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Ť La saga completa fue editada por Alfaguara en
Siete novelas, empresas y tribulaciones
Maqroll es la constante más cercana al alter
ego del narrador residente en México
Ť Ilona llega con la lluvia es un parteaguas de
la serie alrededor del hombre de mar
Ť El libro Abdul Bashur, soñador de navíos
es un respiro a las aventuras del navegante
CESAR GÜEMES
Maqroll, gaviero de profesión, nació con
un doble signo, el de la poesía y la prosa, el mar y la tierra firme.
Es, con seguridad, la constante más cercana al alter ego
con que puede contar Alvaro Mutis. Desde el inicio de su trayectoria literaria,
cuyo registro bibliográfico abarca un par de cuartillas a renglón
seguido, Maqroll ha sido fiel a Mutis sólo como Mutis le ha sido
leal a Maqroll. Basta revisar sus textos primeros, como La balanza,
Los elementos del desastre, Memoria de los hospitales de ultramar
y Los trabajos perdidos para desembocar y desembarcar inexorablemente
en la Summa de Maqroll el Gaviero, poesía reunida de 1948
a 1970, que prologara en 1973 un especialista en la obra de Mutis, Juan
Gustavo Cobo Borda.
En 1986 ocurriría en el trabajo narrativo del escritor
una profecía. Las primeras líneas de La nieve del almirante
dicen: ''Cuando creía que ya había pasado por mis manos la
totalidad de escritos, cartas, documentos, relatos y memorias de Maqroll
el Gaviero, y que quienes sabían de mi interés por las cosas
de su vida habían agotado la búsqueda de huellas escritas
de su desastrada errancia, aún reservaba el azar una bien curiosa
sorpresa, en el momento cuando menos la esperaba".
La curiosa sorpresa fue, ciertamente, la novela en caso,
pero también las que siguieron. En 1988 dio a conocer Ilona llega
con la lluvia, que inicia con una deferencia al lector: ''Prefería
Maqroll el Gaviero, para relatar a sus amigos, aquellos episodios de su
vida adornados con cierto dramatismo, con cierta tensión que podía
llegar, a veces, hasta una evidente vena lírica, cuando no desembocar
en un misterio con su correspondiente interrogación metafísica
y, por ende, de imposible respuesta".
El Gaviero maduraba, se volvía reflexivo, terreno
y terrestre. Así anduvo hasta Un bel morir, que su autor
dio a la luz en 1989. La prosa no deja lugar a dudas: ''Todo comenzó
cuando Maqroll se fue quedando en el puerto de La Plata y pospuso, por
un tiempo indefinido, la continuación de su viaje río arriba.
Se trataba, en esta navegación hacia las cabeceras del gran río,
de encontrar alguna huella de vida de quienes compartieron, años
atrás, algunas de sus miríficas empresas. Desalentado por
la ausencia de la menor noticia de sus antiguos compañeros y con
amargo sabor en el alma al ver cómo se agotaban las últimas
fuentes que nutrían esa nostalgia que lo había traído
desde tan lejos, concluyó que le daba igual quedarse allí,
en el humilde caserío, o seguir remontando la corriente, ya sin
motivo alguno que lo moviera a hacerlo".
Los muchos seguidores de las aventuras del navegante encontraron
una variante que dio un respiro al prosista y al Gaviero cuando Mutis escribió
Abdul Bashur, soñador de navíos.
La memoria, motor de la nave
Para 1990, la memoria es el motor de la nave, como puede
verse en Amirbar: ''Los días más insólitos
de mi vida los pasé en Armibar. En Amirbar dejé jirones del
alma y buena parte de la energía que encendió mi juventud.
De allí descendí tal vez más sereno, no sé,
pero cansado ya para siempre. Lo que vino después ha sido un sobrevivir
en la terca aventura de cada día. Poca cosa. Ni siquiera el océano
ha logrado restituirme esa vocación de soñar despierto que
agoté en Amirbar a cambio de nada".
Nadie esperaba el fin de la saga, pero el título
de la novela que el creador dio a conocer en 1992, La última
escala del Tramp Steamer, no auguraba un futuro muy largo a juzgar
por el título y el tono: ''Hay muchas maneras de contar esta historia
?como muchas son las que existen para relatar el más intrascendente
episodio de la vida de cualquiera de nosotros?. Podría comenzar
por lo que para mí, fue el final del asunto pero que, para otro
participante de los hechos pudo haber sido el comienzo. Ni qué decir
de la tercera persona implicada en lo que voy a tratar de relatarles, no
podría distinguir ni el comienzo ni el fin de lo que ella vivió
entonces. He optado, pues, por contar lo sucedido según mi personal
experiencia y dentro de la cronología que en ella me tocó
en suerte".
Maqroll, sin embargo, cabalgaría de nuevo en 1993
con Tríptico de mar y tierra: ''Se reúnen aquí
tres experiencias en la vida de Maqroll el Gaviero que revelaron, cada
una a su manera y en su momento, regiones del alma para él entonces
desconocidas y cuyo descubrimiento lo marcó para el resto de sus
días".
Todo ello consta en Siete novelas, Empresas y tribulaciones
de Maqroll el Gaviero, en edición de Alfaguara.
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