Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 4 de enero de 2002
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Espectáculos
07an1esp Leonardo García Tsao

Cielo de vanidad

Los remakes hollywoodenses suelen ser ejercicios totales en futilidad. Ahí tienen la calca (a colores y mal actuada) de Psicosis, perpetrada por Gus Van Sant, como prueba máxima de una inspiración estancada. Ahora Cameron Crowe ha hecho con Vanilla Sky una versión gringa de Abre los ojos, para confirmar sus limitaciones como realizador y el desbordado narcisismo de su actor/productor Tom Cruise.

vanilla sky-3Secuencia por secuencia se trata de una copia fiel aunque inflada de la película española de Alejandro Amenábar. En este caso, el amoral protagonista se llama David Aames (Cruise) y su estatus se ha elevado al de multimillonario dueño de un emporio editorial neoyorquino. Todo lo demás es idéntico: tras pasar una noche con Julie Gianni (Cameron Díaz), una de sus múltiples conquistas, David celebra su cumpleaños y conoce a la española Sofía (Penélope Cruz, repitiendo el mismo papel pero en mal inglés) de quien se enamora perdidamente. Al día siguiente, una perturbada Julie le ofrece a su esquivo acostón un paseo en su coche y provoca un accidente suicida. El hombre queda con el rostro desfigurado y la vida aún más trastornada. La realidad se vuelve pesadillesca en tanto David se encuentra preso, acusado de un asesinato que no recuerda haber cometido, e interrogado por un siquiatra (Kurt Russell) sobre su pasado.

No obstante una resolución demasiado descabellada que supone, entre otras cosas, actividad cerebral en un individuo muerto, el original de Amenábar conseguía crear esa sensación de desasosiego de vivir en un mundo alterno, una dimensión desconocida de la que el protagonista no está consciente (un tema similar sería abordado en su siguiente realización, Los otros). De todo Hollywood, Crowe parecería el director menos indicado para emularlo. Sus películas hasta ahora se habían instalado en una especie de realismo prosaico, sin insinuación alguna de vena lírica. Encima, ese reportero de rock promovido a cineasta no podría ser más fresa si hubiera nacido en Irapuato. El imaginar un mundo onírico, de matices inquietantes, no es exactamente su fuerte. Si es cierto que la imitación es la forma más sincera de la adulación, Crowe pone de manifiesto los aciertos de Amenábar al reproducir hasta los mismos encuadres sin lograr acercarse a un mínimo de convicción.

Vanilla Sky tendría un subtexto interesante si hubiera explorado el tema de la vanidad de una estrella. Quítenle a Tom Cruise su carita y ¿qué nos queda? Ese vacío no intenta responderse porque la película se centra en ese narcisismo como significado principal. Las secuencias del cortejo entre David y Sofía constituyen una orgía de sonrisas deslumbrantes y miradas coquetonas, un consternante espectáculo de dos bonitos profundamente enamorados de sí mismos. Cuando el protagonista es deformado, uno siente hasta alivio; al menos así, Cruise deja de sonreír y echarnos las altas. (Nunca controlado por Crowe, el actor ejerce al cansancio sus únicos dos registros: el aire de confianza que se cree simpático y la exaltación exagerada. Ni Kubrick pudo sacarle otro matiz).

Otra vez, las comparaciones con Abre los ojos son desfavorables. Si bien Eduardo Noriega no es un intérprete de un amplio rango, sí lograba sugerir la perplejidad y la rabia de un niño rico que lo pierde todo en un instante. Y hablando en voz baja, Najwa Nimri expresaba la peligrosidad de una mujer despechada, mientras Cameron Díaz insiste en sus mohines de gringa boba.

Por su parte, Crowe no es capaz ni de idear una banda sonora adecuada. Encargada a su esposa Nancy Wilson (la otrora guitarrista del grupo Heart), la selección de canciones pop dentro de la estrategia de rocola ilustrada parece arbitrariamente inclinada a incluir las favoritas de la pareja, sin tomar en cuenta si apoyan la atmósfera o el sentido de la escena en cuestión.

Acudan al original y eviten las imitaciones. Ante Vanilla Sky hay que cerrar los ojos y pasar sin ver.

(NOTA: Sobre mi crítica a El señor de los anillos, varios lectores señalaron mi error de llamar elfo al humano Aragorn. Entre mis propósitos del Año Nuevo está no volver a confundir a hobbits, elfos, enanos u orcos con los de mi propia especie).

VANILLA SKY

D: Cameron Crowe/ G: Cameron Crowe, basado en el guión de Abre los ojos, de Alejandro Amenábar, Mateo Gil/ F. en C: John Toll/ M: Nancy Wilson; canciones varias/ Ed: Joe Hutshing, Mark Livolsi/ I: Tom Cruise, Penélope Cruz, Cameron Díaz, Kurt Russell, Jason Lee/ P: Cruise-Wagner Productions. EU, 2001.

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