Ť Medidas populistas de Rodríguez Saá para prolongar su mandato provisional

Hipotecará el gobierno todos los bienes del país para respaldar la nueva moneda, el argentino

Ť Nacerá devaluado en 30%, por lo cual farmacias y tiendas empezaron a retiquetar precios

Ť Las nuevas fuentes de trabajo, subsidios de 200 dólares para unos 126 mil desempleados

JAIME AVILES ENVIADO

Buenos Aires, 26 de diciembre. El gobierno argentino hipotecará los bienes de la nación -entre ellos "los palacios, las embajadas, las residencias de nuestros embajadores en el ex-tranjero, lo que sea necesario"- para respaldar la emisión de una nueva moneda que se llamará precisamente "argentino", anunció esta calurosa tarde el presidente provisional Adolfo Rodríguez Saá.

Al comparecer ante la plana mayor de la Central General de Trabajadores (CGT), frente a una manta desde la cual sonreía la mítica efigie de Evita, María Eva Duarte de Perón, en un local atestado de líderes gremiales que fumaban y sudaban sin cesar, Rodríguez Saá pronunció un discurso que fue calificado por Hugo Moyano, máximo dirigente de la disidencia obrera peronista, como signo de "ruptura histórica con el pensamiento único del neoliberalismo".

ƑSerá para tanto? Hay dudas, y muchas, al respecto. El lanzamiento del argentino, en primer lugar, tiene por objeto impedir la devaluación del peso frente al dólar, que dañaría gravemente las inversiones que el neoliberalismo, en el marco de la globalización, ha realizado en este país.

Pero al mismo tiempo, con las medidas populistas que esta crónica enseguida describirá, Rodríguez Saá pretende forjarse una base social amplia para prolongar su mandato provisional mucho más allá del 3 de marzo. Veamos...

Empleos a granel

Flanqueado por el gordo líder camionero Hugo Moyano, que tenía la rosada camisa empapada en transpiración, y por el canoso Rodolfo Daer, jefe de la corriente oficialista de la CGT, Rodríguez Saá dejó de secarse la cara con un pañuelo, se desprendió del saco negro que lo derretía y, puesto de pie, dijo: "Creo en Perón y en el sentimiento revolucionario de Evita", antes de anticipar que derogará la recién aprobada ley laboral -que había liquidado importantes conquistas sindicales, flexibilizando los contratos colectivos- y afirmar que su gobierno in-crementará en 13 por ciento los ingresos de los jubilados.

Sin dotes visibles para la oratoria ni grandilocuencia de agitador, el flamante mandatario interino habló también de un plan de alimentos que ya estudian sus expertos, y recordó que si el domingo pasado, al tomar posesión de su cargo, había prometido crear un plan de emergencia para crear un millón de empleos temporales, hoy podía darse el lujo de informar que ya existían 126 mil de ellos gracias al dinero que su gobierno dejará de pagarle a los organismos financieros internacionales.

Estas nuevas fuentes de trabajo, en realidad, son subsidios de 200 pesos (dólares) que el presidente ha entregado a los gobiernos de las provincias para que estos contraten a los desocupados y les encarguen ta-reas sencillas como cavar zanjas, barrer plazas, reparar faroles del alumbrado público, etcétera, pero que tienen la clara finalidad de interrumpir de momento la terrible situación de miseria de los desempleados.

Ovacionado por los sindicalistas, pero sin alcanzar la apoteosis ni mucho menos, Ro-dríguez Saá explicó entonces la creación de la nueva moneda, el argentino, que entrará en circulación el mes próximo.

"Estamos enfrentando dificultades que vamos a superar -expresó-. La Casa de Mo-neda, por ejemplo, tiene problemas para imprimir los nuevos billetes. Hay dificultades para diseñarlos con los requerimientos de seguridad indispensables, pero lo haremos para impedir que nadie se robe el dinero del pueblo".

Y dijo más: "El argentino lo vamos a respaldar con todos los bienes inmuebles de la nación, los palacios, las embajadas, las ca-sas de nuestros embajadores en el extranjero, lo que sea necesario".

Así, a partir de la semana venidera habrá en este país tres monedas de curso legal, el peso, el dólar y el argentino (que absorberá todos los bonos provinciales que circulan), y con ello, agregó el presidente, "se evitará la devaluación, que si bien podría reactivar la economía en un principio, aumentando las exportaciones, a la larga terminaría disminuyendo el salario de los trabajadores".

Antes de retirarse del salón, bastante más exaltado que sus oyentes, el ex gobernador de la provincia de San Luis recordó uno de los antiguos lemas del peronismo: "Yo también creo, compañeros, que mejor que decir es hacer, y mejor que hablar es cumplir", a lo que el público le respondió a coro: "Adolfo, querido, el pueblo está contigo".

Apaciguar el volcán

Rodríguez Saá tomó posesión el domingo y de inmediato recibió en su despacho de la Casa Rosada a Hebe Bonafini, dirigente de la organización humanitaria Madres de Plaza de Mayo, que hacía 17 años no entraba en la residencia presidencial, y la dirigente salió, dijo, "llena de esperanzas".

Después el mandatario hizo pasar a los líderes de los piqueteros (desempleados que desde hace meses han venido bloqueando las carreteras argentinas en protesta contra la desocupación).

Luego, sin darse tregua, conversó con los abogados que persiguen judicialmente a los torturadores más conocidos de la dictadura militar. Y con esas prendas de triunfo se fue a su casa de la provincia de San Luis a festejar la Nochebuena.

Este miércoles, después de las fiestas, acudió a la sede de la CGT, donde Hugo Moyano subrayó que "ningún presidente peronista había venido a visitarnos en los últimos 15 años", lo que fue considerado como una agria reclamación al ex presidiario Carlos Saúl Menem.

Y ante los pilares del movimiento obrero, del que tanto necesita, Rodríguez Saá aseguró que éste era el momento de "abrir la agenda social", aplicando al mismo tiempo una receta económica de entretenimiento netamente populista porque lo que de veras le importa a la clase política argentina son los globalizados y neoliberales intereses de los inversionistas extranjeros.

Pero mientras Rodríguez Saá preparaba su encuentro con los líderes sindicales, la prensa de esta mañana adelantó que el ar-gentino nacerá devaluado 30 por ciento frente al peso/dólar, que a nadie se le ha ocurrido rebautizar como pedo, aunque no le vendría mal ese nombre.

El efecto del vaticinio periodístico dejó sentir de inmediato sus efectos cuando, a media mañana, los noticieros radiales de-nunciaron que las farmacias y las tiendas de electrodomésticos estaban retiquetando sus productos con un sobreprecio de 30 por ciento exactamente, lo que por supuesto no es casualidad.

Sobre este cálculo un analista dijo a este enviado que si el pedo llegara a devaluarse 30 por ciento, como tarde o temprano sucederá, las consecuencias serían desastrosas en España, porque los inversionistas de la península ibérica tienen invertidos en Ar-gentina 40 mil millones de dólares que, de golpe, se reducirían a 28 mil.

La pérdida sería catastrófica no sólo por ello sino porque el año pasado esos mismos empresarios se llevaron alrededor de 16 mil millones de dólares en ganancias netas a la madre patria.

Por eso, porque la prosperidad de España depende en gran medida de que no haya devaluación en Argentina, este jueves llegará a Buenos Aires Josep Piqué, canciller del presidente José María Aznar, quien tan caritativo como siempre declaró el martes en Madrid: "No puedo olvidar que cuando Es-paña pasó hambre, Argentina nos ayudó".

Por eso ahora, en solidaria correspondencia, España, dijo, "hará todo lo posible por ayudar a Argentina".