Ť Habrá inevitables restricciones y se exigirá mayor control en producción y servicios

Anuncia el gobierno cubano que el próximo año será de "nuevos sacrificios" por la crisis

Ť Mantener niveles de alimentación, salud y electricidad, reto nacional, publica Granma

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 12 de diciembre. El gobierno cubano confirmó hoy que, sin haber salido de la crisis abierta por la caída de la Unión Soviética en 1991, el año próximo será de nuevos sacrificios para los cubanos, en lo que el hombre de la calle llama "un periodo especial dentro del periodo especial".

En el 2002 habrá "inevitables restricciones" en Cuba, dijo el diario oficial Granma, al reportar una reciente reunión de dirigentes nacionales y provinciales, encabezada por el vicepresidente Carlos Lage, encargado de la economía.

Granma omitió precisiones, pero deslizó algunas pistas sobre los rigores que se avecinan, cuando la economía cubana empezaba a remontar lentamente la caída en picada que sufrió hace una década, y a cuyas consecuencias se llama oficialmente Periodo Especial en Tiempo de paz.

"Será imprescindible tomar medidas especiales, centralizar algunas decisiones y exigir más control, más eficiencia y más organización en la producción y los servicios, aunque los niveles de actividad en algunas ramas sean menores", dijo el diario, citando a Lage.

A pesar del sombrío panorama económico que se avecina, Lage indicó, según el matutino, que las autoridades deben mantener "el nivel de actividad y de intensidad del trabajo político-ideológico que se ha logrado en los últimos dos años, por lo que representa en el fortalecimiento del espíritu y la moral de la población".

La economía cubana, con un crecimiento promedio cercano a 4 por ciento en los últimos años, tendrá un alza en 2001 de 3 por ciento, contra una expansión de 5.6 por ciento en 2000, de acuerdo con la más reciente estimación oficial, que cita la recesión mundial, agravada por las secuelas de los ataques a Estados Unidos el 11 de septiembre, como el disparador de la nueva contracción.

Una meta nacional para el año próximo será mantener los actuales niveles de alimentación, salud y electricidad, y garantizar la recuperación de los daños causados por el huracán Michelle, indicó el matutino.

El impacto económico causado por el huracán, a su paso por la isla el pasado 5 de noviembre, aún se desconoce públicamente. Sin embargo, el ministro del Azúcar, Ulises Rosales del Toro, dijo esta semana que 54 por ciento de la caña sembrada para la zafra que acaba de empezar está inclinada hasta una posición casi horizontal, lo cual anticipa mayores costos y menores rendimientos, y que 99 de los 155 ingenios del país tienen daños de distinta magnitud.

"Nuestro país se preparó durante 30 años para tener una agricultura cañera eficiente y sin embargo en el periodo especial hemos retrocedido", dijo Rosales del Toro. "No debíamos haber llegado a los niveles que tenemos hoy", señaló el ministro, en alusión a que la producción azucarera cubana, con rendimientos históricos en torno a los 7 millones de toneladas, ha permanecido en la última década en cerca de 4 millones. El año pasado Cuba registró su peor zafra en medio siglo, con 3.5 millones de toneladas del dulce.

De acuerdo con la versión de Granma, Lage señaló que la máxima prioridad del plan económico nacional de 2002 será "el esfuerzo por reducir al mínimo los perjuicios a la población e incluso que haya mejorías". Uno de los planes buscará ofrecer ocupación a los trabajadores que resulten desempleados por la caída de la producción. Cuba reconoce una tasa de desocupación de 4 por ciento.

El vicepresidente también anunció un proyecto oficial para mantener a raya la masa de dinero circulante, a fin de evitar presiones inflacionarias y cambiarias. Este miércoles el dólar estadunidense se vendía a 27 pesos cubanos en las casas de cambio oficiales, contra una cotización de 22 unidades a finales de octubre pasado.

Otra línea de trabajo oficial en 2002 será la eventual eliminación de producciones nacionales que no resulten competitivas frente a las importaciones, de acuerdo con la versión, que anticipó además la inminente paralización o aplazamiento de inversiones y proyectos. Fuentes empresariales en La Habana esperan para el año próximo una radical disminución de las importaciones de vehículos, como resultado de la austeridad presupuestal.

Los primeros indicios del escalamiento en el ahorro se aprecian ya en la capital, donde quedaron eliminadas las funciones de espectáculos entre las seis de la tarde y las diez de la noche y se prohibió el uso de aire acondicionado en instalaciones y oficinas estatales, en la aplicación de un programa que el mismo Lage describió el mes pasado como "serio y estricto".

El presidente Fidel Castro había augurado sacrificios inminentes y había girado los reflectores hacia la caída en los últimos meses de las cotizaciones en dos productos claves para la economía, el del azúcar, de 9 a 6.53 centavos la libra, y el del níquel, de 8 mil 640 dólares a 4 mil 715 dólares la tonelada, a la caída de la venta de tabaco y a la baja del turismo, que reportará este año un crecimiento de 3 a 6 por ciento, contra un ritmo promedio de 7 por ciento.

Por otra parte, el cubano Gerardo Hernández, convicto de espionaje en Estados Unidos para el gobierno cubano, fue condenado a cadena perpetua por un tribunal federal de Miami, Florida, reportó Afp.