casi seguro que no ponga objeción alguna.

Sólo faltaría, con la aprobación del milagro acreditado a Juan Diego, requisito indispensable que se asienta con el decreto, que el papa Juan Pablo II anuncie entre febrero y marzo la fecha y el lugar en que sería canonizado el indio Juan Diego.

El cardenal Rivera dijo que las más variadas fiestas que el 12 de diciembre se celebran a lo largo y ancho del país, los numerosos santuarios y las incontables ermitas que se han construido en territorio nacional y fuera de él, dedicadas a la Virgen de Guadalupe, y las constantes peregrinaciones al templo del Tepeyac, "hacen evidente que el acontecimiento guadalupano se mantiene como una tradición viva, fuerte e ininterrumpida".