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¤ En Cachemira extremistas atacan el Parlamento
y un puesto militar; tres muertos
Descarta el primer ministro indio un encuentro con
el presidente paquistaní
¤ Rumsfeld descarta una guerra en la región y Powell
lanza un llamado "a la moderación"
DPA, AFP Y REUTERS
Nueva Delhi, 3 de enero. La violencia se recrudeció
en la parte de Cachemira controlada por India luego de un ataque con granadas
de presuntos separatistas contra el edificio del Parlamento local y un
campamento del ejército, que dejó un saldo de al menos tres
muertos y 34 heridos, entre ellos 10 policías.
Aunque el presidente paquistaní, Pervez Musharraf,
se declaró dispuesto a abrir el diálogo con India de cara
a la cumbre asiática regional de Nepal, el primer ministro indio
Atal Behari Vajpayee reafirmó su negativa a reunirse con el gobernante
de Islamabad hasta que ese gobierno deje de apoyar "el terrorismo".
En
medio de la tensión en la frontera común con intercambios
de disparos diariamente, el edificio del Parlamento provincial de Srinagar,
en la Cachemira india, fue objeto de un ataque con granadas de extremistas
musulmanes que causó la muerte de un policía y heridas a
otras 16, incluyendo una decena de uniformados.
Posteriormente, los rebeldes lanzaron otro ataque contra
un campamento militar en la ciudad de Jammu y mataron a dos policías,
y al parecer fue ahí donde causaron el resto de heridos, que se
elevaría a unos 18 según reportes de prensa.
Se trata de los mayores ataques de separatistas musulmanes
desde el atentado del 13 de diciembre pasado contra el Parlamento federal
en Nueva Delhi, que entonces dejó un saldo de 14 muertos y relanzó
las tensiones entre India y Pakistán, las dos potencias nucleares
de la región, poniéndolas al borde de una guerra.
En Katmandú, la capital nepalesa, donde se celebra
la cumbre de la Asociación del Asia del Sur para la Cooperación
Regional, se reunieron hoy por segundo día consecutivo los cancilleres
indio, Jaswant Singh, y paquistaní, Abdul Sattar, quienes habrían
tratado la crisis bilateral que enfrentan.
A raíz de esos encuentros se consideraba factible
un encuentro ahí entre Musharraf y Vajpayee para bajar las tensiones,
pues incluso el ministro indio de Defensa, George Fernandes, había
comentado tal posibilidad al apuntar que "cualquier cosa es posible".
Pero Vajpayee descartó una entrevista entre ambos
en Katamandú al puntualizar que "no comenzaremos conversaciones
hasta que estemos seguros de que Pakistán ha finalizado su apoyo
al terrorismo", al insistir en la tradicional acusación de Nueva
Delhi de que Islamabad apoya a los separatistas musulmanes en Cachemira.
En la víspera de su arribo a la capital nepalesa,
el primer ministro indio abogó por una salida diplomática
y no bélica: "voy a hacer todo lo posible para impedirla". Empero,
negó que en esta cumbre multilateral se vaya intentar una solución
a la crisis.
Musharraf, en una escala en Pekín, donde se reunió
con el primer ministro chino, Zhu Rongji pues la India recién cerró
su espacio aéreo a vuelos paquistaníes declaró que
rechaza el comienzo de una guera con India y que estaba dispuesto a dialogar
para relajar las tensiones.
El primer ministro británico, Tony Blair, llegó
este jueves a Bangladesh en una primera escala de una gira de cinco días
al sudeste asiático, cuyo objetivo principal es tratar de reducir
las tensiones entre India y Pakistán, al calificar la situación
entre ambos países de "potencialmente seria".
El secretario estadunidense de Defensa, Donald Rumsfeld,
estimó en Washington que no habrá guerra entre Pakistán
e India, y que espera una vista próxima de su contraparte indio.
A su vez, el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, y su colega
chino, Tang Jiaxuan, invitaron en Pekín a los dos gigantes asiáticos
a dar pruebas de moderación y hallar una solución diplomática.
Mientras India reforzaba las medidas de seguridad en torno
al Taj Majal en la provincia de Agra tras recibir amenazas de un grupo
musulmán, en la provincia paquistaní de Punjab impera el
toque de queda.
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