Ť Amagos de sanciones

Un panel debe resolver el conflicto del azúcar con EU

ANDREA BECERRIL Y HUMBERTO ORTIZ MORENO

En un lapso de 90 días y en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un panel de controversias deberá resolver el diferendo entre México y Estados Unidos, por la negativa del último de comprar el total de excedentes de la producción azucarera nacional, unas 500 mil toneladas.

Este fue uno los acuerdos logrados por el grupo de senadores mexicanos que viajó a Washington para entrevistarse con congresistas estadunidenses. La gira, precisó el priísta Fidel Herrera, ''fue un éxito'', pues consiguieron asimismo que Estados Unidos no aplicara ninguna medida de represalia en contra del derecho de México de imponer cuotas de arancel a las importaciones de alta fructosa, que son entre 55 y 150 dólares la tonelada métrica.

Indicó que en el caso del azúcar, el vecino del norte importa de 39 países, pues su demanda es de un millón 200 mil toneladas; pero de esas naciones, 38 no son sus ''socios comerciales''. México lo es, agregó, pero por una interpretación errónea de las cartas paralelas del TLCAN, que ni siquiera fueron ratificadas, Estados Unidos no importa las 500 mil toneladas de azúcar, sólo 250 mil.

Incertidumbre sobre el reglamento del autotransporte

La delegación que, encabezada por Luis Ernesto Derbez, acudió a Washington, sólo consiguió tres meses para negociar el conflicto de los edulcorantes y son potenciales los amagos estadunidenses de imponer sanciones comerciales a México, en tanto que hay incertidumbre sobre el contenido del reglamento del autotransporte estadunidense que será publicado en las próximas semanas, porque podría ignorar las exigencias mexicanas de modificar las restricciones a los vehículos nacionales, reconoció Luis de la Calle, subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales de la Secretaría de Economía.

Precisó que, en virtud de la caída de las ventas externas, a ocho años de operaciones del TLCAN, no más de 37 mil empresas mexicanas han logrado incorporarse a la dinámica exportadora, y consideró "interesante" que apenas de "una por una" las factorías mexicanas estén integrándose a los intercambios de mercancías en el bloque norteamericano.

Por lo que hace al conflicto del autotransporte, el funcionario dijo que el gobierno de Estados Unidos tiene que incorporar no solamente las modificaciones y enmiendas que aplicó el Congreso de ese país al reglamento, sino los comentarios presentados por las partes interesadas.

''Nos da satisfacción el hecho de haber visto el compromiso del presidente Bush de avanzar en la apertura del transporte, que es un aspecto estratégico para el país, y que se haya hecho incluso posteriormente al 11 de septiembre'', externó De la Calle.

No obstante, subrayó que el reglamento debe implicar la apertura a los camiones mexicanos y un trato justo, no discriminatorio ''por el solo hecho de ser mexicanos'', o de lo contrario México podría reformar su normatividad en la materia para aplicar las mismas inspecciones, sin descartar que incluso sean más severas, a los vehículos estadunidenses que, de todas formas, recibirán trato nacional en nuestro territorio.