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¤ Exhiben selección del acervo del Museo
de Arte Contemporáneo de Gante, en el Tamayo
México tiene una ''increíble energía''
que busca apertura, señala Jan Hoet
¤ Inmensidad íntima incluye obras de Beuys,
Broodthaers, Richter y Schutte, entre otros
¤ El curador y director del recinto de esa ciudad belga
prepara muestra de Yishai Jusidman
MERRY MAC MASTERS
En México existe una ''increíble energía''
que busca apertura, afirma el curador belga Jan Hoet. Hace dos años
el director del Museo de Arte Contemporáneo (S.M.A.K.), de Gante,
Bélgica, dictó una conferencia en el Museo de Arte Carrillo
Gil, donde vio Erógena, exposición colectiva que itineró
en su recinto. Ahora Hoet prepara una muestra individual del pintor mexicano
Yishai Jusidman que se abrirá a finales de mes.
Una
selección de obra de S.M.A.K. fue inaugurada entonces en el Museo
Rufino Tamayo. Al recorrer la sala donde se montó la exposición
curada por Tobías Ostrander, curador del Tamayo, Hoet habla de manera
entusiasta de cómo se ven las piezas en ''otra constelación''.
Aunque el director artístico de Documenta IX niega haber
participado en la selección, expresó algunas sugerencias.
Por ejemplo, ''tal vez dije que no había por qué preocuparse
al combinar obra del alemán Thomas Schütte con la de su compatriota
Gerhard Richter, pues se trata de una colección que siempre es para
comparar, no para ver una sola pieza como en una galería''.
Necesidad
del espacio vacío
La muestra Inmensidad íntima, título
retomado de un ensayo del filósofo francés Gastón
Bachelard, se inicia con un gran cuadro de Richter (Dresde, 1932) cuya
''imagen vaga'' y piramidal, en tonos grises, se remite a ''la memoria
de la observación y cómo el artista la asumió a través
de los parámetros de su tiempo'', explica Hoet. Es decir, ''la fotografía,
el estar ausente de ese espacio, el hecho de venir desde Alemania del Este
a Alemania del Oeste''. El gris se vincula con ''la esperanza de un paraíso''
y ''ver que todo está obstruido, que el mundo es uniforme''.
Por su parte, Schütte (Oldenburg, 1954) ofrece con
su instalación una vista del mar desde unas sillas realizadas en
madera. Al mismo tiempo es la ''necesidad del artista de descansar, alejarse
del mundo del arte para estar solo y tener tiempo de reflexionar''.
En la misma sala una pequeña pieza de Jan Vercruysse
(1948), de una cortina recorrida, recuerda que el museo ''también
es un teatro'', a la vez que el mundo del arte es una ''escena''. Pero,
señala Hoet, de igual manera representa la entrada a la exhibición,
cuya ''vacuidad de espacio'' permite reflejar no nada más al artista,
también al espectador. Recuerda: ''Un artista siempre necesita un
espacio vacío en que hacer sus exposiciones''.
Hoet asumió la dirección del S.M.A.K. en
1975, fecha de su creación. El controvertido curador ha sido esencial
en la extensión sistemática de su colección y ha contribuido
a forjar un prestigio internacional. Desde 1999, ese recinto de Gante cuenta
con edificio propio, ubicado frente al Museo de Bellas Artes que durante
muchos años lo albergó.
-¿Qué buscaba al adquirir obra para la colección?
-Primero empecé con la escena local de Bélgica,
y realicé una fuerte selección. Me concentré en Marcel
Broodthaers y Panamarenko; este último era conocido por sus aviones
y coches que tenían que ver con el espacio y su conquista a la manera
de un sueño infantil. Luego comencé con Joseph Beuys and
Long y el arte povera, etcétera.
Sentirse en casa
-¿Qué
le interesó de Erógena?
-Su tema de actualidad: el lenguaje del cuerpo que se
descubre, pues durante mucho tiempo fue un tabú. También
la conexión del surrealismo en Bélgica con el arte mexicano.
A finales de mes Yishai Jusidman abrirá una muestra
en el S.M.A.K. Al respecto Hoet explica: ''Me gusta la ambivalencia entre
observación, proceso y análisis. Jusidman analiza y estudia;
busca cómo convertir el diálogo ?la lucha lo es? en uno abstracto.
Siempre va de lo figurativo a lo abstracto, de la abstracción a
la figuración. También la melancolía. Hay melancolía
y tragedia en su obra, a la vez que quietud. Trata problemas humanitarios
y cómo llevarlos a la abstracción para que se vuelvan universales:
la tragedia se vuelve universal mediante la abstracción''.
Para la muestra, Jusidman prepara obra nueva. El curador
anota que seleccionó al pintor antes de que exhibiera en la Bienal
de Venecia.
-Como curador, ¿qué busca en una obra artística?
-Una especie de innovación, en el sentido de que
el artista debe poder juzgar lo que hace como actividad ordinaria, pero
al mismo tiempo por arriba del conocimiento propio que se desafía
y se ataca. Es algo que sólo puede hacer él.
-¿Seguirá trabajando con artistas mexicanos?
-Claro. Me gustaría hacer una exposición
sobre América, pero no sólo en su parte norte, sino desde
el sur hasta Alaska, para tener la sensación que uno siente en casa.
Eso es muy necesario en un mundo tan globalizado, que uno tenga sus referencias.
''Para mí, el artista es la referencia de estar
en casa.''
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